Amagansett es un encantador y exclusivo enclave ubicado en el este de Long Island, Nueva York. Conocida por sus fantásticas playa, su arquitectura de diseño y una potente escena artística y cultural, ha sido un lugar de veraneo deseado durante décadas y se ha ganado la reputación de ser un destino para el estilo de vida de lujo en la costa este de EEUU. En este escenario es donde encontramos Devon Road, una bonita vivienda que se caracteriza por una exquisita fusión de diseño moderno y armonía natural. Concebida por el equipo de Starling Architecture y con un interior decorado por Emily Lindberg Design, este refugio minimalista es un testimonio de innovación y refinamiento estético.
Lo primero que nos encontramos y llama la atención es la fachada que presume de una técnica artística llamada 'gendai shou shugi ban', una técnica japonesa que supone un proceso meticuloso de carbonización de la madera para lograr una apariencia chamuscada distintiva, creando un audaz y austero contraste visual frente a su sereno telón de fondo natural.
La madera carbonizada en la fachada encuentra su contrapunto en el interior, donde aguarda un ambiente acogedor. Aquí, las vigas de abeto de Douglas laminado expuestas toman el protagonismo, irradiando calidez y carácter. Complementado con elegancia por el suelo de roble blanco, los gabinetes y revestimientos, el interior establece una conexión armoniosa con el mundo exterior, invitando a los residentes y visitantes a adoptar un estilo de vida profundamente entrelazado con el entorno.
La piscina vertebra el resto de espacios
En el centro de la vivienda encontramos la piscina, elevada sobre una plataforma que sirve como núcleo de los espacios compartidos. Envueltos en ventanas de suelo a techo, estos espacios se abren intencionadamente para abrazar la tranquilidad de este espacio acuático, fomentando una conexión visual y emocional ininterrumpida entre el interior y el exterior.
Otros elementos destacados son la sala de estar de doble altura en el lado occidental de la piscina, mientras que el área de comedor al norte presenta una gran puerta corrediza que desaparece elegantemente en un nicho en la pared, fusionando sin problemas el interior con el exterior. Hacia el este, un rincón acogedor está dedicado a una biblioteca y espacio de trabajo, permitiendo que la contemplación y la productividad convivan en perfecta armonía. La filosofía de diseño general asegura un diálogo ininterrumpido con el mundo natural más allá.
Emily Lindberg Design asumió la responsabilidad de asegurar una continuidad perfecta entre el minimalismo arquitectónico y la comodidad interior. Cada pieza de mobiliario fue seleccionada cuidadosamente para infundir un ambiente relajado, ideal para escapadas de fin de semana. Elementos diseñados a medida, como los ángulos juguetones de la isla de cocina y el área de comedor, inyectan un toque de fantasía en la elegancia discreta.
La narrativa del diseño continúa, entrelazando una paleta arquitectónica con hallazgos vintage seleccionados, texturas orgánicas y tesoros artesanales. Intercalados con acentos modernos, esta mezcla ecléctica cautiva la vista y envuelve cada rincón en una manta de calidez e interés visual. La disposición espacial es una sinfonía de panoramas, enmarcando con cuidado tanto la casa como el paisaje.
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