El acceso a una vivienda en propiedad se está convirtiendo en una quimera para muchos jóvenes que aspiran a comprarse su primer hogar. Los desafíos que hay que afrontar ponen cuesta arriba dar el paso hacia la compra: salarios que suben (3,2%) por debajo de los precios medios de las viviendas (4,2%), según la media europea; escasez de ahorro; miedo al endeudamiento o a los cambios en las condiciones hipotecarias, unido a las típicas dudas de inversión, según la encuesta realizada por ING ‘Homes and Mortgages’.
En España, el 80% de los ciudadanos considera que es cada vez más difícil poder acceder a la primera vivienda, por encima de la media europea (70%), y solo superado por Luxemburgo (86%). Entre los más optimistas se encuentra Polonia (56%), EEUU (59%) y Francia (61%), e incluso la media europea de pesimismo ha descendido del 78% en 2015 al 70% ya nombrado anteriormente.
Pese a estas dificultades, comprarse una casa sigue siendo una prioridad vital para la gran mayoría de europeos. De hecho, siete de cada diez europeos están de acuerdo en que ser propietario es mejor económicamente hablando que alquilar una casa. Ahora mismo un 38% de los ciudadanos del Viejo Continente no se va capaz de comprar una casa, y solo un 16% cree que podrá hacerlo después de los 35 años.
En España, mientras tantos, las expectativas van mas hacia poder comprar pasados los 35 años (25%), por delante de poder hacer entre los 30 y 34 años (21%). Solo un 16% no quiere ser propietarios en estos momentos y un 17% lo ve imposible en nuestro país.
Siguiendo con nuestro país, el 72% de los ciudadanos afirma que se está yendo por mal camino en el mercado residencial, 14 puntos más que en 2017. Señalan como principal motivo la falta de una regulación favorable para la compra de la primera vivienda.
Volviendo a la comparativa con Europa, el 55% de los encuestados está insatisfecho con las medidas que se están tomando en su país, 10 puntos más que hace dos años, destacando el elevado precio de las viviendas (78%), la regulación nacional (31%) y el nivel de congestión del mercado (26%).
Todos los países analizados empeoran sus expectativas, salvo Australia (43%, siete menos que en 2007) donde destacan el salto negativo dado en Rumania (58%, 18 puntos más frente a 2017), República Checa (57%, +17 puntos), Luxemburgo (65%, +16 puntos) o Alemania (65%, +15 puntos).
1 Comentarios:
Detrás de esto hay un lógica básica.
Un mercado de alquileres liberado, con protección para el propietario por faltas el inquilino hará que la oferta crezca a niveles que permitan bajar los precios, pero el propio inquilino se está cavando su tumba, ya que a más protección tiene, menos atractivo es para el inversor y por ende invierte en otros sectores menos arriesgados. El perjudicado, el inquilino, que bien no encuentra o lo que encuentra está por las nubes en cuanto a renta. Por otro lado, la tendencia en compras ha de ir a casas pequeñas y funcionales. Cada día hay menos trabajadores fijos y esto provoca que el préstamo hipotecario muera. La tendencia, con la movilidad geográfica más fuerte que nunca, por la globalización del mundo, está ocasionando que el alquiler vaya en auge, pero el mismo gobierno está poniendo el muro que antes comenté.
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