El paso del huracán Ian por Florida ha dejado un rastro desolador con 110 fallecidos y unas pérdidas que le costarán a las aseguradoras unos 57.000 millones de dólares, unos 58.700 millones de euros, solo por detrás de los desastres provocados por el huracán Katrina en 2005. El Gobierno estatal juega un papel destacado en la cobertura de los seguros de hogar con una aseguradora de último recurso, en un mercado en el que se cobran unos 4.200 dólares (4.320 euros) al año, el triple que a nivel nacional. Sin embargo, Ian ha sido la puntilla para un sector en crisis, que ya cuenta con seis empresas en bancarrota.
El Estado de Florida es propenso a inundaciones y huracanes, pero eso no supone un hándicap para los miles de personas que se han mudado a vivir a uno de los estados con mejor clima del EEUU. Su población ha aumentado un 15% entre 2010 y 2020, mientras los precios de las viviendas subieron más de un 30% solo año pasado, el doble de la media nacional.
El mercado inmobiliario en Florida juega un papel muy importante en la economía de la región. Los impuestos sobre bienes inmuebles suponen una quinta parte del PIB estatal, mientras el Estado no aplica impuestos sobre la renta de sus habitantes, algo que atrae a muchas personas sobre todo jubilados. Por ello, para el propio Estado de Florida tiene mucho interés en que las viviendas estén aseguradas y que esos seguros sean asequibles.
“Un seguro asequible”, destaca Zac Taylor de la Universidad tu Delft, “es la piedra angular de la estructura política y económica de Florida".
Pero el mercado del seguro pasa por unos momentos difíciles en el estado del sur de EEUU. El aumento de incidencias por culpa de clima extremo y el cambio climático, como las consecuencias de la subida del nivel del mar, el incremento de los litigios, y también el fraude, ya ha provocado que seis empresas aseguradoras en Florida se hayan declarado insolventes, antes de asumir los costes.
La aseguradora ‘pública’ acapara ya el 13% del mercado
Ahora, el huracán Ian ha sido la puntilla. Los seguros para la propiedad, con unas primas anuales de 4.200 dólares, (4.320 euros), triplican a la media nacional. Por lo general cubren los daños por vientos, mientras que la protección contra inundaciones es administrada por separado por el gobierno federal.
Ante esta situación, Citizens Property Insurance, la aseguradora de último recurso respaldada por el Estado ha duplicado su número de pólizas en dos años y tiene la mayor participación de mercado, alrededor del 13% del total. Sus primas son de un 30%a un 40% más baratas que las de las aseguradoras privadas.
Los incrementos tienen un tope y están sujetos a la aprobación del Estado. De hecho, a principios de este año, Citizens solicitó aumentar la mayoría de tarifas en una cantidad permitida por la ley, pero las autoridades rechazaron la iniciativa.
Sin embargo, el efecto de este seguro subsidiario tiene un riesgo. Y es que si Citizens no puede cubrir las pérdidas, puede llegar a imponer un recargo a casi todos los demás titulares de pólizas de seguros de propiedad y accidentes en el Estado. A esto se llamó entre 2007 y 2015 como el “impuesto del huracán”, después de una serie de importantes fenómenos meteorológico en 2004 y 2005.
Ahora mismo, Citizens tiene un superávit de 6.700 millones de dólares, 6.900 millones de euros, más que suficiente para cubrir las pérdidas en los hogares estimadas 3.800 millones de dólares, 3.915 millones de euros. Su exposición al riesgo aumentará a medida que las consecuencias de Ian lleven a la bancarrota a más operadores privados.
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