El precio de la vivienda nueva subió una media del 8% en 2023, su mayor alza desde 2007, mientras que el de la usada aumenta un 3,2%. Es el menor incremento desde 2020
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El precio de la vivienda libre subió una media del 4% en 2023, casi la mitad de lo que aumentó en 2022, y registró así su décimo repunte anual consecutivo, según el Índice de Precios de Vivienda (IPV) del Instituto Nacional de Estadística (INE).

La subida de 2023 es casi la mitad de la experimentada en 2022, cuando el precio de la vivienda aumentó a su mayor ritmo en 15 años con un avance del 7,4%.

El precio de la vivienda nueva subió una media del 8% en 2023, su mayor alza desde 2007, cuando aumentó un 11,9%. Con el incremento del año pasado, el precio de la vivienda nueva acumula 10 ejercicios de alzas. Por su parte, el precio de la vivienda usada aumentó un 3,2% en 2023, su menor alza desde 2020, cuando creció un 1,4%. Con este repunte, la vivienda usada también acumula 10 años de subidas.

Desde la pandemia, la vivienda nueva y la usada han seguido caminos diferentes. Tal y como apunta Alejandro Macarrón, especialista en natalidad, el índice del INE muestra que "en los últimos tres años (entre el cuarto trimestre de 2020 y el cuarto trimestre de 2023), la vivienda nueva subió de precio un 33,3% (un 14,5% descontada la inflación medida con el IPC), mientras que la vivienda usada bajó 14,2% (caída que alcanza el 26,3% descontada la inflación)".

En el cuarto trimestre de 2023, el precio de la vivienda libre subió un 4,2% respecto al mismo periodo del año anterior, tres décimas menos que en el trimestre previo. En el caso de la obra nueva, el alza alcanza el 7%, mientras que el precio de la vivienda usada ha aumentado un 3,6% interanual. 

Según explica Francisco Iñareta, portavoz de idealista, “tal y como adelantaron otros índices, como el de idealista, 2023 se cerró con un incremento en los precios, lejos de las caídas que se pronosticaron al inicio del año. De hecho, con esta subida se cumplen 10 años de subidas interanuales consecutivas en esta estadística pública, a pesar del ligero descenso registrado en el último trimestre del año, y que también se sintió en el último cuarto de 2022. Este incremento puede resultar paradójico al compararse con de casi el 10% de descenso en el número de compraventas, pero tiene una explicación razonable: la reducción de operaciones no ha sido provocada por la carestía de la financiación, sino por una reducción muy relevante en el volumen de oferta de viviendas disponibles (que cayeron un 8% en el mismo tiempo según los datos que manejamos en idealista). El mayor crecimiento en los precios de la obra nueva muestra una mayor tensión sobre las pocas promociones disponibles en el mercado, algo que pone de manifiesto la necesidad urgente de facilitar la construcción de nuevas viviendas en las zonas con más demanda para evitar que la tensión sobre la oferta disponible de viviendas (tanto nuevas como de segunda mano) se dispare”.

 

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