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Juan Carlos Bandrés: "La crisis inmobiliaria de 2008 no está todavía superada"
Juan Carlos Bandrés, director general de Grupo Lobe idealista/news

Grupo Lobe ha entregado hasta la fecha 246 viviendas con certificación Passivhaus. En enero de 2020 sumarán 150 viviendas de VPO, un hito dado que se trata del primer edificio de protección oficial, multifamiliar a gran escala y de iniciativa privada con certificación Passivhaus en la Comunidad de Madrid.  A finales de 2020 serán 756 las viviendas con este estándar entregadas con vistas a llegar a las 2.000 a fines de 2022.

El ahorro energético alcanzado en los pisos ya habitados es superior al 60%, según esta promotora, aunque, constata, “los fijos que cobran las compañías suministradoras de luz no permiten ver claramente todo el ahorro que se produce”.

“No obstante, por encima del ahorro económico en la factura, hay elementos como el confort térmico y acústico que, sumado a una extraordinaria calidad del aire que se respira en el interior de la vivienda, hacen que el valor que se le da a ésta vaya más allá del ahorro en la factura energética”, recuerda el director general de Grupo Lobe, Juan Carlos Bandrés. También es presidente de la Asociación de Constructores Promotores de Zaragoza y de la Confederación de Empresarios de la Construcción de Aragón.

Como promotores que llevan por bandera el Passivhaus, ¿cómo cree que ha sido la evolución del Passivhaus en nuestro país en esta década? 

La construcción de edificios con certificación Passivhaus ha tenido un verdadero impulso en el último año, por tanto, la experiencia y contacto con el cliente es todavía reducida. El cliente muestra interés por este tipo de viviendas, pero todavía no se demanda de forma determinante.

Las administraciones públicas han llevado a cabo operaciones para vivienda de alquiler, y aunque es testimonial, no deja de ser una buena noticia para que todos vayan tomando conciencia.

Cuando echó a andar el Passivhaus en España, tanto administraciones públicas como promotores/constructores y, por supuesto, usuarios eran reacios a esta metodología, ¿cómo ha sido el recorrido de los distintos actores involucrados?

Promotores y constructores van evolucionando, pero debemos recordar que la crisis de 2008 no está superada.  Deben crearse nuevas estructuras organizativas, que hagan posible la ejecución generalizada de este tipo de construcciones, que desencadenará en un gran salto de calidad. Algo tan necesario para cambiar la imagen tan deteriorada de nuestro sector.

¿Por qué los promotores nacionales no acaban de ver la proyección de este tipo de edificios?

Hay que tener en cuenta que este sector sufrió en 2008 una crisis sin precedentes. La nueva etapa se ha vivido entre 2014 y 2015. Los nuevos equipos todavía se están configurando y se encuentran en una fase de crear estructuras organizativas nuevas, asumiendo nuevos retos generados por un cliente con perfil diferente.

Uno de los caballos de batalla de la proyección de este método constructivo es la legislación. ¿Cree que el nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE) contemplará un escenario optimista a futuro?   

Las normas existentes y el CTE deberán someterse a un debate en el que la figura del promotor, pieza principal del sector, no sea visto como el enemigo a abatir. Venimos de un contexto anterior en el que el promotor sólo tenía la inquietud de obtener suelo, materia prima que generaba mayores beneficios que la ejecución de las promociones posteriores.  El cambio de escenario ha provocado que la ejecución y el coste de producción de dichos edificios adquiera un peso más relevante en la viabilidad de las operaciones.

Parte de esos sobrecostes vienen motivados por la desorientación que provoca una normativa que no te obliga, pero te sugiere, lo que en algunos casos sí parece una obligación para profesionales con escasa experiencia.

El nuevo CTE en materia de construcción de Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo (EECN) debería contemplar un período de transición, para permitir que el sector se adapte a un sistema de construcción, con unos procesos que permitan entregar un producto inmobiliario que tenga valor añadido a lo que ya conocíamos, que tiene que convertirse en un dinamizador de la actividad de un sector que no arranca con vigor.

¿Cómo ve el futuro de los edificios Passivhaus en España con respecto a la construcción tradicional basada en el CTE?

Todavía estamos lejos de que se generalice la promoción de este tipo de edificios. Pero yo soy optimista, la nueva etapa que se está produciendo, orientada a la industrialización de la ejecución de edificios, hace posible que se produzca un incremento notable que, por otro lado, abrirá un nicho de negocio para un sector necesitado, frente a un cliente que demandará este tipo de viviendas.

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