Estos son los productos tóxicos que están contaminando tu casa (y tú sin saberlo)

Según la ONU, un 24% de las enfermedades están ya vinculadas con el estado del medio ambiente y el porcentaje se eleva por encima del 33% en menores de cinco años. Niños, personas mayores, otros con problemas respiratorios… pueden ser los más susceptibles a estos contaminantes. Y si piensas que solo están en la calle, te equivocas: hay una cantidad de elementos que pueden ser tóxicos en tu propia casa. Te aclaramos cuáles:

• Disolventes: se utilizan para limpiar, pintar, lubricar… Pueden absorberse por la piel y liberar compuestos orgánicos volátiles que pueden ser inhalados.
• Productos de limpieza de la ropa: nos referimos sobre todo a los suavizantes que pones en la lavadora, con el objetivo de que la ropa quede más suave y con un aroma agradable. Deberías saber que puedes eliminarlos de tu cesta de la compra (y así ahorrarás dinero y además, serás más respetuosa con el medio ambiente), porque no es un producto imprescindible en tus lavados ni que deje la ropa más limpia (que es el único objetivo al lavarla). Algunos de sus componentes son muy agresivos: según la OCU, aunque las sustancias usadas para suavizar no tienen efectos dermatológicos dañinos para la salud, sí que algunas de sus sustancias pueden desencadenar alergias en personas sensibles. Si quieres que tu ropa salga con un 'aroma rico', prueba a poner en el cajetín del suavizante unas gotas de aceite esencial de lavanda, por ejemplo.
• Productos de limpieza del hogar: vamos aquí con otros productos que para algunas personas resultan dañinos. Por ejemplo, algunos contienen dietilftalato, tolueno (en los quitamanchas), hexano y xileno (en sprays). El dietil ftalato es un potente disruptor hormonal, una sustancia química, ajena al cuerpo humano o a la especie animal, capaz de alterar el equilibrio hormonal del organismo. Para algunas superficies de la casa, por ejemplo, puedes probar a limpiar con vinagre: es uno de los desinfectantes más potentes que existe. También existen ya productos de limpieza libres de sustancias tóxicas.
• Cosméticos y perfumes: Fíjate en la etiqueta y verá sustancias como benzaldehyde, benzyl acetate, benzyl alcohol, etanol, linalool… “Un simple ambientador libera, como ejemplo, sustancias como el dlimonene, dihydromercinol, linalool, linalyl acetate, beta-citronellol, Alpha-pinene, beta-pinene, 3-carene, camphene, benzyl propionate, benzyl alcohol o bezaldehido”, explican en el centro médico Blue Healthcare. Y qué decir de las sustancias conservantes como los parabenos, que puedes encontrar en cremas, desodorantes, etc. “La lista de compuestos problemáticos es muy larga e incluye algunos como el triclosán, empleado en dentífricos, jabones, geles, productos de limpieza, por sus propiedades antimicrobianas, o los compuestos alfa-hidroxi ácidos, presentes en cosméticos como exfoliantes, hidratantes y emulgentes”, añaden desde el centro. 

Además, en los edificios hay otras sustancias que también pueden resultar dañinas: los materiales de construcción de los muebles (conservadores de la madera como pentaclorofenol, rentolín…), papeles pintados de las paredes, los electrodomésticos, los ordenadores…. Por ejemplo, es frecuente que muchas alfombras nuevas contengan todo un conjunto de compuestos orgánicos volátiles como parte de los pegamentos empleados, materiales de sustrato, retardantes de llama, tintes y demás.

Así están presentes, entre otros, acetona, tolueno, xileno, formaldehído y derivados del benceno, causando emanaciones durante meses o años. “También, los tableros de fibras de madera o conglomerados pueden ser conflictivos, ya que los trocitos de madera se han unido con gran cantidad de adhesivo químico. Además, han de evitarse rellenos de espuma plástica, tapizados sintéticos o productos de plástico”, finaliza Blue Healthcare.

¿Qué está en tu mano para que tu hogar tenga menos elementos tóxicos? Puedes, por ejemplo, evitar pinturas nuevas o todas aquellas que no contemplen alternativas naturales; no usar moquetas, evitar el humo del tabaco en casa; usar productos de limpieza más naturales y sin fragancias (o, como decíamos antes, con fragancias naturales). Evita también los ambientadores para el hogar. Además, ventila tu hogar, con aire fresco, cada una de las habitaciones y cada día.