
Lo cierto es que por su forma, resultan bastante curiosas y llamativas. Nos referimos a las casas con estructura en forma de A, también conocidas como casas A-frame. Aunque en España no estamos tan acostumbrados a verlas, estas construcciones, que se caracterizan por su techo inclinado en dos lados que se unen en un vértice en la parte superior, tienen una larga historia. Se cree que los primeros ejemplos de este tipo de vivienda se construyeron en Europa en el siglo XII. Estas casas eran utilizadas por los pastores y otros trabajadores que necesitaban un refugio ligero y fácil de transportar.

Sin embargo, su popularidad llegó a la cima en el siglo XX en Estados Unidos, donde fueron muy utilizadas por primera vez por los movimientos artísticos y arquitectónicos modernistas, que buscaban crear un nuevo tipo de vivienda que fuera más funcional y estéticamente agradable. A partir de los años 50, comenzaron a proliferar, llegando a convertirse en un símbolo de la vida al aire libre y la libertad.

Hoy, encontramos versiones que nada tienen que envidiar a otras viviendas más convencionales, con sus formas cuadriculadas, como La Colorada, ubicada en un entorno boscoso en las afueras de la Ciudad de México y diseñada por el estudio local Pérez Palacios Arquitectos Asociados, se trata de un hogar de diseño único en el bosque de Valle de Bravo, que se compone de dos volúmenes superpuestos: las áreas de estar públicas se encuentran en la parte superior, mientras que los espacios privados se sitúan en la parte inferior.

Entre subterráneos y paredes de vidrio
Uno de los aspectos más notables de esta casa es la utilización de elementos subterráneos para albergar los dormitorios, lo cual proporciona una sensación única de privacidad y conexión con la naturaleza circundante. La vivienda se integra armoniosamente en el entorno, rodeada de vegetación en todas las direcciones. "La Colorada es una residencia cuyo planteamiento gira en torno al protagonismo que se le da a la naturaleza y la forma que ésta toma para lograrlo. El gran éxito de este proyecto radica en cómo logramos distribuir el programa dentro del bosque", explican sus creadores.

El nivel principal de la casa alberga una amplia área que incluye una sala de estar y comedor semiabiertos, una cocina y una sala familiar. Estos espacios fueron diseñados con una huella mínima para crear espacio para una terraza. La construcción de la estructura en forma de A se realizó mediante la combinación de elementos prefabricados en el sitio. Los lados y la parte superior de la casa están revestidos de vidrio, lo que permite una integración visual con el entorno natural.

En la parte inferior de la casa, a la que se accede a través de una escalera sumergida en la terraza, se encuentran tres dormitorios con baños privados y un pequeño estudio. Estos espacios están ingeniosamente camuflados en el suelo, lo que proporciona un refugio tranquilo y rodeado de naturaleza. El diseño de la casa promueve la interacción con el entorno exterior y la conexión con la naturaleza, permitiendo a los residentes disfrutar de momentos de tranquilidad y reflexión.

El exterior de la casa presenta un acabado en tonos oscuros, realzado por tejas en el techo que le confieren un aspecto distintivo. Por dentro, el diseño minimalista se combina con materiales naturales en tonos neutros y madera certificada en las paredes, creando un ambiente cálido y acogedor.
Un aspecto interesante del diseño es el techo inclinado en forma de A, que no solo agrega un elemento estético, sino que también cumple una función práctica al recolectar el agua de lluvia. Esta agua se almacena en un depósito abierto para su posterior reutilización, reflejando así un enfoque consciente hacia la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos.



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