
A nadie le gusta ir al dentista. Eso es así. Olor a desinfectante, salas oscuras iluminadas con luces de neón, paredes blancas que recuerdan a un hospital… cada vez que entras en la consulta sabes que no vas a pasar un buen rato. Quizá por eso un profesional de la odontología de China ha decidido acabar con la imagen tétrica de las clínicas dentales y la ha reformado al estilo de una moderna star-up: grandes espacios iluminados con luz natural, formas y colores que invitan al optimismo y hasta una zona infantil con juguetes. Quizá si todos los dentistas tuviesen una sala de espera como esta, a lo mejor dejaría de darnos miedo ir a verlos.

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