El radón, un gas radiactivo cuya presencia hay que descartar antes de adquirir una vivienda
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El invitado indeseable: el gas radón en la vivienda es la segunda causa de cáncer de pulmón
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Llega a su casa o centro de trabajo a través de filtraciones naturales desde la corteza terrestre. Es imperceptible al ser humano, pero una exposición prolongada al gas radón puede tener consecuencias fatales sobre su salud. La Organización Mundial de la Salud lo identifica como el segundo factor de riesgo de cáncer de pulmón, y el primero en el caso de los no fumadores.

Desde 2013, la Unión Europea alerta a los estados miembros sobre la necesidad de actuar y diseñar un plan nacional para minimizar la exposición del ciudadano al gas radón. Plan que debe incluir medidas específicas en la construcción de vivienda y su compraventa, o mediciones en edificios públicos incluidos hospitales y colegios en las zonas de especial riesgo.  

Sin embargo, España lleva demorando la transposición de la Directiva 59/203/Euratom, “por la que se establecen normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes”, entre ellas del radón, desde el 6 de febrero de 2018. Más de cuatro años de incumplimiento que denuncia el Instituto para la Salud Geoambiental.

Según su director, José Miguel Rodríguez, “en consecuencia, la mayoría de la población desconoce la existencia de este gas y sus implicaciones en la salud, e ignora si está presente en su vivienda u oficina”.

Con este objetivo, el Instituto para la Salud Medioambiental, convoca el 20 y 21 de septiembre el II Congreso nacional de radón, que en su anterior edición reunió de forma virtual a 1.300 participantes, según datos de la organización.

“Divulgamos un problema, algo que deberían hacer las Administraciones Públicas”. Así justifica Rodríguez una iniciativa dirigida a profesionales pero en la que también se oirán mensajes para el comprador de vivienda como incluir en contrato una cláusula de salvaguarda, responsabilizando a la parte vendedora de los gastos que pudiera derivarse de la aparición de radón: “Al estar incluido en el Código Técnico, hay responsabilidad civil, si una persona compra una vivienda nueva se puede exigir responsabilidades”.

Y dirigido a quien reforma un inmueble, la recomendación es realizar una medición previa, para incluir medidas antiradón en caso de detectar problemas.  

Qué es el gas radón

“El radón es un gas radiactivo incoloro, inodoro e insípido. Se produce por desintegración radiactiva natural del uranio presente en suelos y rocas”. Así lo define la OMS, que advierte de su posible presencia en el agua, ya que es soluble al líquido, sobre todo a los orgánicos.

En 2009, la OMS estableció que el promedio anual de radón en los interiores no debía exceder a los 100 bequerelios por metro cúbico (el Bq es la unidad de radioactividad). En el caso de que por “circunstancias concretas” no se pueda cumplir, el organismo que marca las políticas de prevención establece un promedio máximo de 300 Bq/m3, cantidad que asumió la directiva europea.

Qué efectos tiene en la salud

La OMS estima que la exposición al gas radón es el causante de entre el 3% y el 14% del cáncer de pulmón, “en función de la concentración media nacional de radón y de la prevalencia de consumo de tabaco”.

Según el estudio Mortalidad atribuible a la exposición a radón residencial en España,  presentado por el  Ministerio de Sanidad en 2021, “el 3,8% de todas las muertes por cáncer de pulmón se deben a la exposición a radón, pero hay una gran variabilidad entre Comunidades Autónomas”. Galicia, con el 7%, y Extremadura, con el 6,9%, serían así las comunidades donde su presencia es más dañina. Como se verá más adelante, coincide con las regiones donde la presencia del radón es más significativa.

Desde 1950 se conoce la relación causa efecto entre el radón y el cáncer de pulmón, si bien fue en 1989 cuando la OMS alertó sobre el riesgo de la exposición residencial al radón en la vivienda. Un año antes, en 1988, ya había sido clasificado el radón como agente cancerígeno humano del Grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).

Cómo llega el gas radón a la vivienda

“El radón se libera desde el subsuelo, en torno al metro de profundidad se produce la mayor emanación de las rocas de este gas que sube hacia la corteza terrestre”. Rodríguez explica gráficamente el modo en que el gas radón se infiltra en la vivienda:

“Tiene diferentes formas de hacerlo. Una es por la diferencia de presión que tiene la casa con el exterior, con lo cual se produce un movimiento convectivo, que arrastra al radón desde el subsuelo al interior de la casa filtrándose por cualquier grieta. El radón tiene una gran capacidad de penetración, por ejemplo, en el hormigón, por lo que puede entrar por cualquier forjado, juntas de encuentros de paredes o de tuberías…”.

Y es así como se instala en sótanos, plantas bajas y primeras plantas, siendo muy improbable que su presencia alcance niveles nocivos en mayor altura. “porque el radón pesa más que el aire por lo que su tendencia es a descender”. Según datos del Consejo de Seguridad Nuclear, el riesgo disminuye el 20% por planta, tomando como referencia el sótano del inmueble. 

Pero Rodríguez advierte sobre el carácter juguetón de este gas: “Es relativamente habitual que en una misma zona de riesgo tengas un chalé con un nivel alto de radón, y su vecino de al lado, con una estructura y una construcción exactamente iguales, no lo tenga. Por eso la recomendación de la OMS es medír, porque es la única forma de comprobar su presencia o no”.

Distribución del gas radón en España

Gracias al Mapa de Radón de España del Consejo de Seguridad Nuclear conocemos las áreas con una mayor presencia de gas radón en las viviendas. Las denominadas “zonas de actuación prioritaria” presentan concentraciones superiores a 300 Bq/m3 en planta baja y primera planta en más del 10% de sus viviendas.

El invitado indeseable: el gas radón en la vivienda es la segunda causa de cáncer de pulmón
Cartografía del potencial de radón en España, Consejo de Seguridad Nuclear

Fuente: Cartografía del potencial de radón en España, Consejo de Seguridad Nuclear

En el mapa se observa cómo el 70% de la superficie de Galicia, el 47% de Extremadura, el 36% de la Comunidad de Madrid y el 19% de las comunidades de Castilla y León y de Islas Canarias, son las más afectadas por emisiones de gas radón en la vivienda. Otras zonas con alta exposición son parte de los Pirineos y de la Costa Brava.

Pero José Manuel Rodríguez advierte de que este mapa sería muy diferente, si en lugar de tomar como referencia los 300 Bq/m3 que la Unión Europea fija para minimizar riesgos, se tomaran los 100 Bq/m3 recomendados por la OMS: “Que es el baremo que van a aplicar países como Reino Unido,  Irlanda, Suecia o Noruega”.

Cómo medir el gas radón en la vivienda

Existen diversidad de métodos de medición, pero Rodríguez recuerda que “en ningún caso se puede hacer de modo instantáneo ni en el corto plazo”.

El nivel de radón en las viviendas fluctúa en función de multitud de variantes, desde la cantidad de uranio que contienen las rocas y el subsuelo, a las condiciones climáticas, la estación del año o los usos de los habitantes de la vivienda, por ejemplo, al ventilar.

Por ello, la recomendación es instalar un detector durante un año o tres meses como tiempo mínimo, periodo que acostumbra a ser el criterio habitual de los expertos. Además se aconseja que se incluyan los meses de invierno, cuando más activo está el radón del subsuelo.  

Los laboratorios que miden radón en aire en España, deben estar acreditados por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) o por otra agencia equivalente europea.

Cómo eliminar el gas radón de la vivienda

Antes de que se genere el problema, conviene saber cómo evitarlo. Aquí también la información es esencial, al comprar o construir una vivienda unifamiliar se debe saber si se hace en una zona de alto contenido de radón, lo mismo ocurre cuando el piso se ubica en plantas bajas o primera de un inmueble vecinal.

Además, conviene exigir un certificado que garantice que los niveles no superen los 100 Bq/m3, como recomienda la OMS, si bien la regulación española establece en 300 Bq/m3 el nivel de riesgo. Algo ya obligatorio en muchos países. 

Como responsable del programa Vive sin radón, José Miguel Rodriguez, insiste en que “es muy importante que la persona que vaya a hacer en casa una reforma, sepa antes si la casa tiene o no radón. Es el momento de medir y, si procede, solucionar el problema instalando una membrana de una forma muy sencilla, porque una vez hecha la reforma ya es más complicado”.

Se trata de las mismas membranas que se ha determinado utilizar en el Código Técnico de la Edificación para las nuevas construcciones, como se explica en la guía que se publicó para informar al sector. Con todo, Rodríguez se muestra escéptico y pide planes de formación específicos entre arquitectos y también operarios, para que la instalación garantice el resultado perseguido. La experiencia en otros países ha demostrado que una membrana mal colocada, no  sirve de nada.  

Quizás por ello, Rodríguez insiste en incluir una cláusula en el contrato de compraventa “en la que el vendedor se comprometa a asumir costes de las obras en el caso de que los niveles de radón superen los recomendados”.

Cuando el problema se da en la vivienda ya habitada, Rodríguez considera que “el sistema más costo-eficiente es la depresión activa en el subsuelo. Es una obra técnica que llevamos años realizando pero en España como no ha habido ni información  ni formación, hay muy poca gente que la pueda realizar”, explica.

Consiste en actuar desde el solado de la casa, construyendo debajo de la casa un pozo que, conectado a un sistema de despresurización, extrae el radón del subsuelo liberándolo por encima de la vivienda a través de su conducción por una chimenea .

“Es una obra que se hace  en dos o tres días, aunque cada casa es un mundo y es necesario hacer un estudio previo”, continúa Rodríguez. En cuanto al precio: “cuesta menos que renovar un baño pequeño. Depende de la complejidad del proyecto pero puede oscilar entre los 3.000 ros y los 5.000 euros en una casa grande”.

En el mercado hay otros sistemas populares de actuación como los sistemas de ventilación de gas radón y la ya citada membrana, más adecuada en la fase de construcción.

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1 Comentarios:

lgcampillo
25 Septiembre 2022, 11:26

Ventilar a diario y bien y ya, eso creo yo. La ventilación es barata y a menudo arregla muchas cosas para las que se dan soluciones carísimas. Además, cómo exigir en obra nueva un certificado si la medición se debe tomar durante un año? Gracias.

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