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Imagen del día: España, entre los países desarrollados con menos suscriptores a la televisión de pago
The Economist

Estados Unidos va a contracorriente. Mientras los americanos han comenzado a reducir la suscripción a la televisión de pago, los europeos contratan más. Hace diez años, casi nueve de cada diez hogares estadounidenses estaban abonados al cable o al satélite. Hoy, poco más de la mitad lo hace. El colapso de la televisión de pago, en medio del avance del streaming online, ha puesto patas arriba la industria televisiva y ha obligado a gigantes de Hollywood como Disney a replantearse su modelo de negocio. Y el ritmo al que los consumidores "cortan el cordón" de los proveedores de cable no hace más que aumentar.

Los europeos contratan el cable y el satélite en mayor número que nunca. La penetración de la televisión de pago en Gran Bretaña superará a la de Estados Unidos este año, según Ampere Analysis. En Francia y Alemania ya lo ha hecho.

¿Por qué la megatendencia de los medios de comunicación estadounidenses no ha llegado a Europa? Una de las razones es el precio. El sector del cable en Estados Unidos puede parecer competitivo: el mayor actor, Comcast, sólo tiene una cuarta parte del mercado. Pero está muy regionalizado, por lo que la mayoría de los hogares tienen pocas opciones, dice Richard Broughton, de Ampere. El resultado es una factura de cable mensual media de casi 100 dólares. Los hogares británicos pagan menos de la mitad. Las lagunas fiscales han hecho que la televisión de pago sea un negocio aún mejor en algunas partes de Europa. En Francia, el consumo se disparó del 30% al 90% entre 2004 y 2014, después de que el gobierno impusiera un tipo de IVA más bajo a los servicios de televisión que a los de telecomunicaciones, dando involuntariamente a las empresas de telefonía un incentivo para incluir un paquete de televisión barato y pagar el tipo impositivo más bajo. El vacío legal se ha cerrado, pero las suscripciones siguen siendo altas.

Un segundo factor es el contenido. La televisión por cable estadounidense se está quedando sin programas a medida que los estudios trasladan los mejores a sus propias plataformas de streaming. En Europa, donde algunos streamers aún no se han lanzado, las empresas de televisión de pago conservan los derechos de muchos de los títulos más populares. Los británicos que buscan la tercera temporada de "Succession" de WarnerMedia, por ejemplo, deben acudir a Sky, una empresa de satélites propiedad de Comcast, ya que HBO Max, de Warner, aún no se transmite fuera de América.

La última razón por la que Europa sigue favoreciendo al cable es que los streamers estadounidenses han forjado alianzas con las empresas europeas de televisión de pago en lugar de competir con ellas. En la carrera por los abonados, la forma más rápida de que los streamers aumenten su número de abonados en Europa ha sido unir fuerzas con los operadores tradicionales de satélite y cable. Son ellos los que tienen acceso a los consumidores y la capacidad de gestionar el marketing local y la venta de publicidad. En España, Vodafone ofrece paquetes de suscripción a Netflix, Disney+ y otros. El año que viene, Paramount+, de Viacomcbs, se lanzará en seis países europeos en la plataforma de Sky.

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