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Coches compartidos en Madrid
idealista/news

Las nuevas formas de conducción eficiente resolverán los retos de la movilidad urbana en las grandes ciudades junto al transporte público. El boom de las nuevas aplicaciones en el entorno de internet favorece la sostenibilidad, la eficiencia energética, el ahorro y la mejora el medio ambiente. Pero mientras aparecen opciones como ‘car-sharing’, ‘ride-sharing’ o ‘car-pooling’ aún queda por resolver aspectos sobre la regulación que deben cumplir o la seguridad de conductores y usuarios.

La población en las grandes urbes aumenta año a año, lo que conlleva la creación de nuevos núcleos de población. No todos tienen un acceso eficaz al transporte público, ya sea vía autobús, tren o tranvía, y se ven obligados a coger el coche para llegar al trabajo. En paralelo a estos modelos convencionales surgen nuevas alternativas a la movilidad, que parten de clásicos de la economía colaborativa como compartir coche entre amigos o compañeros de trabajo para ahorrar costes y atascos.

El informe ‘Upgrading urban movility. Los retos de la movilidad ubana’, realizado por los profesores Enrique Dans y Gildo Seisdedos para el IE Business School, recalca la relevancia de estas nuevas formas de economía colaborativa, cada vez más consolidadas en las grandes ciudades de todo el mundo. Su rápido desarrollo se ha visto apoyado por las nuevas tecnologías en entorno de internet con el objetivo de mejorar el tráfico rodado de las ciudades. Y con efectos colaterales como la lucha contra la contaminación y la mejora del medio ambiente.

Nuevos términos como ‘car-sharing’, uso temporal de vehículos o préstamo de vehículos , ‘ride-sharing’ o ‘car-pooling’, donde se comparte el coche entre varios usuarios ya sea con conductor profesional o no, son cada vez más conocidos. Para acabar con la poca rentabilidad del uso del automóvil, donde solo se usa el 2% del tiempo y lo ocupan de media 1,4 personas aparecen estas opciones de movilidad que se complementan con los servicios públicos.

“Los retos de la movilidad requieren una intensa coordinación entre el sector público y el sector privado que deben dejar de mirarse con recelo y desconfianza y empezar a colaborar con un objetivo en mente: proporcionar a los ciudadanos una movilidad que les permita desplazarse de forma rápida, segura y sostenible”, afirma Enrique Dans en el informe.

La mayoría de las grandes ciudades de España cuentan con la opción del alquiler de bicicletas junto al transporte convencional y en ciudades como Madrid, el Ayuntamiento apoya la opción de alquiler de coches eléctricos por un tiempo limitado. Car2Go permite alquilar por minutos vehículos eléctricos sin tener que ir a un punto fijo para recogerlo. Están en la calle y se localizan a través del teléfono.

Otra de las grandes gestoras de esta conducción colaborativa trata de conciliar su trabajo con la legislación vigente. Uber entró en España pero pronto se chocó con las leyes españolas y el rechazo de los profesionales del automóvil.

"Uber quiere ser la pieza que falta para completar el modelo de multimodalidad de Madrid", afirmó Carles LLoret, director de Europa Sur de la compañía americana. Su aplicación móvil que conecta a pasajeros con los conductores de vehículos registrados en su servicio ha levantado ampollas en muchos países europeos. “Volveremos pronto a España cumpliendo con la normativa vigente”, afirmó LLoret. 

Los ponentes de la presentación del informe concluyeron que hay que armonizar la regulación con la actualidad: “aún existen normas que no están adaptadas a la realidad del sector”. Pero sobre todo hay que cumplir con las garantías suficientes que den seguridad a los usuarios y acabar con la acusación de economía sumergida.

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