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El gobierno británico ha salido al final al rescate del sector inmobiliario. El primer ministro de Reino Unido, Gordon Brown, ha eliminado, por primera vez desde 1991, un impuesto que gravaba la compra de algunas viviendas y ha aprobado unas ayudas por 1.800 millones de libras (1.242 millones de euros) para reavivar la economía británica

Para paliar la delicada situación por la que atraviesa la economía inglesa, el Gobierno británico ha decidido retirar un impuesto que gravaba la compra de viviendas cuyo precio esté por debajo de las 175.000 libras (unos 217.000 euros), un límite que anteriormente estaba situado en las 125.000 libras (153.600 euros). La medida entrará en vigor mañAna

Ya entre diciembre de 1991 y agosto de 1992 se suprimió este impuesto y se dejó para que sólo afectara a viviendas con un valor por encima de las 250.000 libras (307.300 euros). Sin embargo, la medida tuvo muy poco efecto. Es más, los precios de las viviendas cayeron un 8% en 1992 y las ventas de las casas también bajaron

Además, el gobierno británico también ayudará a 16.000 personas agobiadas con la hipoteca y a otras 10.000 para comprar su primera vivienda

Los datos que se han ido conociendo en los últimos meses dejan patente el débil estado de salud en el que se encuentra la economía inglesa. A la debilidad de la libra frente al dólar, se suma el estancamiento del PIB en el segundo trimestre, y las advertencias del gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, sobre el débil crecimiento de la economía para el próximo año

La reacción en bolsa de las inmobiliarias y constructoras inglesas no se ha hecho esperar. Taylor Wimpey, la mayor constructora del país, se ha disparado más del 10%, mientras que Persimmon le ha seguido muy de cerca, y Barratt Developments ha avanzado en torno al 8%.  

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