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El impacto del desafío independentista en las empresas cotizadas del sector inmobiliario no deja prisioneros. Promotoras, patrimonialistas y socimis reciben casi por igual en sus precios el efecto desatado por la incertidumbre en Cataluña, que ha despertado un temor inequívoco a un frenazo de la actividad económica. La revisión oficial a la baja desde el 2,6% hasta el 2,3% de la previsión de crecimiento del PIB en 2017 es el primer resultado.

Y pocos sectores tienen más que perder que el inmobiliario, el que más se estaba beneficiando de la recuperación de la actividad económica. Los inversores se han puesto en modo defensivo y están retirando una parte de los importantes beneficios acumulados por el ladrillo cotizado en lo que va de 2017.

Los números desde el 1 de septiembre, cuando la incertidumbre sobre Cataluña fue cogiendo velocidad hasta culminar en el referéndum del 1-O, sacan a la luz que todas las empresas del sector han bajado más que el índice general de Madrid en las últimas semanas. La caída media se sitúa alrededor del 5%, muy por encima de la del 1,5% del indicador en el mismo período.

La excepción es la socimi Lar. Aunque también cae algo más que el índice (en torno a un 2%) la compañía se ha convertido en el valor refugio de los inversores justo cuando la incertidumbre toca máximos y provoca caídas entre el 3% y el 5% en el resto de grandes socimis (Merlin, Colonial, Hispania y Axiare) en las últimas siete semanas. Fuentes bursátiles aseguran que la resistencia de Lar obedece más a factores coyunturales que estructurales. ¿Por qué?

La socimi tiene una exposición muy discreta en Cataluña. Sus activos allí se limitan al Centro Comercial Ánecblau (en Castelldefels, Barcelona) con una superficie alquilable de casi 29.000 metros cuadrados y al edificio de oficinas Joan Miró, en el centro de Barcelona y que tiene entre sus inquilinos al Registro de la Propiedad, Mutua Pelayo y BBVA. Una presencia que no pasa de testimonial en comparación con el gran volumen de activos de Lar en Madrid o en el País Vasco.

Por el contrario, Merlin cuenta con hasta 15 edificios alquilados de oficinas en Barcelona, además de supermercados, centros comerciales y de logística y un hotel, mientras que una socimi tan arraigada a Cataluña como Colonial cuenta con activos en la comunidad autónoma valorados en más de 800 millones de euros. También Hispana cuenta con una cartera de activos muy superior a la de Lar en Cataluña.

Pero hay más factores que explican la resistencia a la baja de Lar, una empresa que ha ido ganando adeptos entre los analistas que siguen la compañía. El número de recomendaciones de venta sobre el valor se ha reducido a una, el número más bajo desde que empezó el año. Cerca del 60% de las compañías que cubren a la socimi recomiendan comprar con un precio objetivo medio cercano a los 9,5 euros que supone que Lar aún podría subir alrededor de un 15% a pesar de que sigue muy cerca de los máximos del año.

Pero el castigo recibido por el conjunto del sector (desde el 1 de septiembre nadie ha sufrido más que Renta Corporación en bolsa, con una caída superior al 10%) no ha ido acompañado de una rebaja de las recomendaciones de los analistas. Éstos creen que todavía es pronto para cambiar las valoraciones, a la espera de acontecimientos en Cataluña. De momento, las noticias de un sector en plena corrección están muy lejos de ser las peores posibles.

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