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Casas del futuro en Marte
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No importa cómo nos lo imaginemos o qué producto de las mentes de Hollywood haya impactado más en nuestra concepción de Marte: en cualquier caso, a todos nos gusta fantasear de cuando en cuando con la idea de viajar al planeta rojo.

Probablemente sean nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos los que tengan la fortuna de vivirlo, pero las ansias de conocimiento humanas sobre lo marciano no han dejado de aumentar desde que un robot astronauta de la NASA, el ya célebre Curiosity, diera su pequeño paso en 2012. Un año después, 200.000 personas se apuntaban a un viaje sin retorno para conquistar Marte que estará plagado de dificultades. Por ejemplo, ¿dónde vamos a vivir cuando pisemos suelo extraterrestre?

Los primeros asentamientos provisionales, seguramente, viajarán con nosotros en la nave. Sin embargo, ir de acá para allá cargando con viviendas prefabricadas no parece la opción más sostenible. Tarde o temprano tendremos que buscar la forma de adaptar la construcción a los requerimientos del planeta rojo.

Muchos ya han tratado de encontrarla, pero ninguna resulta tan realista y factible como la propuesta del grupo de investigadores de la Universidad de Northwestern (Illinois, EE.UU.) que ha desarrollado el “hormigón marciano”. ¿Su principal ventaja? Que se puede utilizar sin agua, un recurso que será más bien escaso para los conquistadores espaciales.

Una imagen del planeta rojo
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El ingrediente secreto de su mezcla es el azufre, que se deberá fundir a unos 240 ºC. Una vez líquido, se mezclará con tierra de la propia superficie marciana (que contiene dióxido de silicio, óxido de aluminio o el óxido de hierro que aporta ese característico color rojo) y se dejará enfriar. Fin del proceso. El hormigón marciano estará listo para uso y disfrute de los arquitectos del futuro.

Si te parece demasiado sencillo y te preguntas dónde está la pega, lo cierto es que emplear azufre como base para producir hormigón no es un invento de estos investigadores. Si se había descartado hasta ahora es porque el conglomerado, tras enfriarse, suele presentar huecos que comprometen la resistencia del material.

Además, experimentos realizados en los años 70 para construir bases en la Luna demostraron que el azufre se sublima en el vacío, es decir, se convierte en gas desde su estado sólido. Por tanto, en principio, el hormigón marciano se evaporaría antes de poder utilizarse.

Los científicos al frente del proyecto son conscientes. Por eso han hecho pruebas en laboratorio, fabricando su propio hormigón con las materias primas que tendrán nuestros congéneres en el planeta rojo, y han logrado demostrar que puede hacerse un hormigón de azufre suficientemente fuerte para soportar las condiciones de Marte.

"Tanto la presión atmosférica como las temperaturas en Marte son adecuadas para alojar estructuras de hormigón de azufre", afirma el equipo.

El suelo de Marte
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La clave está en las cantidades y tamaños de los ingredientes que se añaden a la mezcla. “La mejor combinación para producir hormigón marciano es 50% azufre y 50% tierra marciana, con un tamaño máximo del conglomerado de un milímetro”, concluyen los investigadores.

Con esta receta, el material ha logrado superar pruebas de presión por encima de los 50 megapascales, cincuenta veces la presión media de la Tierra y más del doble de lo que soporta el hormigón que se utiliza para edificar en nuestro planeta.

Si sumamos a estos resultados prometedores lo rápido que se completa este proceso y que el hormigón de azufre puede reciclarse (tan fácil como volverlo a calentar), parece que hemos dado con el material idóneo para edificar las casas y oficinas de Marte. Ahora solo falta todo lo demás. Paciencia. Tarde o temprano llegaremos.

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