
Es uno de los edificios más antiguos y queridos de la capital danesa. Cristián IV ordenó construir a mediados del siglo XVII esta joya arquitectónica para reforzar su objetivo de convertir Copenhague en una gran metrópoli, dada la importancia que estaba tomando el comercio en la ciudad.
400 años después, el edificio se encuentra sin uso definido. En 2013, el grupo empresarial Dansk Erhverv la puso a la venta por 10 millones de euros. A punto estuvo de comprarlo McDonalds, algo que el gusto exquisito de los daneses lo impidió. De momento, pese a la lista de inversores internacionales interesados en comprarlo, sigue a la espera de que un nuevo dueño esté a la altura de este edificio y le dé una nueva vida.
El nuevo edificio para la bolsa de valores tenía que estar muy cerca del centro comercial de la isla de Christianshavn, de unos 3 km2, al otro lado del puerto. Así, el arquitecto Hans van Steenwinckel el Joven diseñó este edificio a petición de los gustos del rey.
En su inauguaración, en 1618, estaba rodeada de agua por tres lados, lo que permitía a los buques descargar directamente en el muelle de enfrente. El techo se cubrió de plomo, aunque durante la ocupación sueca de Copenhague, entre 1658 y 1659, gran parte de ese plomo se usó para producir bolas de cañón. No es hasta finales del siglo XIX que se cubre con el actual y característico techo de cobre.
La torre que despunta en su techo, de casi 60 metros de altura, es un dragón de cuatro colas, animal favorito del rey y que cada una de esas colas terminan en tres coronas que simbolizan un país del imperio escandinavo, Dinamarca, Noruega y Suecia.
Copenhague, una ciudad que ha sufrido numerosos incendios a lo largo de su historia, no afectó en ninguna de ellas esta joya arquitectónica que ha sobrevivido hasta la fecha.
Después de varias guerras, Cristián IV hipotecó el edificio en 1647 a un comerciante danés, Jacob Madsen. Más tarde, el rey Federico III se hizo de nuevo con la propiedad del inmueble para vendérsela al gremio de comerciantes, quienes hicieron de la casa la nueva cámara de comercio danesa, los hasta ahora dueños.
Hoy tiene de vecino el puente más largo de Copenhague, por donde pasan más de 40.000 bicicletas al día que pueden contemplar el espectacular edificio. Mientras tanto, estos últimos años se pudo disfrutar de este recinto permitiendo celebrar eventos privados, como banquetes, exposiciones o reuniones.






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