Cuando se habla de desiertos en territorio nacional vienen a la mente el archiconocido desierto de Almería, escenario de múltiples películas western. O el de los Monegros, en Aragón, pero muy pocos conocen el desierto de Gorafe, en Granada. De hecho, son muchos los locales que tampoco han oído nunca hablar de este paraje en el que uno no va a encontrarse sets de rodaje, sino muchos caminos polvorientos que parecen no llevar a ningún sitio, cañones, casas cueva y una de las mayores concentraciones de megalitismo de Europa, con 240 ejemplares repartidos en diez necrópolis diferentes. Por algo lo llaman también el Parque Megalítico de Gorafe.
Lo que uno va a hallar en este paraje de singular belleza que a ratos nos recuerda a Marte, es, silencio y un cielo aplastante. Silencio porque no hay absolutamente nada alrededor y eso a un urbanita le puede resultar chocante, a veces incluso inquietante. Y cielo porque sin duda, sin contaminación lumínica, si acaso algún lejano pueblo, se trata de un emplazamiento estupendo para disfrutar de las estrellas.
No es de extrañar, viendo lo agreste del paisaje, que este lugar haya sido elegido para instalar el que es el primer hotel cápsula (podtel) 100% autónomo y autosuficiente. Se llama DistrictHive y es, permítenos la licencia, una pasada: no solo porque esté localizado en un lugar único que te dejará sin habla sino porque la arquitectura y el diseño del habitáculo también son impactantes. Hablamos de una construcción podríamos decir que efímera porque no toca el suelo ni tiene cimentación (se apoya sobre seis patas como si de una nave espacial se tratase), ni tiene canalizaciones, tuberías, saneamiento… Es decir, cero impacto en el entorno.
Autosuficiente y sostenible
“DistrictHive se ha convertido en el primer módulo 100% autosuficiente y sostenible que pone en valor la naturaleza accediendo a ella sin dejar huella. La incidencia en el territorio es nula ya que no se consume ningún recurso del lugar. Una vez retirado, la ubicación quedaría en el mismo estado en el que se encontraba. Este eco-hotel es capaz de generar su propia agua a partir de la humedad del ambiente y aire, su propia electricidad a partir de la energía solar, cuenta con su propia gestión de aguas negras transformando los residuos en cenizas, y las aguas grises se filtran mediante dos procesos de filtrado para que el agua sirva como agua de riego. La total autonomía del módulo hace que no sean necesarios servicios comunes y complementarios, optimizando así en recursos y garantizando una reducción en la huella de carbono”, explica Priyesh Patel, CEO de Districthive LDA, promotora y creadora de este alojamiento.
Lo cierto es que el habitáculo llama la atención y no solo por lo anterior sino por un diseño, exterior e interior, de lo más elegante: hablamos de un rectángulo negro (es el color elegido para el diseño interior también), totalmente acristalado, con una única habitación (aunque hay cama supletoria) desde donde contemplar el amanecer en todo su esplendor. Son 35 metros cuadrados divididos en el dormitorio, un baño con ducha y sanitario (que convierte los deshechos en cenizas) y una cocina-estar-comedor. Como si de una casita de muñecas se tratase, el alojamiento cuenta con armarios modulares multifuncionales y espacios de almacenaje ocultos. En el interiorismo ha trabajado un estudio alemán, Novono, mientras que los arquitectos encargados del diseño del habitáculo son españoles, Moho Arquitectos.
Todo pensado y medido al detalle
El proyecto se ha realizado, debido a las dimensiones del hotel, con precisión milimétrica: “Este ha sido el mayor reto. Normalmente la arquitectura admite ciertas tolerancias, pero en este tipo de construcciones no pueden existir desviaciones”, explica Carlos Abadía, fundador del estudio. “Un proyecto tan pequeño encierra grandes complejidades que hay que solucionar sin perder de vista la calidad del diseño proyectado. Esta forma de trabajar es un poco distinta al ejercicio profesional que se desarrolla en nuestra oficina y cuando cambian las reglas del juego aparecen pequeñas resistencias, pero la clave como siempre es adaptarse y disfrutar del camino”.
“El transporte fue una de las partes más difíciles de todas, subiendo una montaña a través de un terreno increíblemente difícil para ubicar el podtel”, comenta Patel. Pero ahí está, al borde de un acantilado en Granada…
¿Habrá otros hoteles? ¿Dónde? Se buscan sobre todo, puntos recónditos del planeta: “Ya estamos trabajando en la búsqueda de la próxima ubicación para la instalación del próximo podtel. Nunca habrá dos podtels en el mismo país, buscamos que los destinos sean siempre de una belleza única y extrema. Lugares remotos y únicos en el planeta”, añade Patel.
Este verano instalaron una piscina panorámica y una maravillosa ducha exterior que nos hace olvidarnos de la que hay dentro. Otro pequeño lujo del establecimiento es la terraza exterior para disfrutar por las noches de las estrellas y de un silencio atronador. El habitáculo y el interior se controla por una aplicación que el huésped debe descargarse previamente a la entrada (apertura de puertas, aire acondicionado, difusión de aromas, etc..) y en el pueblo de Gorafe, el único núcleo cercano a la localización, hay una persona de apoyo por si surge cualquier inconveniente.
¿Precio por disfrutar de esta experiencia única en un lugar extremo sin absolutamente nadie alrededor? De 300 a 500 euros por noche dependiendo de si es temporada alta o baja. El lugar lo merece pero eso sí: asegúrate de que te llevas muy bien con tu acompañante porque no habrá nadie más…
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