
Los bancos centrales de países de todas partes del mundo han subido los tipos de interés en lo que llevamos de año, como respuesta a la escalada globa de la inflación.
A excepción del Banco Central Europeo (BCE), el Banco Central de China y el Banco de Japón, el precio del dinero se ha encarecido en las principales economías, aunque no con la misma intensidad. En los últimos días, sin ir más lejos, han anunciado subidas la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Inglaterra o el Banco de Australia.
Según los datos del Bloomberg recopilados por el diario Cinco Días, en EEUU y Canadá los tipos de interés han subido en lo que llevamos de año 75 puntos básicos. En el caso de la primera potencia mundial, la Fed ha incrementado los tipos de interés un 0,5% de una sola sentada, lo que se traduce en el mayor incremento desde el año 2000, y deja el precio del dinero entre el 0,75% y el 1%.
Con alzas similares (del entorno de 75 puntos básicos) se encuentran Nueva Zelanda y Reino Unido, cuyo banco central ha situado los tipos en el 1%, su nivel más alto desde 2009.
Los países que han aplicado hasta la fecha subidas inferiores (de 25 o 50 puntos básicos) han sido Australia (con la primera subida de tipos en el país desde 2010), Noruega, Suecia, Arabia Saudí, India, Ucrania y Sudráfrica, mientras que el banco central de México ha incrementado los tipos de interés en 100 puntos básicos (esto es, en un punto porcentual), en línea con Egipto. En Islandia, en cambio, el precio del dinero ha subido en 175 puntos básicos, mientras que en Perú se han incrementado unos 200 puntos básicos.
Ya por encima de los 250 puntos básicos se encuentran Polonia (275 enteros) o Hungría, que es el país de la UE que ha aplicado la mayor subida de tipos en 2022, con hasta 300 puntos básicos. Brasil, Chile y varios países asíaticos también superan dicha barrera.
Ya por encima de los 300 puntos básicos se encuentran Venezuela (322 pb), Rusia (550 pb) y Argentina, cuyo balance anual supera con creces al resto de países, tras aplicar un alza de 900 puntos básicos.
En este escenario internacional, cada vez aumentan más las probabilidades de que el BCE endurezca su política monetaria de forma inmimente. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, y vicepresidente, Luis de Guindos, han dejado entrever en los últimos días que esta decisión monetaria podría llegar en verano, una teoría que también defiende Olli Rehn, el gobernador del Banco de Finlandia y excomisario de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, quien aboga por subir tipos en julio al considerar que no hay necesidad de retrasar más el ajuste de la política monetaria.
Muchos analistas y economistas dan por hecho que en la segunda mitad de año se sucederán varios incrementos en la eurozona (que llevan instalados en el 0,0% desde 2016 y que se resisten de momento a firmar su primera subida desde 2011), y alertan del impacto que tendrán las subidas de tipos que vienen en las familias. En líneas generales, deberán afrontar un mayor gasto a la hora de pagar la hipoteca y otros préstamos, lo que mermará su capacidad de consumo y de ahorro.
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