
La arquitectura contemporánea, guiada por la búsqueda constante de la innovación y la sostenibilidad, ha encontrado en la ingeniería térmica una aliada fundamental. Este enfoque vanguardista no solo redefine la relación entre estructuras y entorno, sino que también desbloquea una serie de beneficios y ventajas que trascienden la mera funcionalidad de un espacio habitable. La Matsk Housei, erigida en Minsk, Bielorrusia, se erige como un paradigma excepcional de esta amalgama entre diseño arquitectónico visionario e ingeniería térmica avanzada.
Diseñada por arquitectos de ZROBIM, la dedicación del arquitecto a un enfoque único y experimental se ejemplifica con los desafíos que el propietario enfrentó y superó durante el desarrollo del proyecto. ”El compromiso del arquitecto con un enfoque único y experimental se ve subrayado por varios desafíos que el propietario encontró y resolvió con éxito”, explican desde el estudio.
Inicialmente, la propiedad albergaba un vertedero, transformado ingeniosamente en dos atractivos estanques artificiales. Esta transformación no solo agregó valor estético, sino que también contribuyó a la revitalización del vecindario. Además, el profundo respeto del arquitecto por el contexto circundante es evidente en el diseño. Aprovechando una diferencia significativa en la elevación del sitio, el resultado es una notable casa en voladizo que se extiende 4,5 metros sobre el borde, un audaz logro arquitectónico que agrega un carácter distintivo a la estructura.

Maximizar el espacio
Este enfoque maximiza el espacio disponible y subraya el compromiso del propietario con la vida sostenible y la experimentación. Con una consideración meticulosa de la orientación de la luz y la ingeniería térmica, el diseño presenta un frente expansivo de acristalamiento panorámico, que comprende el 65% del área de la pared a lo largo de la fachada suroeste, ofreciendo impresionantes vistas de los alrededores naturales integrados. Por el contrario, la fachada norte permanece deliberadamente sin adornos para minimizar la pérdida de calor desde el lado sombreado.

“Alejándose del habitual tejado inclinado y de las enormes vigas, se encontró una solución no obvia: la rejilla de paneles se rellenó con acristalamiento sin marco, ocultando las columnas del marco detrás, es decir, que no se muestran en el exterior del edificio”, explican.
Aprovechando la calefacción solar pasiva, los pisos y las particiones internas están construidos con concreto sólido, mejorando la inercia térmica y manteniendo un microclima favorable dentro de la casa de entramado de madera. En el corazón de la vivienda se encuentra un atrio que alberga un nogal vivo, un elemento siempre cambiante que refleja las estaciones y conecta a los habitantes con los ciclos de la naturaleza.

Sensación de amplitud y muebles a medida
La presencia del árbol se extiende a todas las habitaciones de la casa. Este atrio central también ha influido en la distribución de la casa, que es fluida y sin pasillos, permitiendo diversos recorridos a través del espacio. Las alturas de los techos están pensadas proporcionalmente al tamaño de las habitaciones, con techos blancos pintados de 2,5 metros de altura en pasillos y corredores para crear una sensación de amplitud. En contraste, las áreas de estar cuentan con techos de 3 metros de altura adornados con tablones de madera finamente elaborados, hechos individualmente y extraíbles para acceder a servicios ocultos.

La paleta de colores monocromática se complementa con una selección natural de materiales: los tonos cálidos de la madera en el techo y los muebles, el concreto arco monolítico y los acentos de metal pulido. Impresionantemente, el 95% de los muebles e iluminación son hechos a medida según los diseños únicos del propietario, infundiendo al interior una sensación de minimalismo natural y lujoso.



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