El recorte del gasto público anunciado ayer por el gobierno reduce la inversión pública estatal en 6.045 millones de euros durante los dos próximos años, que se suman a los 5.000 millones de ahorro previstos en el plan de austeridad. La confederación nacional de la construcción (cnc) advierte que el recorte “va en contra de la creación de empleo y alejará en el tiempo la salida de la crisis”
La asociación nacional de constructoras independientes (anci) también se muestra contraria al recorte en las inversiones de infraestructuras del gobierno. Considera que “va en contra de la creación de empleo y tendrá un impacto muy negativo en las empresas constructoras y en sus proveedores”
Ambas organizaciones consideran que el recorte del gasto público debería aplicarse a otras áreas de la economía, y no a la sección productiva. “Existe margen suficiente para explotar y adoptar otras medidas”, apuntan
13 Comentarios:
Estos recortes lo que van a impedir es SU recuperación, es decir, volver a crecer en base al ladrillo
Si no cambiamos el modelo de crecimiento volveremos a sufrir las mismas consecuencias pero multiplicadas por 10 en el futuro
Es evidente que a las constructoras lo que les importa es su propia supervivencia y nada más pero, aún así, el artículo es interesante por la mezcla delirante de conceptos y errores económicos que acumula.
Lo que puede dar lugar a un aumento de la inversión es precisamente una disminución del gasto, no lo contrario. No se puede aumentar la inversión a base de aumentar el gasto ya que el gasto es precisamente lo contrario que el ahorro y la inversión es una consecuencia directa del ahorro.
La propia idea de que pueda haber inversión por parte del estado es ridícula y la idea de que pueda existir una "actividad productiva" estatal es directamente demencial.
La inversión, cualquier inversión, solo puede tener su origen en el ahorro creado con esfuerzo por alguien que haya ahorrado los recursos que se invierten. No es posible invertir deuda, solo el ahorro puede invertirse y el ahorro es lo contrario, la contraparte de la deuda. Cuando una empresa construye una nueva factoría que financia mediante un crédito, no es esa deuda (que tiene un valor negativo) lo que es invertido sino el ahorro de los ahorradores que proporcionan el crédito. Quien financia la nueva factoría y quien realiza esa inversión son los ahorradores que prestan a esa empresa sus ahorros, no la empresa al endeudarse.
Si la obra pública, ese gasto estatal de recursos ajenos (destrucción de riqueza), que grotéscamente llaman "inversión" en el artículo, fuese realmente una inversión productiva que crea riqueza y que por tanto ayuda a salir de la crisis, podría llevarse a cabo fácilmente sin necesidad de incrementar el déficit público ni la deuda.
El motivo es muy simple: una actividad productiva crea riqueza económica y es por tanto rentable (produce más riqueza que la que consume). Una actividad productiva y por tanto rentable "paga ella sola sus deudas" y no es necesario por tanto que los recursos para financiarla sean obtenidos con el uso de la fuerza de los contribuyentes.
Pongamos por caso que una linea de ferrocarril de alta velocidad es una inversión productiva. Esto significa que una vez en funcionamiento genera más riqueza que la que fue necesario sacrificar para construirla más la que consume en su funcionamiento. Siendo así, esta linea es una inversión rentable. Siendo una inversión rentable es fácil encontrar ahorradores que proporcionen voluntariamente los ahorros que permitan realizar esa inversión.
Las propias constructoras de "cnc"o "anci" podrían aportar los recursos necesarios para esa inversión o encontrar fácilmente ahorradores extranjeros dispuestos a invertir en esa linea de ferrocarril de alta velocidad. Esto evitaría que los contribuyentes, contra su voluntad, fuesen obligados a aportan sus ahorros para financiar el tren de alta velocidad.
Lo que hace que el artículo resulte tan irreal es que hable con naturalidad de un disparatado pozo sin fondo de destrucción de riqueza como la obra pública hablando como si hablase de inversiones reales. Si estos constructores tratasen de convencer, por ejemplo, a un grupo de inversores japoneses de que un tren de alta velocidad, una factoría de coches eléctricos, un parque eólico o, en general, cualquier modelo de crecimiento diseñado por el gobierno español, es una inversión productiva y generadora de riqueza, la carcajada en tokio podría oírse fácilmente desde Madrid.
Buenas tardes, luisito. Llegas en el momento oportuno, como el VII de Caballería en los viejos westerns. Creo que el desarrollo de infraestructuras debería haberse comenzado a examinar con lupa desde hace muchísimo tiempo, cuando llovieron fondos estructurales durante muchos ejercicios, suponiendo en su cénit alrededor del 1% del PIB/año, pero no interesaba a ninguno de los agentes implicados. El caso más reciente que conozco es el proyecto de algunas líneas del AVE ¡Una prioridad nacional! Con rentabilidad negativa garantizada, aunque cambiada de signo para quienes se reparten unos fondos que acabamos cargando a deuda. Luego están los dividendos políticos y el agujero negro donde se introducen las comisiones impulsadas por una atracción irresistible. No puedo más que darte la razón en que esta visión de la realidad 'Con Obra Pública salimos de ésta' resulta no sólo obsoleta, sino suicida. Bromée ayer con tu punto de vista sobre el multiplicador keynesiano, pero no me refería lógicamente a este asunto, en el que coincido plenamente. Un saludo.
Todas estas recetas de estímulo de la economía mediante el crédito, el gasto público o el consumo provienen de un error teórico fundamental, el error que comparten todas las teorías económicas que postulan que el "motor" de la economía y el origen de la riqueza y la prosperidad es la demanda. Serían los consumidores los que al consumir (o el estado al gastar) pondrían en marcha cierto mecanismo misterioso y automático que generaría toda la riqueza que esos consumidores estén dispuestos a consumir. El error en este postulado es radical, esto es, no puede haber una forma más errónea de entenderlo. Este error viene a consistir en confundir los efectos con las causas o los problemas con las soluciones. Teniendo en cuenta que esta "economía de la demanda" es el punto de vista universal entre los gobernantes y sus expertos, deberíamos estar temblando.
La lista de "paradojas keynesianas" y otras tonterías similares a las que conduce este error de partida. Una de las mas extendidas viene a consistir en la afirmación que dice "lo difícil no es producir, lo difícil es vender"
Este punto de viste es extrañísimo. Si un keynesiano escribiese una novela de ciencia ficción, podría aparecer en la novela el caso lógica y económicamente consistente de un planeta o de una isla perdida por ahí, cuyos habitantes cayesen en la más absoluta pobreza debido a que habrían sido enterrados por un exceso de riqueza que habrían creado por error (y por falta de planificación económica central). Podrían aparecer, por ejemplo, los marcianos, capaces de producir ingentes cantidades de bienes económicos con un incalculable valor económico, rodeados de todo ese exceso de riqueza y padeciendo al mismo tiempo una pobreza absoluta. ¿Por qué? Pues como consecuencia de una prolongada etapa de una "demanda débil". La enorme sobrecapacidad de las empresas marcianas habría creado por error de planificación un exceso de bienes y mercancías muy valiosas pero que dormirían, sin que nadie disfrutase de ellas, en los saturados almacenes ante la imposibilidad de venderlas. ¿Por qué los marcianos no podrían vender todos esos bienes? Sencillo, porque no habría suficientes marcianos capaces de comprar toda esa riqueza que los marcianos serían capaces de producir. Esto se debe en buena media a un exceso de ahorro. Los marcianos en lugar de comprar y consumir preferirían ahorrar. Esto conduce a una situación tan dramática como "paradógica". Los marcianos tendrían acumulada una cantidad absolutamente excesiva de riqueza a la vez que habrían acumulado un enorme exceso de ahorros lo que les conduciría a morir de inanición en medio de la más absoluta de las pobrezas.
¿Es posible encontrar algún sentido a algo de esto? Si, si eres un keynesiano. Por ejemplo, la pareja de perfectos idiotas formada por krugman (nobel de economía) y bernanke (máxima autoridad monetaria planetaria) siguen convencidos de que lo que está conduciendo al mundo a una gran depresión es un exceso de ahorro. Así que lo que propone entusiasta el uno y lleva a la práctica con entusiasmo el otro es una rápida y masiva destrucción de riqueza que saque al mundo de la pobreza actual. (En las tesis de estos anormales, un exceso de riqueza es el principal origen de la pobreza)
Mantengamos cruzados los dedos porque el siguiente paso en la estupidez keynesiana, cuando la actual receta (sorprendentemente) no dé resultado, es la tesis que sostiene que la mayor bendición que puede sucederle a un país es padecer una guerra, ya que la guerra, al destruir riqueza en cantidades ingentes y por medios profesionales (los soldados son profesionales de la destrucción, su productividad es fuertemente negativa) acaba rápidamente con el exceso de riqueza y estimula a la economía porque, después de la guerra, reconstruir todo lo que se ha destruido "crea mucho empleo"
Crucemos los dedos, en efecto. Si tienes tiempo, lee mi última intervención: no veo salida que no pase por una suspensión de pagos ordenada. Ni siquiera podremos pagar los intereses de la montaña de deuda que se nos viene encima. Salvando las diferencias, que son muchas, la destrucción de riqueza a la que nos ha conducido esta tropa, por su singularidad y daños colaterales, será tan estudiada como lo ocurrido durante la República de Weimar. Si has leído en parte el informe original del FMI sobre Grecia, que traje al foro, coincidirás conmigo en que Los 'aliados' nos van a someter a una terrible presión. Debt trap. Hasta luego. Un saludo cordial.
El proceso de destrucción sistemática de riqueza que nos ha traído hasta aquí tiene al menos 30 años de duración. Probablemente, la última vez que la economía del mundo creció (hubo un PIB positivo) fue en los años 60.
Desde entonces hemos estado viviendo de la riqueza extraída de un proceso de descapitalización, hemos ido tirando a base de vender las joyas de la abuela o lo que es peor, las vacas de la granja.
Este proceso es muy claro en la economía real pero queda enmascarado por los artificios de la economía financiera que, hoy en día, es puramente virtual. Por ejemplo. En las economías de España o usa, el tejido productivo industrial, formado por factorías y plantas de producción que producían mercancías reales y que representaban un ingente capital acumulado por el esfuerzo de generaciones, ha ido siendo sustituido por que algunos llaman una economía "fire"
Una economía basada en el crédito, la importación y el consumo. China o Japón, por ejemplo, proporcionan a los bancos españoles o americanos el crédito que permite financiar el consumo americano o español. Los consumidores españoles y americanos aceptan esos créditos (firman en el contrato del crédito) y compran y consumen productos de importación japoneses o chinos. Se crea un sector económico basado en las empresas financieras, encargadas de trasladar el crédito chino a los consumidores, y en una masiva estructura de servicios, cadenas comerciales encargadas de transferir a los consumidores los productos importados de Asia. El consumidor americano termina comprando un televisor japonés con un crédito japonés, el consumidor español compra un coche alemán con un crédito alemán.
Los cálculos económicos al uso, otorgan un enorme valor económico a este cúmulo de bancos y cadenas distribuidoras de productos de importación. En este espejismo, el capital que antes estaba formado por fábricas industriales de enorme importancia, ha sido sustituido por un conjunto de bancos que trabajan con recursos extranjeros y cadenas comerciales que venden solo productos extranjeros. Es lo que llaman la terciarización de una economía.
El problema es que el valor de todo este capital que supone el sector servicios es una ficción económica. Una ficción basada en el supuesto erroneo de que toda esa deuda emitida será devuelta.
Como ese coche alemán ha sido "vendido" con un crédito alemán y ese televisor japonés ha sido "vendido" con un crédito japonés, esas ventas en realidad no se han realizado aún puesto que aún no se han cobrado. Esas ventas se habrán realizado el día en que esos créditos se devuelvan pero eso es algo que, en términos reales, nunca sucederá. nunca sucederá porque no puede suceder.
Así, el enorme valor que las contabilidades nacionales asignan a los bancos y cadenas comerciales (sector servicios) del país es una ficción que se basa en el valor de unos activos de deuda (un derecho a cobrar una deuda) que carecen de valor ya que los consumidores españoles o americanos solo pueden consumir si les regalas lo que consumen (si les prestas un dinero que nunca recuperas)
Un capital con un valor real, el industrial, ha sido sustituido por un escenario de cartón piedra que es el sector servicios (te presto 100 si me compras 100). Este sector servicios, que incluye la construcción, es un castillo de naipes que solo se sostiene mientras haya una inyección continua de riqueza externa en forma de crédito. Si los países que producen, como china, Alemania o Japón cierran la barra libre de crédito gratis, se ve cuál es el verdadero valor de todo ese capital formado por bancos, supermercados y constructoras: cero.
De esta forma, la destrucción de capital, a lo largo de 30 años, en lugares como España, usa o uk llevada a cabo mediante el desmantelamiento de un capital real (el sector industrial) y su sustitución por un simulacro de cartón (el sector servicios) no solo ha descapitalizado las economías española, americana o británica sino que también ha destruido todo el capital de china, Alemania o Japón (el valor del capital de estos países solo se sostiene en los libros porque se da por supuesto que algún día cobrarán lo que nos han vendido, que algún día los ahorradores japoneses recuperarán lo que nos han prestado para nuestro consumo pero esto es algo que nunca ocurrirá).
La estrategia de los gobiernos, que es una estrategia fútil consecuencia del pánico, consiste simplemente en alargar la charada pero esto no es posible. La ficción de la economía de papel de estos años, el milagro de que la simple impresión de papeles permitía vivir bien, la idea de que usa o Europa simplemente podían imprimir euros o dólares y comprar a los chinos todo lo que deseasen consumir, era una máquina mágica que solo ha funcionado mientras aún quedaba capital que pusiésemos comernos, ahorro de extranjeros que nosotros pusiésemos pulirnos.
Destruido todo el ahorro de nuestros acreedores y todo el capital que nos legaron nuestros abuelos, imprimir papeles no servirá de nada. La riqueza económica no puede decretarse. La autoridad monetaria puede imprimir todo el dinero que desee pero ni el ahorro no el capital pueden imprimirse.
Pongamos por caso que una linea de ferrocarril de alta velocidad es una inversión productiva. Esto significa que una vez en funcionamiento genera más riqueza que la que fue necesario sacrificar para construirla más la que consume en su funcionamiento. Siendo así, esta linea es una inversión rentable. Siendo una inversión rentable es fácil encontrar ahorradores que proporcionen voluntariamente los ahorros que permitan realizar esa inversión.
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Las infraestructuras al igual que la mayor parte de la industria no se pueden analizar solo desde el punto de vista de costes y beneficios directos, hay que analizar tambien los indirectos.
El ave a Toledo por ejemplo si analizas su productividad tomando el coste de la inversion, los costes de mantenimiento y los ingresos por billetes seguramente no sera muy productivo.
PEro si tienes en cuenta el ahorro de tiempo y combutible (no de de los usuarios, sino del resto de los ciudadanos que utilizan una carretera menos congestionada), la mejora del turismo en la ciudad de Toledo, muchos extranjeros que visitan a Madrid, se plantean ir a Toledo, ya que es facil, comodo y rapido (si tuvieran que ir en autobus no irian), la reduccion de los accidentes y sus costes, etc... la inversion del ave si puede ser rentable.
Eso no quiere decir que los inversores quieran invertir en el ave, porque ellos solo estan interesados en la rentabilidad primaria. (Les dan igual los beneficios indirectos porque no aparecen en su cuenta de resultados)
No, es justo al contrario, lo que no es posible es hacer un análisis económico legítimo basado en hipotéticos beneficios indirectos.
La razón es que la economía debe ser un proceso de optimización y esa optimización requiere que los costes y beneficios estén cuantificados. Los "beneficios indirectos para la sociedad" son una construcción vaporosa de la economía ficción que, en el mundo real, es una simple patente de corso para el abuso de poder. Cualquier prebenda que el poderoso quiera otorgar, cualquier privilegio que quiera otorgarse o cualquier capricho arbitrario que decida, siempre tendría un hipotético beneficio imaginario imposible de cuantificar frente a un costo, en forma de impuestos, que curiosamente nunca es simbólico, imaginario o vaporoso para el contribuyente sino formado por una cantidad fría, cerrada, innegociable y dura de euros contantes y sonantes.
La humanidad tiene la obligación de utilizar los recursos disponibles solo de la mejor forma posible (optimización) y es un crimen hacerlo de una forma sub-óptima porque los recursos son limitados mientras que los problemas y necesidades de la gente son infinitos. Si malempleamos estúpidamente un recurso otro problema humano serio quedará sin resolver en algún lugar porque el recurso necesario para resolverlo habrá sido sacrificado.
Veamos esto:
"La mejora del turismo en la ciudad de Toledo, muchos extranjeros que visitan a Madrid, se plantean ir a Toledo, ya que es facil, comodo y rapido (si tuvieran que ir en autobus no irian)"
¿Por qué no irían en autobús? Porque el autobús es incómodo y lento, porque el autobús es un servicio más humilde de menos calidad ¿Verdad? ¿Por qué sigue habiendo entonces un servicio privado de autobús entre Madrid y Toledo? Pues porque sigue habiendo gente que utiliza el autobús ¿Por qué? ¿Son tan estúpidos que no se dan cuenta de que el ave es una forma mucho mejor de hacer el mismo viaje? Bueno, está el precio, que es una representación del costo, del esfuerzo que alguien tiene que hacer para que ese servicio pueda existir.
En una economía justa, el esfuerzo de obtener algo debe repartirse entre quienes luego disfrutan de ese algo. En el caso del ave hacer esto es muy sencillo. Que los turistas extranjeros disfrutan de la rapidez y comodidad del ave a Toledo, perfecto, habrá que cargar en el precio del billete que pagan el coste del ave. Que los hoteleros de Toledo se benefician del ave y por lo tanto les vendría muy bien que el ave tuviese unos billetes baratos, perfecto, solo tienen que subvencionar ellos, los hoteleros, el precio del billete del ave "el precio de la habitación en nuestro hotel incluye un bono descuento del 20% en el precio del ave". Que se ahorran costos en accidentes y eso beneficia a las compañías de seguros, perfecto, las compañías de seguros deben subvencionar los billetes del ave "esta póliza tiene un descuento de un 16% aplicable a los usuarios de ferrocarril"
¿Cuál es el problema cuando se intenta poner en práctica esto? Pues que no funciona porque todos estos que se benefician de las ventajas del ave no están dispuestos a hacer el sacrificio que supone tener el ave. A los turistas el ave les parece un excelente modo de viajar a Toledo pero, curiosamente, dejarían de utilizar el ave si el billete costase 1600 euros que es lo que debería costar para reflejar el costo de este lujo estúpido.
Están dispuestos a disfrutar del ave pero siempre que el esfuerzo asociado al ave le sea transferido por la fuerza a alguien que no puede defenderse. ¿Quien es ese alguien que no puede defenderse al que le obligan a pagar por la fuerza, contra su voluntad y con su esfuerzo el coste de que un político regional pueda hacerse millonario por medio de la corrupción (de eso trata el ave)? Pues, por ejemplo, ese señor que viaja de Madrid a Toledo en autobús porque aunque es mejor el ave, no puede permitirse pagar el billete. El hombre que viaja en autobus y sufre esa incomodidad será forzado por la explotación de la aristocracia parásitaria estatal a pagar el billete del nuevorico analfabeto y subnormal que viaja en ave.
Aún admitiendo que esta "inversión" (gasto) público sea monstruosamente antiproductiva y que, por tanto, destruye ingentes cantidades de riqueza económica ¿No podría valer la pena por los puestos de trabajo que genera? ¿La bendición que suponen los puestos de trabajo que genera este despilfarro de recursos valiosos no compensaría toda la riqueza que se destruye en el proceso? ¿No valdría la pena ser más pobres si esa pobreza permite que todos tengamos trabajo? No. Esa es la respuesta corta.
Veamos la respuesta larga. La primera pregunta que hay que responder es esta ¿Puede una actividad destructora de riqueza como el gasto público generar nuevos puestos de trabajo netos? Si, desde luego. De hecho puede generar un número ilimitado de nuevos puestos de trabajo.
El problema es que los puestos de trabajo creados no hacen que la situación mejore ya que el problema, el único problema económico esencial, es el desempleo y el desempleo nada tiene que ver con la "falta de puestos de trabajo".
La situación de desempleo es dramática para quien se encuentra en ella no porque haya perdido su trabajo sino porque ha perdido su salario. Si a ese desempleado le tocase la lotería terminaría su drama aunque un premio millonario de lotería no le devolvería su trabajo.
Sacar a una sociedad de una depresión económica equivale a sacarla del desempleo y el ingrediente que hace falta para lograr esto son los salarios que faltan no los puestos de trabajo. El desempleo se debe a una escasez de recursos con los que construir los salarios no a una escasez de puestos de trabajo.
Como los salarios (reales) están formados por riqueza real, lograr que haya suficientes salarios para acabar con el paro equivale a lograr crear la suficiente cantidad de riqueza real con la que formar esos salarios.
Por este motivo las actividades económicas destructoras de riqueza, como el despilfarro en obra pública, al destruir la riqueza que permitiría construir nuevos salarios profundizan la gravedad del drama del desempleo, aunque generen muchos puestos de trabajo.
Como una depresión está formada por pobreza, salir de una depresión requiere crear la riqueza que "aniquile" esa pobreza. Las actividades creadoras de riqueza facilitan la salida de la depresión mientras que las actividades destructoras de riqueza, como la actividad del sector público, ahondan la depresión.
El teorema keynesiano que sostiene que destruir riqueza es un medio eficaz de salir de la pobreza es falso, aunque haya sido demostrado concluyentemente en varias ocasiones.
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