Hoy en día nadie concibe una ciudad que no quiera contaminar menos, reducir el gasto y convertirse en un referente tecnológico, pero pocas ciudades se han propuesto hacerlo realidad con el ímpetu y la decisión de málaga. La capital de la costa del sol es un ejemplo claro de eco-ciudad, una urbe inteligente “en permanente ebullición”, tal y como asegura a idealista news su alcalde, Francisco de la torre
El proyecto malagueño supone una de las mayores iniciativas europeas de ciudad inteligente, en el objetivo de reducir las emisiones, el consumo energético, impulsar las fuentes renovables y aprovechar los avances que ofrece la tecnología para adaptarlos a la gestión municipal. Un proceso que inició hace años y en el que "se ha ido sembrando" hasta lograr “una ciudad sostenible ambiental y económicamente” en beneficio de los ciudadanos, detalla el alcalde
Para ello, en la ‘revolución verde” malagueña se han aprobado medidas de ahorro energético en campos como la iluminación pública (con la instalación de reductores de flujo, luces led o fuentes de energía eólica y solar). “Muchas veces las ciudades están sobreiluminadas innecesariamente. Hemos hecho una reducción de entre el 30-40% del consumo eléctrico a base de reducir la intensidad del flujo lumínico, algo que ha supuesto el ahorro de casi 2 millones de euros”, apunta Francisco de la torre
La ciudad es sede además del proyecto “smartcity Malaga”, puesto en marcha en la zona oeste de la ciudad (playa de la misericordia) por las empresas endesa y enel, y en el que participan hasta 11 compañías, entre ellas telefónica i+d, mitsubishi heavy industries, hitachi o nedo, un organismo dependiente del ministerio de comercio, industria o energía de Japón, involucrado en el proceso de movilidad eléctrica de la ciudad
Según los datos de endesa, en estos últimos 5 años se ha logrado un ahorro del 25% en el consumo eléctrico general de esta zona, gracias a las medidas implementadas a cerca de 11.000 clientes domésticos y 1.200 industriales y de servicios. Entre estos proyectos se encuentran iniciativas como ‘zem2all’ (movilidad de cero emisiones para todos) – para la introducción de cerca de 170 vehículos eléctricos y estaciones de recarga por toda la ciudad-, sensores para avisar a los conductores de plazas de aparcamiento libres en la ciudad o de sistemas de conectividad entre los ciudadanos y las administraciones públicas a través de aplicaciones en smartphones y tabletas
Todo bajo la premisa de “generar empleo y actividad económica” y crear un clima propicio para facilitar “la atracción y retención de talento”. Dos pilares que marcan el día a día de la ciudad andaluza, finalista este año a ciudad europea de la innovación
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