El certificado final de obra es un documento oficial que elabora el arquitecto responsable de un proyecto y, cuando procede, el arquitecto técnico o aparejador. Su finalidad es dejar constancia de que la construcción ha finalizado y que se ha ejecutado siguiendo el proyecto aprobado y que posee la licencia correspondiente del ayuntamiento. A efectos prácticos, el CFO confirma que una vivienda está finalizada, que cumple con lo autorizado y que reúne las condiciones legales para ser habitada. Además, es un requisito imprescindible para obtener la licencia de primera ocupación, inscribir la propiedad en el Registro o contratar los servicios básicos.
Uno de los trámites imprescindibles para que una obra nueva sea habitable es la obtención del llamado certificado final de obra, un documento que sirve para acreditar y garantizar que una obra ha finalizado con éxito.
El número de certificados de fin de obra de viviendas cerró 2016 en mínimos históricos. Apenas se concluyeron 40.119 hogares, un 11% menos que en 2015. Este dato representa solo el 6,2% de las casas que se terminaron en pleno boom inmobiliario, con 641.419 unidades solo en 2007.
Según las estadísticas del ministerio de fomento los certificados de fin de obra en los cinco primeros meses del año se situaron en 180.722 unidades, un 33% menos que el mismo periodo del año anterior. Sólo se vendieron la mitad
La demanda se sitúa en torno a 92.731 viviendas, lo que supone ca
De cada cinco viviendas que se construyen en España sólo una acaba vendiéndose, pese a que la inercia del exceso de actividad en los últimos años está desapareciendo de forma que el número de viviendas terminadas se ha reducido un 31,8% en el último año.
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