El consumo energético y el importe de nuestras facturas de luz y gas cada vez nos preocupa más, especialmente teniendo en cuenta que nuestro poder adquisitivo se encuentra mermado por culpa de la inflación. Por eso, no está de más preguntarse si es mejor la cocina de gas, vitrocerámica o inducción a la hora de cocinar.
Aunque el consumo no es el único factor que podemos tener en cuenta a la hora de elegir, desde luego el importe de nuestra factura a fin de mes sí es algo que debemos valorar. Para que despejes esta duda, toma nota de cuál de estas herramientas para cocinar debes elegir en términos de gasto.
Gas, vitrocerámica o inducción, ¿en qué se diferencian?
Son tres soluciones tecnológicas a las que podemos acudir a la hora de cocinar. Todas ellas generan calor y son aptas para su instalación en nuestras cocinas, si bien existen importantes diferencias entre ellas que van más allá del mero consumo energético:
- Fuente de energía utilizada: Tanto la vitrocerámica, como la inducción, utilizan la electricidad como fuente energética, mientras que la cocina de gas utiliza, como su nombre indica, el gas como combustible (gas natural, butano o propano).
- Velocidad de cocción: Las cocinas de gas pueden alcanzar una gran potencia y temperatura en poco tiempo y, en general, nos permiten un mayor control con respecto a las opciones eléctricas. Si dudamos entre placa vitrocerámica o inducción, las primeras son menos eficientes que las segundas y tardan más en calentar.
- Seguridad: Las cocinas de gas se consideran las más peligrosas de las tres, ya que deberemos contar con una instalación de gas natural o bien con una bombona conectada, opciones en general con mayor riesgo asociado que una instalación eléctrica. A ello se le suma la presencia de fuego directo, lo que no existe en la vitrocerámica o la inducción. Entre las dos opciones eléctricas, la inducción es la más segura: su sistema de electroimán hace que solo se caliente el recipiente.
- Compatibilidad de ollas, sartenes y demás recipientes de cocción: La cocina de gas nos permite utilizar cualquier tipo de utensilio de cocción que soporte elevadas temperaturas, mientras que, en el caso de la vitrocerámica, estaremos más limitados y solo podremos utilizar ollas y sartenes adaptadas a estas tecnologías. Las limitaciones son mayores en el caso de la inducción y, en el caso de recipientes pequeños (como las cafeteras) y con poco peso, podremos encontrarnos con problemas de funcionamiento incluso al elegirlos aptos para inducción.
- Inversión inicial: Aunque existen multitud de modelos en el mercado, en general la inducción es más cara inicialmente que la vitrocerámica, por lo que gastaremos más en la compra de este electrodoméstico. En cuanto a las cocinas de gas, el abanico es muy amplio y es posible encontrar opciones muy económicas... y todo lo contrario.
- Limpieza: Las claras ganadoras en esta comparativa son la inducción y la vitrocerámica, ya que se trata de superficies planas sin los recovecos inherentes a las cocinas de gas. Además, la inducción permite un mejor control de la temperatura, acotada al perímetro del recipiente de cocción, por lo que las posibles manchas y fugas serán en principio menos aparatosas y más fáciles de limpiar.
Ventajas e inconvenientes de la cocina de gas
Las cocinas de gas pueden resultar más económicas que, por ejemplo, las de inducción (aunque también existen modelos diseñados para los más sibaritas). Además, el consumo de gas suele ser más económico que el eléctrico, y la cocción con gas puede ser mucho más creativa, permitiendo elevadas temperaturas (por ejemplo, para la cocina wok), una mejor distribución del calor y técnicas como el flambeado.
Sin embargo, el mantenimiento y limpieza de las cocinas de gas es, en general, más costoso. Además, la instalación de gas es más insegura y la presencia de fuego directo puede generar más de un accidente.
Ventajas y desventajas de cocinar en placas de inducción
Las cocinas de inducción son más económicas en cuanto a consumo que las vitrocerámicas, aunque menos que las de gas. Calientan rápidamente y de forma segura, resultando muy eficientes al reducir la zona de cocción al perímetro del recipiente y utilizar un sistema de electroimanes. También son más fáciles de mantener y limpiar que el resto de opciones.
Como desventaja, la inversión inicial puede ser mayor que en una placa vitrocerámica o que una cocina de gas, aunque cada vez existen modelos más económicos. En cualquier caso, su reducido consumo compensará esta inversión inicial.
Ventajas e inconvenientes de las vitrocerámicas
Las cocinas de vitrocerámica son las que menos ventajas ofrecen: su consumo es el más elevado de todos y generan más suciedad que las cocinas de inducción, aunque menos que las de gas. Eso sí, el coste de la inversión inicial es más reducido que el de la inducción y son más seguras que las de gas. Con todo, su falta de eficiencia las convierte en poco recomendables si te importa el cuidado del medio ambiente.
¿Qué consume menos, cocina de gas, inducción o vitrocerámica?
Si lo que buscas es el máximo ahorro, las cocinas de gas son las que más te permitirán reducir tu factura a fin de mes debido, precisamente, a que su fuente de consumo es el gas, ya sea natural, butano o propano. Por eso (además de por sus cualidades de cocción), las cocinas de gas suelen ser las más utilizadas en los restaurantes, donde los fogones se encuentran encendidos durante largas horas.
En cuanto a la vitrocerámica, aunque conserva mejor el calor residual que la inducción, resulta, en general, menos eficiente que esta última, y tarda más en alcanzar la temperatura adecuada.
En una comparativa de consumo de inducción vs. vitrocerámica, el resultado es que usar una placa de inducción supone, de media, un ahorro energético de un 20% con respecto a la vitrocerámica.
Los alimentos se calientan más lentamente en la vitrocerámica y se pierde más calor en el proceso, ya que la tecnología de la inducción concentra el calor solo en el área en la que se apoya el recipiente (y no en todo el perímetro del fuego) y lo transmite de forma mucho más directa, a través de un sistema imantado.
En definitiva, si nos fijamos solo en el consumo energético, el gas será el gran ganador en esta comparativa, seguido de la inducción y, por último, de la vitrocerámica.
¿Qué es mejor, cocina de gas, vitrocerámica o inducción?
Puede que también te preguntes qué opción es más saludable, gas, inducción o vitrocerámica, y la respuesta es que depende del uso que hagas de ellas.
Con el gas deberemos mantener un mejor control manual de la temperatura para evitar que los alimentos se quemen, con el consecuente riesgo para nuestra salud. En general, la vitrocerámica es la que mejor control de la temperatura nos ofrece, reduciendo el riesgo en este sentido.
Además, una cocción gradual suele ser más conveniente de cara a conservar el valor nutricional de los alimentos, algo que la vitrocerámica nos ofrece por defecto.
Sin embargo, tanto la inducción como el gas nos permiten calentar despacio los alimentos y sin riesgo de quemaduras: simplemente deberemos tener mayor cuidado a la hora de cocinar y elegir temperaturas más moderadas.
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