Después de las compras y fusiones que poblaron 2003, las empresas inmobiliarias han pasado un año tranquilo recogiendo, un ejercicio más, enormes beneficios por sus actividades y con una actuación muy positiva en bolsa.
Desde hace años nadie ha querido ni oír hablar del alquiler. Con los tipos de interés en mínimos históricos, las desgravaciones por compra y la falta de protección ante morosos, ¿Quién iba a querer alquilar?
Este año el sector inmobiliario ha seguido imbatible. El número de viviendas en construcción en España se situó en junio en 1.595.000 casas, lo que supone un récord histórico, sobre todo si se compara con algún país vecino como Francia, donde apenas se inician 100.000 nuevas viviendas anuales.
España, Australia, Irlanda y gran bretaña son algunos de los países donde más han crecido los precios de las casas en los últimos años. Sin embargo, y a excepción de españa, en todos los demás ya se está desacelerando el ritmo de crecimiento de los precios de la vivienda.
El 27 de septiembre, después de 141 días, el fórum de las culturas celebrado en Barcelona cerró sus puertas con unas perdidas de 400.000 euros después de ingresar 323,7 millones de euros.
Poco a poco los paus de Madrid han visto como llegaban durante este año los primeros "colonos", aunque a los recién llegados todavía les quedan meses, y quizá años, de convivir con grúas y camiones y apenas tienen transporte público ni equipamientos.
El partido socialista incluyó en su programa electoral la creación de un ministerio de la vivienda y dos estrategias fundamentales para controlar los precios: más construcción de vpo e incentivos para el alquiler.
En contra de muchos pronósticos el banco central europeo (bce) mantuvo, durante todo el año, el índice de referencia en el 2% lo que provocó, entre otras cosas, mínimos históricos de la morosidad en España y, de nuevo, un crecimiento espectacular en la actividad del sector hipotecario: en septiembre
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