El fmi estima que la vivienda caerá un 15% este año en España

Tras el debate se descubre como empleado de una promotora, mal retribuido, con jefes poco profesionales que no le hacen el caso adecuado y por ello toma aptitud de sudapollas y en vez de trabajar por su empresa y tratar de por su trabajo le consideren mejor, se dedica a conversar en este foro y tratar de tirar el mercado inmobiliario, que al parecer es del que vive y si su empresa cae él ira al paro. No te equivoques, promotor. Si yo pertenezco ahora al sector inmobiliario es por cuestiones técnicas y legales. Es una actividad accesoria de mi grupo; si esa aventura sale mal, dolerá, pero el grupo no se hundirá. ¿Trabajar por mi empresa? Eso ya lo hice durante demasiado tiempo sin ser remunerado ni reconocido convenientemente por ello; como se suele decir, ni pagado ni agradecido: horas extras involuntarias, mal pagadas, camufladas como dietas (pagan el "neto", y eso que las dietas no cotizan al I.R.P.F. Ni a la S.S.), fines de semana perdidos, horas regaladas diariamente sin retribuir, a pesar de que en mi contrato pone un límite legal de 40 horas, vacaciones trabajadas y también pagadas en "neto" por el precio que a ellos les ha dado la gana... a todo esto, le sumamos todos los desaguisados y marrones dejados por mis predecesores que he arreglado, la pasta que le he recuperado a la empresa en incobrables (el pastón), la introducción de métodos de gestión informáticos y no con boli, papel y sumadora, como se hacía, el trabajo profesional y puesta al día de todo lo atrasado, la continua asunción de responsabilidades y correspondiente trago de multi-marrones lanzados por compañeros, clientes y proveedores que no me corresponden sin la correspondiente mayor remuneración adecuada a esas mayores responsabilidades, el cumplimiento estricto de los horarios y la responsabilidad profesional sin salir al bar a tomar el aperitivo, ni fumar un cigarro ni meterme en Internet mientras mis compañeros sí lo hacían (yo era el gilipollas que cumplía)... como comprenderás, yo entré aquí con mucha ilusión y muchas ganas por cambiar las cosas y hacer que la empresa tirara para arriba, que se reconociera mi trabajo y, como consecuencia de ello, yo acabara cobrando más. Bien, mi competencia ya la demostré y mis jefes me decían que estaban muy contentos conmigo y todo el mundo se quedaba asombrado de cómo curraba; por lo tanto, consideré que llegó el momento de pedir lo mío: las promesas que habíamos acordado en mi entrevista de trabajo, que yo había cumplido y que a mis jefes les tocaba retratarse: yo cumplo, tú cumples, los dos contentos y beneficiados. Tuve que tomar la iniciativa yo, y tardé por exceso de prudencia, ya que vi que ellos no movían ficha y me apliqué lo de el que no llora, no mama. Así que pedí lo mío y empezaron las largas. Lo volví a pedir en varias ocasiones y lo mismo: excusas, aplazamientos, que si la situación está mal... así que mirando lo que curraban mis compañeros, lo que curraba yo y la diferencia entre los latisueldos que cobraban unos por tocarse los huevos y las propinas que cobrábamos otros por currar como mulas, decidí que si por trabajar y esforzarme más y asumir responsabilidades iba a cubrar lo mismo que por aplicarme la ley del mínimo esfuerzo y cumplir los mínimos estipulados, lo mejor era trabajar lo mínimo, sin matarme como hacía antes e irme buscando otro empleo. Y lo curioso es que esto me ha acabado beneficiando a largo plazo. Muy curioso. Otro empleo no encontré, pues ya estaba la situación muy mal, así que decidí permanecer aquí, chupando del bote hasta que escampe y luego, si encuentro algo mejor cuando esto mejore, largarme. ¿Quién ha provocado esta situación? Yo no; yo he cumplido lo que pactamos. Si tú no cumples, yo no me siento obligado a dar más alla de los mínimos. Es lo que hay. O nos beneficiamos los dos o no se beneficia nadie, y yo no le tengo miedo al paro. ¿Qué ocurre? Que algunos quieren ganar lo máximo y que el otro no gane nada. Se rompen las reglas del juego y la codicia hace que a largo plazo todos pierdan. ¿Cómo voy a esforzarme por alguien que me trata mal? En otro orden de cosas, no me las doy de experto, sino de algo más entendido que la media y, te voy a ser sincero, mi función en este foro es provocar que los precios del sector inmobiliario se hundan lo más posible para intentar que el sector entre en una deflación brutal y la transferencia de rentas se revierta. No me importa utilizar métodos demagógicos ni goebbelianos; mi objetivo aquí es contribuir a que se hundan los precios. Como sé que este es un foro muy seguido, lo que hago es aplicar la máxima de que hay que repetir algo el suficiente número de veces hasta que se haga realidad. No me importa cómo lo consiga, el fin justifica los medios. Si digo verdades, medias verdades, mentiras, manipulo datos, utilizo la demagogia, no justifico mis afirmaciones u otras acciones que pueda llevar a cabo que me ayuden a alcanzar mi objetivo, no dudes de que lo haré; tu generación me ha enseñado muy bien a utilizar estos métodos y a romper las reglas o respetarlas cada vez que sea beneficioso para mí: todos los políticos corruptos, los jueces y sindicatos paniaguados, los empresarios que untan a la administración, los dirigidos medios de comunicación, los titiriteros subvencionados, los carroñeros... todos estos y su impunidad me han enseñado que todo vale y que el honrado nunca progresa, sino que el que medra a su costa es el tramposo. Así que he sido un estudiante mediocre y un trabajador del montón al que le han quitado la ilusión. Pero si algo ha aprendido este mediocre es que hay algo en economía que se llama expectativas adaptativas y expectativas racionales. De las racionales, olvídate, pues el español se guía por impulsos y por lo que haga la manada, así que tira más por las expectativas autocumplidas y las "adaptativas irracionales" o clima general de opinión y confianza. Internet me proporciona una herramienta libre y poderosa para influir en el clima de confianza y en las expectativas de la gente. Así que mi objetivo es convencer a la gente de que esto tiene que bajar, que hundirse, para así poder ejercer la actividad carroñera a la que me ha enseñado tu generación y aprovecharme de los cadáveres de los que caigan. ¿Que esto me perjudica? Puede que sí, puede que no. Es un riesgo calculado. Si me quedo en paro, tengo mis dos años. Si me quedo sin paro, tengo ahorrado para vivir cinco años sin trabajar administrando muy bien mi dinero. Aparte, tengo a la familia, que ayuda. En siete años, tengo mucho margen de actuación y te aseguro que un plato de garbanzos no me va a faltar en la mesa. Si tengo que descargar camiones o ponerle los palitos a los chupa-chups, no dudes de que lo haré y que no se me van a caer los anillos. ¿Que te parece? Recogéis lo que sembráis, generación anterior. Y habéis sembrado mucha cizaña, odio y nos habéis enseñado a romper las reglas. Habéis criado muchos cuervos. ¿Y me dices que cumpla las reglas cuando vosotros las habéis roto? ¿Quieres que sea cornudo y apaleado y que ponga la cama, encima? Tu generación me infravalora. No soy tan tonto como pensáis. Igual os lleváis una sorpresa. P. D.: y es actitud, no aptitud.