Comentarios: 0

Han pasado más de 21 meses desde que se eligiera Welcome the mother Nature como el proyecto ganador para reformar la Plaza de España. Tras intensas negociaciones, cambios de rumbo y múltiples reuniones, en pocas semanas comenzarán las obras. En diciembre se iniciarán las más sencillas y no será hasta verano cuando arranquen los trabajos para ampliar el túnel que existe en la calle Bailén unos 600 metros. Al finalizar la reforma, el paso subterráneo se tomará a la altura de la calle Ferraz.

“Es una obra muy compleja, de las más complejas que se pueden realizar en la ciudad ya que aunque es un túnel muy pequeño su efecto es muy grande.  Esta reforma supondrá una nueva forma de relación entre el automóvil y el peatón”, asegura Fernando Porras, uno de los padres del proyecto.

En el calendario, él y su socio, Lorenzo Fernández Ordóñez, del equipo Porras La Casta Arquitectos y Estudio Guadiana, han marcado dos años como el tiempo para finalizar la obra y el presupuesto lo han cerrado con el ayuntamiento en 68 millones de euros.

“La idea básica del proyecto es quitar la autopista que hay ahora mismo en la calle Bailén y unificar todo un trayecto verde desde el Parque del Oeste hasta los Jardines de Sabatini uniéndose a la Plaza de España. El parque va a ser el protagonista y esta zona de Madrid se convertirá en un espacio peatonal continuo”, nos describe Lorenzo Fernández.

Para ello, además de la ampliación del túnel de Bailen, es necesaria una reforma en superficie: ordenar nuevos caminos para peatones y ciclistas; pavimentar nuevos espacios; quitar barreras arquitectónicas; convertir los saltos de nivel y las escaleras en suaves rampas y multiplicar la vegetación actual de la Plaza de España. Más de 1.000 árboles serán plantados.

Un gran parque de juego

En la nueva zona de arboleda, los arquitectos han diseñado una enorme zona de juego con dos grandes instalaciones. “Una es La ciudad del aire y la otra El gran columpio”, nos describe Porras. “La primera es una estructura donde los niños trepan y se cuelgan. Un gran bicho sin forma donde decenas de lenguas salen como grandes toboganes por donde se deslizan los chavales. El gran columpio es diferente. Hemos diseñado una sucesión de columpios en una fila irregular que se va retorciendo como una culebra. Hamacas, columpios con ruedas, cestas, nidos, columpios con dos asientos, con tres, uno enfrente del otro... Creo que son los columpios más colectivos que existen en el mundo. Hasta  50 niños pueden estar columpiándose a la vez”, nos confirma el arquitecto.

La importancia de la bicicleta

Sí ya lo has imaginado. La bicicleta se convierte en un actor protagonista en esta nueva avenida verde aunque, según los arquitectos, no ha sido fácil encontrarle acomodo. “Nosotros nos hemos reunido con diferentes asociaciones ciclistas y cada una tiene un punto de vista diferente sobre la vía a utilizar”, nos comentaba Porras. “Métanselo en la cabeza. No existe un ciclista, sino muchos tipos y hemos tratado de incluir lo que ellos querían y lo que quería el Ayuntamiento, aunque estoy seguro que la medida que hemos adoptado no va a satisfacer a todos”, concluía. Su compañero de estudio nos aseguraba que la solución más lógica para ellos era hacer carriles independientes. Uno para peatones, otro para ciclistas y otro para vehículos a motor, donde estuvieran. Su sorpresa vino cuando los ciclistas pidieron ir con el tráfico. Solo hay un carril separado en el cruce transversal desde el Parque del Oeste hasta la Plaza de Oriente. 

Cervantes y su giro de 180º

Otra polémica es la estatua de Cervantes. Los arquitectos de Porras la Casta Arquitectos y Porras Guadiana Arquitectos plantearon la posibilidad de girar la escultura. “El escultor original, cuando diseñó el monumento en 1916, imaginó que el monolito donde se sienta el autor de El Quijote se vería recortado en el cielo. Esa imagen, con el Edifico España, es imposible de conseguir así que queremos girarlo para tener esa imagen original”, asegura Fernando Porras.

El problema es que la Comunidad de Madrid ha declarado el monumento Bien de Interés Cultural y no puede tocarse de su actual ubicación. Aún así, los arquitectos piensan que aún hay posibilidades para plantear alguna alternativa a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento.

De Shibuya a Madrid

Si hay un elemento destinado a convertirse en el nuevo símbolo de la Plaza de España, ese será el paso de cebra que simulará al de Shibuya en Tokio. En el cruce donde convergen la Cuesta de San Vicente, Gran Vía, la calle Princesa y la calle Reyes habrá un momento en el que el trafico diario pare al completo. Durante un minuto aproximadamente, el peatón podrá cruzar en la dirección que quiera. Para hacerlo más sencillo, los arquitectos han diseñado unos bolardos con luces y el cruce se elevará a la cota del peatón. “Todo esto requiere educación. Sabemos que es un punto de alta densidad de circulación y de movimiento peatonal. Le hemos dado una solución técnica que es novedosa y que tiene un relato por detrás. Ahora la gente tiene que saber usar este paso y ver si están educados para ellos” asegura Fernando Porras.

Su socio añade la simbología que contiene este cruce: “esa esquina es la entrada a la almendra central de Madrid y es una forma de decir que a partir de ahí cambian las reglas y el peatón es el que manda”.

Ver comentarios (0) / Comentar

Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta

Publicidad