La chimenea aporta calor a tu hogar y le da una sensación de calidez muy acogedora, pero antes de encenderla debes saber cómo hacerlo y las medidas de seguridad que debes tener en cuenta para evitar posibles riesgos.
En esta guía te contamos cómo encender una chimenea, sin tener que depender de pastillas químicas de encendido.
Preparativos previos a encender una chimenea
Antes de prender el fuego, prepara el entorno de la chimenea:
Asegúrate de que el tiro esté abierto y limpio: Sin cenizas acumuladas ni hollín que puedan obstruir la salida del humo.
Utiliza madera seca: La madera debe tener, al menos, un año de secado. Además, es preferible que sea de encina o roble, pues arde mejor y es más limpia produciendo humo.
Accesorios y seguridad: Prepara fósforos o un encendedor de cocina y papel de periódico, astillas o piñas. Ten a mano un juego de herramientas de chimenea, como un atizador y tenazas para manejar el fuego sin riesgo.
¿Cómo puedo saber si el tiro de la chimenea está abierto?
Para saber si el tiro de la chimenea está abierto, puedes quemar un pequeño trozo de papel o cartón y observar si el humo asciende hacia el exterior.
Si al encender la chimenea el humo se queda en la habitación, es una señal de que el tiro está obstruido. Otros indicadores de mal tiro son la dificultad para encender el fuego, una llama débil y un intenso olor a hollín.
¿Cómo encender una chimenea?
Antes de pasar a la acción, coloca una capa de papel de periódico o un cartón en la base de la chimenea para que el fuego avive. Es entonces cuando deberás dar los siguientes pasos:
Recúbrelo con astillas, ramas o carbón vegetal para que sirvan como mecha.
Ahora, añade la leña formando un "cono invertido o pirámide", dejando pasar el aire que necesita el fuego para arder.
Enciende el fuego con cerillas o un encendedor que tengas a mano. Espera un poco para que, de manera natural, las astillas ardan y llegue a los troncos.
Para mantener el fuego vivo, evita añadir más leña de inmediato y espera a que el fuego se asiente y genere brasas.
Regula el tiro para controlar el flujo de aire. Si ves que el fuego produce humo o se apaga con facilidad, abre más la compuerta para que le entre oxígeno.
Añade leña poco a poco, dejando que los troncos anteriores se consuman bien antes de añadir nuevos. No tengas prisa, pues si apilas demasiada leña de golpe, ahogarás la llama por falta de oxígeno.
Este método para encender una chimenea de leña sin pastillas ayuda a que el fuego sea más duradero y ecológico, ya que, al no usar productos químicos, se reduce el olor, el humo y se obtiene una combustión más limpia.
Medidas de seguridad al encender chimeneas
Para reducir el riesgo de accidentes, toma nota de las siguientes recomendaciones:
Nunca debes dejar el fuego sin supervisión, ni mucho menos irte a dormir con la chimenea encendida.
Usa siempre un protector para la chimenea, si carece de puertas, para evitar que salten chispas a fuera.
Si hay niños pequeños o animales domésticos en casa, hay que tener mucha precaución y nunca dejarlos solos en la habitación con el fuego encendido.
Es muy recomendable contar con un extintor en casa y comprobar que esté cargado. Si no tienes, ten cerca el agua por precaución.
Mantén alejados del fuego elementos inflamables como las cortinas, alfombras o muebles.
Es recomendable tener un detector de CO (Monóxido de carbono) cerca de la chimenea para evitar cualquier incidencia.
Evita troncos verdes o húmedos, pues generan humo espeso, menos llama y favorecen la acumulación de creosota y hollín en la chimenea.
¿Cómo apagar el fuego de una chimenea?
Apagar la chimenea es igual de fácil que encenderla, pero hay que hacerlo de manera segura:
Puedes dejar que se apague el fuego de manera natural cerrando las compuertas para que poco a poco las llamas se consuman.
- Usa la pala para extender las brasas y que se vayan enfriando.
- Si después de una hora todavía quedan brasas, apaga los restos con arena o sal. Esto corta el oxígeno sin producir humo ni cambios bruscos de temperatura.
- Antes de irte a dormir o abandonar la habitación, asegúrate de que no haya llamas ni brasas incandescentes.
- Cierra el tiro una vez que esté completamente apagado para evitar que entre aire frío o que alguna corriente reavive las brasas.
- Limpia y retira las cenizas al día siguiente, cuando estén totalmente frías.
¿Cómo mantener una chimenea de leña?
Por seguridad, y para facilitar el buen funcionamiento, debes mantener la chimenea limpia y libre de restos:
- Retira las cenizas de la chimenea después de cada uso y antes de volver a encenderla de nuevo.
- Realiza una limpieza profunda anual del conducto para eliminar la creosota acumulada. Este depósito negro es inflamable y puede provocar un incendio en el tiro si no se retira.
- Revisa que no haya posibles obstrucciones como nidos u hojas, sobre todo si ha pasado tiempo sin usarse.
- Comprueba que la chimenea no presente grietas ni desperfectos, ya que podrían permitir la salida de humo al interior y provocar un posible incendio.
- Si no estás seguro de cómo realizar el mantenimiento adecuado, llama a un profesional para inspeccionar y limpiar la chimenea.
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