Cuando un niño dibuja una casa o un edificio, la pauta general es la utilización de líneas rectas y formas rectangulares. Si acaso, cuando la opción escogida es una casa de campo, se le añade un triángulo para rematar su parte superior, a modo de cubierta a dos aguas. No obstante, la arquitectura, por fortuna, va mucho más allá de las aburridas líneas rectas, hasta el punto de que puede llegar a sorprender y crear obras absolutamente maravillosas, algunas de ellas fruto del ingenio de auténticos artistas. No hay más que pensar, por poner solo un ejemplo, en el gran arquitecto catalán Antoni Gaudí.
Otro ejemplo, más reciente, es el proyecto desarrollado por el estudio de arquitectura BIG y el contratista CJ Group, que han completado seis bloques curvos, con 93 viviendas distribuidas en sus 9.500 m2, que se combinan para formar una forma espiral al norte de la ciudad danesa de Aarhus. De hecho, su nombre es toda una declaración de intenciones: Sneglehusene, que en danés significa “la casa de los caracoles”.
Los seis bloques curvos, que varían de uno a cuatro pisos, salen en espiral de un parque central diseñado por BIG Landscape que rodea un pequeño estanque. Este estanque gestiona la escorrentía de la lluvia, que fluye hacia él desde canales integrados en el sitio, y que está conectado a un sistema de agua secundario, desarrollado y supervisado por la planta de agua local. De este modo, se reutiliza el agua recolectada en la zona, la limpia y la vuelve a poner a disposición de los vecinos.
Esta curiosa forma se basó en la vivienda Dortheavej Residence que BIG y CJ Group crearon anteriormente en Copenhague. Al igual que en esta, se creó un patrón de cuadros distintivo apilando dos estructuras modulares con los módulos dentados que tienen techos de 3,5 metros de altura y los que sobresalen de techos de 2,5 metros de altura. Se colocaron una serie de balcones dentro de los espacios dentados, mientras que los bloques bajan en los extremos para crear terrazas al aire libre más grandes. En algunos puntos, la línea de la espiral se rompe, de modo que el patio está conectado tanto visual como físicamente con los vecinos y la zona verde.
El desarrollo contiene casas adosadas, apartamentos de varias habitaciones y estudios que varían en escala desde los 50 hasta los 150 m2. La estructura de hormigón del edificio se revistió con tableros de madera en sus fachadas para expresar el patrón modular, mientras que se expuso en los techos de los apartamentos. Todas las casas tienen una doble vertiente con ventanas que miran hacia adentro y hacia afuera, mientras que el estudio se caracteriza por abrir espacios interiores con paredes internas mínimas.
Además de la forma espiral, este conjunto de viviendas supone una apuesta por la sostenibilidad, en un barrio nuevo de la ciudad “donde la tecnología respetuosa con el medio ambiente se integra en el conjunto tanto del área como de las casas, que se construyen de acuerdo con los principios ecológicos urbanos”, explican desde CJ Group.
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