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Una fábrica abandonada de Río de Janeiro se convierte en una favela gigante en la que viven 1.800 familias (fotos)
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Más de 2.000 personas viviendo en un espacio de 12.000 m2. La situación que viven los vecinos de ‘Nova Tuffy’ se acerca a lo imposible. La 'favela gigante', en el 'Complexo do Alemão' (Río de Janeiro, Brasil) es la traducción de la política del ejecutivo brasileño para alejar el narcotráfico de las calles cariocas.

"Nuestra situación aquí es precaria en todos los sentidos”. El presidente de la asociación de vecinos de ‘Nova Tuffy’, Carlos Alberto da Conceiçao, detalla algunas de las calamidades de los residentes. “No tenemos alcantarillado, electricidad, ni tratamiento de aguas. Las enfermedades se han descontrolado: tuberculosis, hepatitis, enfermedades cutáneas y dolor de barriga por beber agua contaminada”, dice el representante al diario brasileño ‘Folha de Sao Paulo’.

Meses antes de comenzar el mundial de fútbol, el gobierno central decidió que los narcotraficantes debían marcharse del centro de Río de Janeiro. Uno de los epicentros era el barrio de favelas 'Complexo do Alemão', tomado por grupos armados que siguen manteniendo un conflicto no declarado con las Unidades de Policía Pacificadora (UPP). La medida estaba bien vista: 'por fin se hacen cargo de la situación', pero el desarrollo del plan no iba a ser tan popular.

¿El precio de la seguridad?

Según la seguridad de la zona aumentaba, lo mismo hacían los alquileres de las favelas. "Con la instalación de la UPP en las favelas del Alemão los alquileres pasaron de 150 reales a 400 o 500 reales”, explica Da Conceiçao. Una subida brutal si se tiene en cuenta que los ingresos de los habitantes de la zona alcanzan, con suerte, los 700 reales mensuales.

Hace año, la fábrica de ‘Tuffy Habib’, se conocía en la ciudad carioca por su producción de plásticos. Una vez cerró las puertas, el espacio de 12.000 m2 se utilizó como aparcamiento irregular. Desde hace unos meses (desde el 23 de marzo de 2014) y con los alquileres subiendo como la espuma (a la espera de la celebración de los juegos olímpicos) miles de vecinos han acampado en el lugar.

2.000 personas y 3 baños

Sin embargo, la infraestructura no es la mínima. Ni de cerca. Con solo tres baños y sin agua potable, el lugar es un foco de enfermedades para los habitantes. Eso por no hablar de las altas temperatura y humedad de Río de Janeiro, que traspasan las frágiles construcciones de madera y aluminio sin resistencia. La misma que los incendios que cada semana amenazan a los residentes.

"Para orinar lo hacemos en un cubo de plástico y por la mañAna lo llevamos al baño comunitario pero en el caso de mayores necesidades tenemos que buscar a alguien con la llave del baño comunitario a cualquier hora", relata una de las vecinas.

Desalojo... y buenos deseos

Ahora, la justicia de Río de Janeiro ha decidido devolver los terrenos de la fábrica a su nuevo propietario. Eso implica que la policía militar desalojará a las familias del 'Nova Tuffy' en cualquier momento. Aunque el juez, André Fernandes Arruda, dejó una cosa clara: “no quiero el uso de ningún tipo de violencia y espero que todos consigan un lugar digno para vivir". Habrá que esperar y ver si se cumplen su exigencia y el deseo.

En abril, las autoridades desalojaron otra antigua fábrica que había sido habitada. Los enfrentamientos para la salida de las 5.000 personas que ocupaban el edificio dejaron 13 heridos graves. Entre ellos un niño de 9 años y un bebé de 6 meses. Después de aquello, las familias tuvieron que dormir durante semanas frente al ayuntamiento de Río de Janeiro hasta conseguir ser realojados.

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