Ya ha pasado más de una década desde se conoció el ganador del concurso para la reconstrucción del Palacio Real de Berlín. El proyecto presentado por el arquitecto italiano Francesco Stella se impuso por unanimidad. Y 12 años después de aquel momento, por fin, el proyecto ha sido finalizado. Y está preparado para abrir sus puertas al mundo, convertido en un centro de referencia de la cultura, el arte y la ciencia.
Berliner Schloss - Humboldt Forum es el nombre del edificio que combina los estilos barroco y moderno, construido entre 2012 y 2020. “Está pensado como un ‘lugar de encuentro de las culturas del mundo’, dedicado a los hermanos Humboldt, con sus museos de arte extraeuropeos y la ciencia”, puntualiza Stella.
En el verano de 2002, el Bundestag alemán aprobó una resolución para reconstruir el Palacio de Berlín como el Foro de Humboldt. Una gran mayoría de partidos siguió la recomendación de la comisión internacional de expertos conocida como “Centro histórico de Berlín”, que propugnaba un museo y un centro de conocimiento, recuperando las fachadas barrocas del Palacio de Berlín.
El espacio donde se ubica ha sido testigo de una de las más apasionantes historias de Europa. “Difícilmente hay otro sitio en Berlín que haya visto tantos cambios sociales, arquitectónicos, políticos y culturales diferentes en los últimos 800 años como la Schlossplatz”, un terreno que en los últimos siglos ha albergado un convento de los dominicos, el palacio Hohenzollern, un patio de armas, y el Palacio de la República. Con esta nueva reconstrucción se ha querido recuperar, precisamente, el Palacio Real de Berlín, una de las obras más emblemáticas del barroco centroeuropeo, diseñado por Andreas Schlüter a principios del siglo XVIII. Con el proyecto, también se ha recuperado una cúpula diseñada en el siglo XIX por el arquitecto Friedrich August Stüler.
El nuevo palacio se ha construido alrededor de un marco de acero con núcleos de hormigón y tres de las fachadas del museo son réplicas del palacio original, mientras que la cuarta es una moderna fachada de piedra diseñada por Stella. Se trata, por tanto, de una combinación de barroco reconstruido y partes de estilo moderno. “Esta es una combinación singular, porque normalmente el Antiguo es el original salvado de la destrucción y el Moderno es el reconstruido, que no quiere confundirse con el original”, señala Stella.
Para reconstruir las fachadas de color membrillo, escultores y yeseros recrearon 2.800 figuras y aproximadamente 22.000 elementos diferentes de piedra arenisca entre ventanas, cornisas y columnas.
Ya en el interior, el museo se organiza en torno a tres espacios de patio. La entrada principal, bajo la cúpula reconstruida, conduce a un moderno vestíbulo de entrada acristalado de 35 metros de altura. En el otro extremo del edificio, el patio al aire libre de Schlüterhof tiene tres fachadas reconstruidas con los diseños barrocos originales de Schlüter.
Entre estos dos grandes espacios, se encuentra un tercer patio más pequeño que está lleno de librerías y cafés que atraviesa el edificio y estará abierto las 24 horas del día. Envuelto alrededor de estos espacios del patio, el edificio consta de cuatro pisos de espacios para exposiciones, espectáculos y eventos. También contendrá tiendas, restaurantes y oficinas y estará rematado por una terraza en la azotea y un restaurante, que abrirá en 2021.
A pesar de las diferencias y el contraste entre los estilos antiguos y modernos, el proyecto ha sido diseñado como un todo en el que se ha primado la armonía y la coherencia. “Como sucede en muchos monumentos del pasado, la armonía del conjunto no se contradice con la diferencia de estilo de sus partes. Se podría decir que el nuevo Palacio de Berlín es una 'ciudad en forma de palacio', a través de cuyos portales se conectan las plazas exteriores con los patios interiores para crear un gran espacio público en el corazón de Berlín”, defiende Stella.
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