
Mónaco es uno de los países más pequeños del mundo y se había quedado sin tierra para construir. Pero eso no ha sido un problema, ya que han aumentado su superficie un 3% construyendo en el mar un ecobarrio: Mareterra. Las casas allí cuestan una media de 100.000 euros el m2. No podía ser menos en Mónaco.
El nuevo distrito, hecho realidad con una inversión de 2.000 millones de euros, tiene una superficie de 6 hectáreas en los que alberga paseos, parques y caminos arbolados; un centenar de apartamentos, una decena de viviendas y cuatro villas de lujo, además de áreas comerciales.

100.000 euros/m2 en Mareterra
Aunque no hay datos oficiales, la CNN estimaba un precio medio de 100.000 euros por m2. Aunque podía ser más, ya que Alexander Kraft, CEO de Sotheby´s International Realty Francia, comentó a The Financial Times en una entrevista en noviembre de 2024 que el precio podía llegar perfectamente a los 120.000 euros/m2. Cierto o no, The Financial Times asegura que se han vendido todas las propiedades.
Un barrio único, pero no el primero
Mónaco ha recurrido en varias ocasiones a la expansión marítima para superar las limitaciones de su reducido territorio. A lo largo de los años, el Principado ha logrado sortear las restricciones geográficas robando terreno al mar.
Se estima que más del 25% de su superficie actual proviene de estos proyectos de relleno. Durante las décadas de 1960 y 1970, se llevaron a cabo importantes desarrollos, como el distrito de Larvotto, que sumó 23 hectáreas, y Fontvieille, cuya última fase, finalizada en 2021, cuenta con un paseo marítimo diseñado por Renzo Piano, senador en Italia y ganador del Premio Pritzker.

El proyecto se presentó a principios de 2013 y, a pesar de la pandemia del coronavirus, avanzó inexorablemente. En 2015 obtuvo la aprobación oficial, en 2017 comenzó el dragado y la retirada de escolleras, en 2019 se completó la estructura marítima y a finales de 2020 tomó forma el emblemático edificio residencial Le Renzo, diseñado por Renzo.
En julio de 2023 ya se podía ver el distrito y a finales de ese año se comenzaron a plantar los árboles y vegetación. A finales de 2024 se inauguró oficialmente Mareterra con la presencia del príncipe Alberto II de Mónaco. Grandes nombres como Norman Foster y Tadao Ando han participado en la iniciativa, financiada mayormente con fondos privados, aunque se espera que genere importantes ingresos para el microestado.

Más que un distrito de lujo, Mareterra busca consolidarse como un ecodistrito, poniendo de manifiesto su compromiso con la sostenibilidad en el litoral mediterráneo. Para su construcción se empleó un sistema de cajones de hormigón de gran tamaño y se movilizaron 750.000 toneladas métricas de arena para crear un cinturón de relleno y dar forma al distrito.

Mareterra fue concebido para ser un apéndice verde de Mónaco. Para el proyecto, se plantó un área de 27.000 m2 de vegetación y 800 árboles, además de que se construyeron 19.000 m2 de zonas para caminar y 600 m2 de carril bici con el objetivo de evitar los desplazamientos en vehículos.
Pero no solo se queda ahí. Mareterra es al 100% un ecobarrio equipado con la tecnología más vanguardista en sostenibilidad y eficiencia. Concretamente, cuenta con:
- Red eléctrica inteligente
- Calefacción geotérmica con agua de mar: bombas de calor de gran tamaño extraen la energía térmica del agua de mar para generar tanto calor en invierno como frío en verano.
- Medidores inteligentes de electricidad y agua con pantalla de consumo.
- Autoconsumo de energías sostenibles.
- Sistema de riego con aspersores basado en la humedad y las precipitaciones.
- Iluminación inteligente, regulada por un reloj astronómico y sensores de presencia.
- Aproximadamente 200 puntos de carga para vehículos eléctricos dentro del proyecto, incluyendo el 20% del aparcamiento público, con la posibilidad de equipar todas las plazas de estacionamiento.
- Cada vivienda individual cuenta con un sistema de carga para vehículos eléctricos.
- Cuatro plazas de aparcamiento destinadas al club de coches MOBEE.
- Dos estaciones de bicicletas, una de ellas adaptada para bicicletas eléctricas.
- Lanzadera eléctrica entre la playa de Larvotto y Mareterra.
- Mejora del sistema de alcantarillado existente en la rotonda de Portier (junto a la ampliación), con un estanque de tormentas para evitar la saturación de las tuberías.
- Sistema de detección de fugas en la red de tuberías, incluyendo el sistema de riego.
- Baterías para el almacenamiento del excedente de energía.
- 9.000 m2 de paneles solares instalados para la generación de energía renovable, con el que se consigue 15 kWh/m2 al año de consumo energético para calefacción y refrigeración.
- Depósito de 600 m3 para el almacenamiento de agua pluvial, logrando que el 50% del agua de lluvia sea reutilizada, optimizando así el uso de los recursos hídricos.

Como el proyecto consistía en robar literalmente terreno al mar, también se tomaron medidas para minimizar el impacto y para preservar y fomentar la biodiversidad. Se instalaron hábitats para la fauna, como nidos para aves, y se creó una parcela de 510 m2 de Posidonia oceánica, una planta acuática que hace las veces de pradera marina y sirve de hábitat para los peces, al mismo tiempo que se desarrollaron estrategias para controlar la propagación de Caulerpa, una alga invasora que afecta el equilibrio del ecosistema. Para favorecer la colonización de la nueva línea costera, se crearon arrecifes artificiales y otras estructuras que facilitan la regeneración del entorno marino.

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