Combinan un depósito tradicional con la contratación de otro producto, que suele ser uno o varios fondos de inversión. Por tanto, hay que asumir algo de riesgo
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Depósitos combinados
GTRES

La rentabilidad de los depósitos tradicionales no deja de perder fuerza. Ya es imposible encontrar en el mostrador de mejores productos rendimientos superiores al 4% TAE (tasa anual equivalente) en los plazos medios y largos a partir de los 12 meses y, salvo algunas pocas excepciones a corto plazo, es cada vez más difícil poner el dinero a trabajar en períodos amplios de tiempo con retornos significativos.

Para aquellos ahorradores con alma de inversor que quieren buscar una rentabilidad extra asumiendo riesgos limitados, los depósitos combinados son una opción que está cogiendo fuerza en la oferta de las entidades. Banca March, BBVA, Banco BiG o Arquia están comercializando en estos momentos productos en esta modalidad que combinan un depósito tradicional con la contratación de otro producto, que suele ser uno o varios fondos de inversión.

Por lo tanto, quienes contratan estos productos tienen que saber que mezclan dos mundos radicalmente opuestos. En el primero, en el del depósito, no hay riesgo de pérdida. Algunos bancos ofrecen en este tramo más rentabilidad siempre que se coloque más dinero en el fondo que en el depósito. Por ejemplo, el depósito combinado de BBVA paga un 0,15% TAE si se destina el 70% de la inversión total al depósito y el resto al fondo.

Pero si es el fondo el que recibe el 70% de la inversión, el rendimiento crece a un máximo del 0,65%. Esta rentabilidad corresponde sólo a la parte fija del depósito. Todo lo demás depende de la evolución del fondo de inversión, que puede generar beneficios o pérdidas. Se trata por lo tanto de una inversión con riesgo, por más que el depósito suponga un colchón que siempre generará ganancias.

Por lo tanto, la clave en los depósitos combinados es la calidad del producto de riesgo con el que se combina el producto. Lo recomendable es que el universo de elección sea el mayor posible (hay ofertas que sólo ofrecen fondos de la entidad financiera que lo comercializa) y que la calidad de los fondos esté más que probada. Y también es clave que haya variedad en el riesgo de estos productos.

Por ejemplo, el depósito combinado del portugués Banco BiG (que dispara la remuneración del depósito al 4,5% TAE durante 6 meses) da la opción de entrar en fondos de grandes gestoras internacionales preseleccionados por la entidad como Pimco, Pictet, DWS o Schroder de distintas categorías (renta fija, mixto o renta variable) y por lo tanto con distintos niveles de riesgo. Es importante analizar la evolución histórica de los fondos antes de tomar la decisión.

En el caso de BiG Banco, el 70% de la inversión se destina al depósito y el 30% restante a uno o varios fondos de inversión que hay que mantener durante al menos los 6 meses que dura el depósito. El importe mínimo es de 10.000 euros y el máximo de 500.000 euros. Por su parte, Arquia Banca ofrece un 1,50% asegurado en un depósito a 12 meses a cambio de invertir el 50% en fondos de la propia casa. En este caso, se puede invertir entre 5.000 y 100.000 euros.

En el caso de Banca March, la entidad ha renovado su oferta con tres depósitos que combinan las dos modalidades a partes iguales del 50%, con rentabilidades que oscilan entre el 3,10% y el 3,30% según el tipo de producto de inversión elegido: un mandato de gestión discrecional de carteras de fondos de renta fija seleccionados por expertos de la entidad, fondos perfilados o sicav y, por último, inversión en ‘unit linked’.

Por lo tanto, invertir da la posibilidad de poder contratar depósitos a tipos más altos, pero asumiendo el riesgo de pérdida por una parte de la inversión. Y también hay que tener en cuenta los costes, ya que los fondos de inversión llevan asociadas comisiones de gestión que pueden ser elevadas y que se pueden comer parte de la rentabilidad final.

El cálculo de los gastos es clave para decidir la conveniencia de estos productos. El ahorrador siempre tiene la opción de realizar esta estrategia por separado. Es decir, contratar por un lado un depósito tradicional y, por otro, uno o varios fondos de inversión sin las limitaciones de cantidad que imponen los depósitos combinados, que ofrecen una cesta de fondos cerrada y elegida por las entidades que los comercializan.

Lo que hay que saber

Antes de contratar estos productos, hay que tener en cuenta que es imposible calcular de antemano la rentabilidad, que no se conoce hasta el momento de la cancelación. Y aunque se vendan con la etiqueta de depósito, sólo la parte del dinero destinada hacia el depósito puro está protegida por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta los primeros 100.000 euros.

La fiscalidad también cambia en la parte del depósito y la del fondo de inversión. Los intereses generados por el depósito se integran como rendimientos del capital mobiliario en la base imponible del IRPF. Por lo tanto, tributan el 21% para los primeros 6.000 euros.

En el caso de los fondos de inversión, tributan como ganancia o pérdida patrimonial en el IRPF sólo en el momento de la venta, y los traspasos de un fondo a otro no están sujetos a tributación. 

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