Barcelona tiene cerca joyas tan impresionantes como Montserrat, Besalú o Sitges, ¿qué destino elegirías para hacer una excursión?
Barcelona
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Marta Gómez
Marta Gómez (Colaborador de idealista news)

Barcelona es una ciudad vibrante y llena de historia, pero también ofrece la posibilidad de realizar excursiones fascinantes a sus alrededores. A poca distancia se encuentran pueblos con encanto, parajes naturales singulares y rincones con una gran riqueza cultural y arquitectónica. Desde la costa hasta el interior montañoso, las opciones para explorar en un día son numerosas y diversas.

Esto 10 lugares cercanos a Barcelona merecen una visita. Todos son accesibles en coche o transporte público, ideales para una escapada de uno o dos días.

Garraf, un pueblo cerca de Barcelona para visitar

Garraf
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Garraf es una pequeña localidad costera situada a 35 km de Barcelona, entre Sitges y Castelldefels. Es conocida por su tranquila playa de aguas claras y por su curioso conjunto de casas verdes de madera, construidas en los años 30.

El pueblo está rodeado por el Parque Natural del Garraf, donde se pueden realizar rutas de senderismo entre colinas de vegetación mediterránea. Es un destino perfecto para combinar baño, naturaleza y arquitectura singular.

Sitges, ciudad de playas, modernismo y ambiente cultural

Sitges
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Sitges es uno de los destinos costeros más populares cerca de Barcelona. A tan solo 40 km de la capital catalana, ofrece playas urbanas bien equipadas, un centro histórico con arquitectura modernista y una intensa vida cultural. Su paseo marítimo es ideal para caminar frente al mar, con vistas al Mediterráneo.

El Museo Maricel y el Cau Ferrat, antigua residencia de Santiago Rusiñol, son dos paradas imprescindibles para los amantes del arte. Además, el lugar acoge anualmente el reconocido Festival Internacional de Cine Fantástico, lo que refuerza su perfil como destino cultural de referencia.

Canet de Mar, uno de los lugares para visitar cerca de Barcelona

Canet de Mar
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Canet de Mar es una villa costera ubicada a unos 45 km al noreste de Barcelona. Destaca por su patrimonio modernista, con obras de arquitectos como Lluís Domènech i Montaner, cuyo legado puede visitarse en la Casa Museu.

Aparte de su interés arquitectónico, cuenta con playas tranquilas, ideales para una escapada en verano. También es el punto de partida para rutas que atraviesan el Parque Natural del Montnegre i el Corredor.

Montserrat, espiritualidad y naturaleza en un paisaje único

Montserrat
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El macizo de Montserrat, situado a unos 60 km de Barcelona, es uno de los lugares más emblemáticos de Cataluña. Su singular formación rocosa y su monasterio benedictino lo convierten en un punto de encuentro entre espiritualidad, arte y naturaleza.

El monasterio alberga a la Virgen de Montserrat, La Moreneta, patrona de Cataluña, y recibe miles de visitantes cada año. Además, el entorno ofrece numerosas rutas de senderismo y vistas espectaculares desde el funicular de Sant Joan.

Sant Quintí de Mediona, un lugar que ver cerca de Barcelona

Sant Quintí
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Sant Quintí de Mediona es una joya poco conocida situada en la comarca del Alt Penedès. A unos 65 km de Barcelona, este pueblo ofrece un entorno natural privilegiado con bosques, fuentes naturales y rutas de senderismo como la que lleva a la Font de l'Esteve.

La zona también es reconocida por su producción de cava y vinos, y muchas bodegas familiares ofrecen visitas guiadas con degustación. Se trata de una excelente opción para quienes buscan combinar naturaleza y enoturismo en un ambiente relajado.

Vic, historia medieval y mercados tradicionales

Vic
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Vic, a unos 70 kilómetros de Barcelona, es una de las ciudades con más identidad de la Cataluña interior. Su casco antiguo conserva un entramado medieval con calles adoquinadas, murallas y edificios históricos, entre los que destaca la Plaza Mayor, epicentro de la vida local y escenario del famoso mercado semanal. 

Este mercado se celebra los martes y sábados, y es ideal para descubrir productos de la comarca de Osona. Además de su patrimonio histórico, Vic alberga museos como el Episcopal, con una importante colección de arte románico. Es un destino perfecto para quienes buscan una combinación de historia, tradición y buena gastronomía.

Rupit i Pruit, uno de los pueblos bonitos cerca de Barcelona

Rupit y Pruit
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Rupit i Pruit es uno de los pueblos más fotogénicos de Cataluña. A unos 100 km de Barcelona, este enclave situado en la comarca de Osona está rodeado de montañas y bosques, y conserva un casco antiguo medieval con calles empedradas, casas de piedra y un puente colgante que lo atraviesa.

La zona es ideal para los amantes del senderismo, con rutas que llevan a la ermita de Sant Joan de Fàbregues o al impresionante Salto de Sallent.

Tavertet, con vistas al pantano de Sau

Tavertet
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Tavertet, también en la comarca de Osona y a unos 100 km de Barcelona, es un pequeño pueblo colgado sobre un acantilado con espectaculares vistas al pantano de Sau. Las casas de piedra y las tranquilas calles invitan al paseo y a la contemplación del paisaje.

Es un lugar ideal para desconectar y hacer rutas de senderismo que permiten descubrir miradores naturales, cuevas y bosques centenarios. Tavertet es, sin duda, un destino para disfrutar sin prisa.

Bagá, otro de los pueblos con encanto cerca de Barcelona

Bagá
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Bagá se encuentra a unos 130 km de Barcelona, en el prepirineo catalán. Este pueblo conserva un núcleo medieval muy bien conservado, con la plaza porticada, la iglesia de Sant Esteve y el palacio de los Barones de Pinós como elementos destacados.

Rodeado de montañas y bosques, es punto de partida para rutas por el Parque Natural del Cadí-Moixeró. Además, acoge la tradicional fiesta de los "Fia-Faia" en Navidad, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial.

Besalú, un viaje a la Edad Media

Besalú
Besalú / Mikipons, CC BY-SA 3.0 ES Wikimedia commons

Besalú, en la comarca de la Garrotxa, está a unos 135 km de Barcelona y es uno de los pueblos medievales mejor conservados de Cataluña. Su puente románico sobre el río Fluvià es el icono de la villa y da acceso a un conjunto histórico de gran valor.

Calles empedradas, antiguas sinagogas y edificios románicos hacen de él un destino ideal para quienes disfrutan de la historia. El ambiente tranquilo y su entorno natural completan una visita que transporta al pasado.