Artículo escrito por José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España (RSCE)
La llegada de un cachorro a casa es un momento de emoción, pero también marca el inicio de un compromiso para toda la vida. Es fácil dejarnos llevar por la ilusión del instante, sin detenernos a pensar que un perro no es un simple capricho ni un juguete, sino un compañero fiel que dependerá de nosotros para su bienestar. Desde el instante en que cruza la puerta de nuestro hogar, asumimos la responsabilidad de ofrecerle amor, cuidados y un entorno seguro donde pueda crecer sano y feliz.
Preparar la casa antes de su llegada es clave. Cada detalle cuenta para forjar ese lazo inseparable entre humano y perro, un vínculo que nos ha unido a ellos, a lo largo de la historia. Detrás de cada cachorro bien cuidado, feliz y sano está la responsabilidad de su dueño. Pedir consejo a un criador será fundamental para asegurar el bienestar animal, desde sus primeros días de vida.
El hogar debe adaptarse a su curiosidad y energía inagotables. Las escaleras, por ejemplo, pueden ser un peligro real para los cachorros, ya que aún no tienen un control total de su movilidad. Instalar barreras de seguridad evitará caídas y accidentes. Proteger cables eléctricos, mantener fuera de su alcance productos tóxicos como detergentes o alimentos peligrosos, como el chocolate y las uvas, garantiza al cachorro vivir en un espacio cómodo y adecuado.
Es recomendable también colocar alfombras antideslizantes en suelos muy pulidos para evitar resbalones y posibles lesiones articulares, especialmente en cachorros de razas grandes, que pueden ser más propensos a problemas ortopédicos. También es útil delimitar ciertas zonas de la casa en sus primeros meses, de manera que tenga un espacio propio donde sentirse seguro y donde podamos supervisarlo con más facilidad.
Además de la seguridad, hay una serie de elementos básicos que no pueden faltar y que deben estar bien integrados en el hogar. Un buen collar o arnés, acompañado de una chapa identificatoria con su nombre y nuestro número de teléfono, es clave para su seguridad en caso de extravío, y siempre debe colocarse en un lugar accesible dentro de la casa para no olvidar ponérselo antes de salir. La elección entre collar o arnés dependerá del tamaño y la raza del perro, pero en cualquier caso es fundamental que le quede cómodo y no le apriete demasiado. También necesitaremos una correa adecuada, evitando las retráctiles, que pueden generar situaciones peligrosas si el cachorro se aleja demasiado.
Los empapadores nos ayudarán a enseñarle a hacer sus necesidades en un espacio específico del hogar, evitando que el cachorro utilice cualquier rincón de la casa como baño. Para ello, es clave definir una zona tranquila y de fácil acceso para él. La cama, además de ser un lugar de descanso, debe estar ubicada en una zona libre de corrientes de aire y lejos de pasillos transitados para garantizar su descanso.
Pero la adaptación de un cachorro no es solo cuestión de objetos y espacios, sino también de hábitos y socialización. Muchos dueños primerizos cometen el error de aislar a su perro por miedo a que enferme o se asuste, cuando en realidad la socialización temprana es clave para su desarrollo.
Durante las primeras semanas de vida, el cachorro tiene una gran capacidad de aprendizaje y debe exponerse a distintos entornos, personas y animales para evitar problemas de comportamiento en el futuro. Pasear con él por diferentes lugares, permitirle interactuar con otros perros y habituarse a diversos estímulos hará que crezca equilibrado y seguro de sí mismo.
La alimentación también merece especial atención dentro del hogar. No se puede cambiar abruptamente la dieta de un cachorro, ya que esto podría causarle problemas digestivos o incluso estrés. Lo ideal es mantener inicialmente la misma comida que recibía de su criador y, si es necesario hacer un cambio, introducirlo de manera gradual siguiendo las recomendaciones del veterinario.
Es recomendable establecer un espacio fijo para su alimentación, con cuencos estables y accesibles, evitando zonas de paso donde pueda sentirse incómodo o distraído mientras come. Cada raza y tamaño tiene necesidades nutricionales específicas, por lo que es importante elegir un alimento adecuado para su desarrollo y asegurarse de que siempre tenga agua limpia y fresca disponible.
La llegada de un cachorro al hogar es un momento muy importante en la vida del perro, de sus dueños y también de los criadores responsables. Los criadores especializados en domicilio garantizan que los cachorros están sanos y deberán proporcionar toda la información necesaria sobre sus cuidados y necesidades, resolviendo cualquier duda a esos dueños primerizos para garantizar que su adaptación al nuevo entorno sea un éxito. Planificar bien cada detalle hará que la bienvenida de nuestro nuevo compañero brinde seguridad, confort y estabilidad desde el primer día.
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