Barcelona es la gran ciudad española que mejor cumple con sus proveedores. Al menos, eso es lo dejan entrever los últimos datos del Ministerio de Hacienda.
Según el informe que ha llevado a cabo la cartera dirigida aún por Cristóbal Montoro, la Ciudad Condal está pagando a sus acreedores comerciales antes de que termine el plazo máximo de 30 días naturales que establece la ley. De hecho, su Periodo Medio de Pago (PMP) se situó en abril en -5,96, lo que significa que abonó sus facturas aproximadamente a los 24 días después de haberla recibido.
Málaga es la otra gran urbe con un PMP negativo, aunque en su caso el periodo de antelación es más reducido: en el cuarto mes del año su ratio se situó en -1,78 días. Esto significa que pagó sus deudas aproximadamente a los 28 días de haber recibido las correspondientes facturas.
En Madrid, en cambio, se situó en 3,73 días (por tanto, pago casi a los 34 días), mientras que en Valencia se elevó hasta 14,35 y en las Palmas de Gran Canaria, hasta 29,98 días. En cambio, encontramos hasta cinco metrópolis con un PMP superior a los 30 días: Murcia (31,31), Sevilla (31,33), A Coruña (33,32), Zaragoza (37,31) y Palma de Mallorca (37,63).
A pesar de que todas ellas se pasan de plazo, su retraso a la hora de pagar las facturas a sus proveedores es muy inferior a la media nacional. Mientras que el promedio de las grandes ciudades se sitúa en 13,7 días, en el conjunto de España alcanza 46,92.
Las distancias se amplían cuando miramos los datos asilados de cada autonomía. ¿La prueba? En Castilla y León, por ejemplo, el periodo medio de pago alcanza 76,38 días; en Aragón, los 95,36 días y en Extremadura se dispara hasta los 100,67 días.
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