El problema en el sector inmobiliario comercial estadounidense, que ya había afectado también a bancos de Japón, parece haberse trasladado a Europa, elevando los temores sobre un posible contagio más amplio. La última víctima parece el Deutsche Pfandbriefbank AG alemán, que vio sus bonos desplomarse ante la preocupación por su exposición al sector.
Con la subida de los tipos de interés limitando el valor de los edificios en todo el mundo, los prestamistas están tomando cada vez más precauciones sobre la deuda de propietarios y promotores. La Secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, ya ha mostrado cierta preocupación por las pérdidas del sector, aunque la considera una crisis manejable.
Continúa la pérdida de valor de los edificios de oficinas
Tras una vuelta a las oficinas más lenta de lo esperado después de la pandemia en Estados Unidos, la pérdida de valor de estos inmuebles ha sido destacada. Y algunos expertos todavía esperan que empeore, con analistas de Green Street mostrando la posible necesidad de realizar una nueva depreciación de hasta el 15% este año.
El desplome en los bonos del banco alemán no ha sido más que otra señal de peligro, sobre tras la calificación basura de Moody’s hacia New York Community Bancorp y las primeras pérdidas en 15 años del banco Aozora japonés debido a las provisiones sobre préstamos concedidos a propiedades comerciales estadounidenses.
A los últimos resultados de Deutsche Bank AG, que ha registrado provisiones para pérdidas en el mercado inmobiliario comercial de Estados Unidos cuatro veces superiores a las del año anterior, se une la suiza Julius Baer, que ha avisado de que amortizará los préstamos concedidos a la empresa inmobiliaria en quiebra Sigma.
Miedo a un contagio
El Deutsche Pfanbriefbank ha remarcado que su solidez financiera hace que el negocio sea sostenible, a pesar de haber aumentado las provisiones para impagos a entre 210 y 215 millones de euros para el año. La preocupación por la entidad ya se ha expandido hasta alcanzar otros bancos con inversiones en el sector, lo que provoca que estén expuestos a las turbulencias de este.
No en vano, el Banco Central Alemán ya avisó del riesgo de invertir en inmobiliario comercial hace un año, ya que el mercado iba a sufrir ajustes importantes que podían traducirse en pérdida de crédito. La mayoría de bancos regionales alemanes han sentido estos ajustes, tras lo que incrementaron sus provisiones hasta cerca de 400 millones de euros en la primera mitad de 2023.
Algo similar ocurrió durante la crisis de 2008, cuando fueron los bancos regionales los que entraron en conflicto, ya que su exposición a las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos hizo que perdieran millones de euros. Por ello, si las caídas del sector inmobiliario comercial se contagian a Europa, todo esto podría comenzar a recordar a la última crisis sufrida en el continente.
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