
El verano ya está aquí y, si no lo has hecho todavía, no debes esperar para poner a punto la piscina y estrenar la temporada como se merece. Que hayas realizado un invernaje correcto no significa que puedas disfrutar de ella sin más. Queda un pequeño paso en forma de tareas de mantenimiento de piscinas básicas. No requieren de mucho tiempo, pero son imprescindibles para poder bañarse con total seguridad.

Lo primero: limpiar el vaso de la piscina
Aunque haya estado cubierto, el vaso de la piscina puede haberse ensuciado. Por lo tanto, hay que comenzar con la limpieza y desinfección de las paredes y del suelo, haciendo especial hincapié en la línea de flotación, que es donde se suele incrustar más la suciedad.
Para ello basta con añadir una dosis de choque de cloro al agua y frotar después con un cepillo suave por toda la superficie. En 24 horas los residuos se habrán depositado en el fondo y ya podrás pasar un limpiafondos. Debes tener cuidado, eso sí, con el tipo de cloro, según el revestimiento de la piscina este deberá ser líquido o granulado.
Si la piscina está vacía o hay que vaciarla, bastará con utilizar un producto desincrustante adecuado para el material del revestimiento, frotar incidiendo en las juntas y aclarar. Es, además, el mejor momento para revisar si hay algún desperfecto que haya que reparar.

Limpiar el resto de la instalación
Para dejar la piscina a punto para el verano, las tareas de limpieza deben ir un poco más allá. Aunque no siempre se le presta mucha atención, ese borde que quizá ha estado descubierto durante meses también se debe limpiar a fondo. Es tan sencillo como pasar un cepillo con algún producto limpiador y aclarar, siempre con la precaución de hacerlo desde dentro de la piscina hacia fuera para que la suciedad no caiga en el vaso.
También debes revisar en profundidad y limpiar elementos como los skimmers, las boquillas de impulsión o incluso las escaleras para retirar cualquier residuo que pudiera haberse adherido en el tiempo en el que la piscina ha permanecido sin uso. No todo queda ahí, los desagües de las duchas y los sumideros también pueden haber acumulado suciedad, así que sí o sí hay que limpiarlos y desinfectarlos.

Inspeccionar el sistema de filtración y el eléctrico
La inactividad puede haber afectado al sistema de filtración, de modo que conviene inspeccionarlo antes de poner en marcha la piscina. ¿Qué hay que hacer? Hay varias tareas básicas por delante:
- Comprobar si hay algún elemento dañado en el equipo de filtración o si hay óxido para proceder al a reparación correspondiente.
- Si el filtro es de arena, hay que comprobar que no se haya apelmazado y que la arena está en buen estado. Si no es así, ha llegado el momento de cambiarla.
- Además de ello, hay que purgar la bomba, revisar que no hay fugas en el sistema y que las juntas están en perfecto estado.
- Respecto a la instalación eléctrica, es clave para que el sistema de depuración de la piscina funcione adecuadamente, por ello, es conveniente inspeccionar conexiones y cableado.
- Si la tiene iluminación, también que hay que revisarla para dejar la piscina a punto.

Tratar el agua y disfrutar de la piscina
Con la piscina limpia y todos sus elementos revisados solo queda comprobar la calidad del agua y tratarla si es necesario. Recuerda simplemente que el nivel de cloro debe estar entre 0,5 y 1,5 mg/l y el Ph entre 7,2 y 7,6. Si algún parámetro no está dentro de esos rangos solo habrá que ajustarlo.
Respecto al cloro, algo importante: mucho mejor si es de acción rápida y que no solo sea desinfectante, sino que tenga otras funciones: alguicida, floculante, bactericida, fungicida, etc.

Con estas tareas tendrás tu piscina a punto para el verano, lista para el uso. Pero no debes olvidar que el mantenimiento no es cosa de un día. Si quieres que la instalación permanezca en perfectas condiciones durante toda la temporada debes realizar revisiones periódicas. Solo así podrás disfrutar de ella sin ningún tipo de riesgo, además de que prolongarás la vida útil de sus diferentes elementos.