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Por qué cuesta tan cara la luz
GTRES

¿Por qué nos cuesta tan cara la luz? Una cuestión que en un principio debería de ser sencilla de responder, esconde un tema complejo, cuya respuesta está en la política energética de nuestro país, que se remonta a los años 30 y que, ahora, por primera vez, se desgrana, con rigor y claridad, en este libro.

A través del manual titulado '¿Por qué nos cuesta tan cara la luz?', de fácil lectura y comprensión, su autor Gregorio Lozano desmonta el sector eléctrico español, “en un intento de sobreponerse a la perplejidad que provoca el hecho de que a España, un país de relieve accidentado, con abundantes recursos hídricos, muchísimas horas de sol y viento, amén de bien comunicado mediante gaseoductos, le cueste producir su electricidad más que a islas como Chipre o Malta”. Para ello, reconstruye de manera minuciosa la historia de un sector no exento de sombras.

Por qué nos cuesta tan cara la luz: la clave está en la política de España
idealista/news

Este trabajo de investigación se inicia a finales de 2015, tras considerar su autor “que el sector eléctrico podría ser una óptima piedra de toque para evaluar el carácter de nuestras instituciones económicas y su relación con el poder político”.

Después de leer el libro de Acemoglu y Robinson “Por qué fracasan los países”, a Lozano empezó a rondarle la idea de que quizá la debacle económica española acaecida tras la crisis de deuda de 2012 tuviese mucho que ver con el cariz de nuestras instituciones políticas y económicas, con la manera de interrelacionarse ambas, con el hecho de que en esto se asemejasen mucho al modelo de instituciones  extractivas que los dos autores citados situaban en la base del fracaso de un país. “Me propuse estudiar la estructura de dichas instituciones, pero, ante la imposibilidad de abarcar un proyecto tan mastodóntico, centré mi investigación en el sector eléctrico”, comenta el autor.

Sin perder un ápice de fina ironía, con este libro Lozano argumenta la evolución de un sector, como es el eléctrico, “que a comienzos del siglo XX agrupaba a centenares de empresas y que se convirtió, a mediados de los años 30, en un cártel capitaneado por una docena de ellas, que pervive reconvertido en un oligopolio”. En un recorrido histórico analiza la política energética emprendida durante la democracia por los distintos gobiernos.

Institución extractiva

Su subtítulo dice mucho de este libro. El sector eléctrico español: historia de una institución extractiva. Mientras que las políticas extractivas concentran el poder en manos de una élite reducida y fijan pocos límites al ejercicio de su poder, las instituciones políticas inclusivas tenderían a eliminar las entidades económicas que levantan barreras de entrada y suprimen el funcionamiento de mercados que solamente benefician a un número reducido de personas, explica Lozano en su interior.

Pues bien, teniendo en cuenta que la institución extractiva todavía está asentada en nuestro país, en una situación energética actual, con un alza continuada de los precios de la energía eléctrica, qué mecanismos se pueden esperar para reducir este impacto. ¿Son suficientes los bonos sociales o la reducción del IVA? ¿O son solo parches?  

Para Lozano, la situación tiene remedio, “pero como todo mal complejo se necesita actuar desde varios frentes. Se necesitan medidas como el bono social o la reducción del IVA para estabilizar la situación y para aliviar la penuria de muchos hogares. Pero esto no puede prolongarse de forma indefinida. Es necesario también legislar para que los desajustes estructurales en el mercado se corrijan y para evitar pactos colusorios. Hay que dotar de competencias, medios e independencia a los órganos reguladores. Y, por último, habría que empezar a dar los pasos para que, como sucede en Francia, Alemania, Italia u otros muchos países de la Unión Europea, el sector eléctrico estuviese dentro del sector público y atendiese al interés nacional, pues es la única forma efectiva que se conoce de poder tener una política energética propia y no impuesta por los mercados, las compañías multinacionales o los fondos de inversión”.

“Cuña gubernamental”

En este libro, el autor hace alusión a un concepto tomado de David Robinson, la "cuña gubernamental", un artefacto propagandístico diseñado para hacer creer a los ciudadanos que los costes del recibo son para el Estado. “Pero no es así”, justifica, “el Gobierno recauda impuestos (siempre por debajo de la media europea y ahora especialmente bajos) y costes. Pero mientras que los primeros van a parar al erario público, los costes se distribuyen entre los agentes que integran el sector eléctrico: generadores, red de trasporte, distribuidoras, etc. Por tanto, aunque el Estado los recaude no son para las arcas públicas”.

Desde la regulación del sector eléctrico, no todos los Gobiernos han sido igual de beligerantes ante esta situación. Lozano mantiene que “quizá el más combativo fue el gobierno de Adolfo Suarez con Fuentes Quintana como ministro de Economía. La situación económica del país era extremadamente delicada y las compañías eléctricas no estaban por la labor de renunciar a seguir ejerciendo el poder dentro del sector de forma casi omnímoda, como venían haciendo desde tiempos inmemoriales.  Al final el choque se saldó con la dimisión de Fuentes Quintana y la aprobación de un Plan Energético Nacional más cercano a los intereses de las eléctricas que el propuesto en un principio. Mejor suerte tuvieron los Gobiernos socialistas que, con menor beligerancia (dada la crítica situación del sector en los 80, al borde de la bancarrota) consiguieron que casi el 50% de la generación y el control de la red de transporte acabasen en manos del Estado.  Por su parte, fue el Gobierno del Partido Popular, con Piqué como ministro de Industria, el que llevó a cabo una liberalización del sector en sintonía con los intereses de las grandes empresas y claramente lesiva para el interés de los consumidores, al tiempo que se privaba al Estado de una capacidad directa para incidir en los asuntos eléctricos”.

Volviendo a la pregunta que formula el título de este libro ¿Por qué nos cuesta tan cara la luz?, disponible en Amazon, la conclusión a la que se llega es que el actual precio de la luz en España no es fruto de una serie de sucesos episódicos de mala gestión empresarial o de decisiones políticas concretas que beneficiaron a las grandes empresas eléctricas, sino que sólo se explica si lo encuadramos dentro de ese fenómeno que se ha dado en denominar institución extractiva. Cada lector, cuando mire su factura de la luz, que saque sus propias conclusiones.

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