La adquisición de una segunda residencia implica hacer frente a una serie de gastos e impuestos, ¿cuáles son?

Las segundas viviendas son una parte significativa del mercado inmobiliario español. Muchas personas adquieren una segunda residencia como inversión, para disfrutar de periodos de descanso o como alternativa a su residencia principal.

La demanda de segundas viviendas ha sido tradicionalmente alta en España, tanto por parte de ciudadanos nacionales, como extranjeros que buscan un clima agradable, paisajes pintorescos y una calidad de vida excepcional. 

Bien es cierto que aventurarse a adquirir una segunda vivienda puede ser una odisea. En el proceso es habitual que surjan dudas sobre los impuestos a pagar, si la inversión merece la pena o qué gastos son deducibles, entre otros asuntos. Por ello te contamos cuáles son los gastos e impuestos por comprar una segunda vivienda.

¿Qué impuestos se pagan al comprar una segunda residencia?

Independientemente de ser propietario de una primera vivienda o no, hay que pagar ciertos impuestos al comprar un inmueble en España. Algunos de los impuestos que se debe tener en cuenta son el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (ITP) si es una vivienda de segunda mano, o el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) si es de obra nueva.

El ITP es un impuesto cedido a las comunidades autónomas que varía entre el 6% y el 10% del valor de la propiedad, dependiendo de la región. Por otro lado, para las viviendas nuevas se aplica el IVA del 10%, que se suma al Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD) del 1 al 1,5% sobre el valor escriturado.

Además de estos impuestos, al adquirir una segunda vivienda también se deben considerar otros gastos como los honorarios notariales, registrales, gestoría y posibles comisiones bancarias.

¿Cuáles son los gastos de la compra de una segunda vivienda?

El coste de mantener una segunda vivienda en España puede variar significativamente dependiendo de diversos factores como la ubicación, el tamaño de la propiedad, el estado de conservación, los servicios disponibles en la zona y las necesidades individuales del propietario. Algunos de los gastos comunes asociados con una segunda propiedad incluyen:

  • Gastos de comunidad: Si la segunda vivienda se encuentra en un complejo residencial o urbanización, es probable que existan gastos de comunidad para mantener las áreas comunes, jardines, piscinas u otros servicios.
  • Impuestos: Además de los impuestos pagados en la compra de la propiedad, como el ITP o el IVA, los propietarios deben considerar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), que se paga anualmente y varía según el municipio.
  • Mantenimiento y reparaciones: Es importante destinar un presupuesto para el mantenimiento regular de la vivienda, incluyendo reparaciones, limpieza, pintura y posibles mejoras.
  • Servicios públicos: Los gastos asociados con el suministro de agua, electricidad, gas y otros servicios básicos se deben tener en cuenta.
  • Seguro: Contratar un seguro para la segunda vivienda es fundamental para protegerla ante posibles daños o imprevistos.

¿Cuánto se paga a Hacienda por tener una segunda vivienda?

Una vez hayas adquirido tu segunda vivienda, el principal impuesto que grava a los propietarios es el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Se trata de un impuesto administrado por los ayuntamientos locales y se basa en el valor catastral de la propiedad.

El IBI es un impuesto anual, y la tasa varía según la ubicación y el tipo de propiedad. Para una segunda residencia, este impuesto puede ser más alto que para una vivienda habitual, ya que algunas administraciones locales ofrecen descuentos para esta última.

Las segundas viviendas, así como cualquier otro tipo de inmueble, estarán sujetos a un impuesto del 2% sobre el valor catastral que aparezca en el recibo del IBI en la declaración del IRPF.

Si la segunda vivienda está alquilada, el propietario debe declarar los ingresos por alquiler en su declaración anual de la renta. La tasa oscila entre el 19% y el 45%, dependiendo de los ingresos totales del contribuyente. Sin embargo, el propietario puede deducir ciertos gastos, como los de mantenimiento y los gastos de comunidad.

¿Qué gastos son deducibles en la compra de una segunda vivienda?

Casas en la playa
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En la compra de una segunda vivienda en España existen ciertos gastos que pueden ser considerados deducibles a efectos fiscales.

Los intereses de la hipoteca son uno de los principales gastos deducibles, ya que se pueden restar de la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en determinadas circunstancias.

Asimismo, los gastos derivados de la formalización del préstamo hipotecario, como las comisiones bancarias, también pueden ser considerados deducibles. Además, los gastos de notaría y registro relacionados con la compra de la segunda vivienda son deducibles en el IRPF.

Por otro lado, los impuestos pagados en la adquisición de la propiedad, como el ITP o el IVA, no son deducibles directamente, pero sí se pueden tener en cuenta para calcular el valor de adquisición y posible ganancia patrimonial en el futuro.

¿La segunda vivienda puede ser vivienda habitual?

En España, para que una segunda residencia sea considerada como vivienda habitual, es necesario que el propietario la destine a su uso y residencia de forma permanente y efectiva: debe residir en ella de manera continuada durante al menos 183 días al año.

Además, es importante que el inmueble sea la residencia principal del propietario, es decir, el lugar donde tenga su centro de intereses económicos y familiares.

Convertir una segunda vivienda en vivienda habitual puede tener implicaciones fiscales beneficiosas, como la posibilidad de aplicar deducciones en el IRPF o reducciones en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Sin embargo, es fundamental cumplir con los requisitos establecidos por la ley para evitar posibles sanciones o reclamaciones por parte de la administración tributaria.

    Comprar una segunda vivienda, ¿es rentable?

    Decidir si vale la pena mantener una segunda vivienda depende de diversos factores individuales y financieros. Si bien tener una segunda residencia puede brindar beneficios de calidad de vida, es importante considerar detenidamente los costes asociados para evaluar su viabilidad económica.

    Algunos propietarios consideran que los gastos de mantener una segunda vivienda, como impuestos, comunidad, mantenimiento y servicios públicos, pueden ser elevados y suponer una carga financiera adicional. Por otro lado, otros ven la inversión como una oportunidad para obtener ingresos a través del alquiler vacacional.

    Para determinar si mantener una segunda vivienda merece la pena, es fundamental realizar un análisis financiero detallado que incluya todos los costes asociados y evaluar si se ajustan al presupuesto disponible. Además, es importante tener en cuenta el uso que se le dará a la propiedad y si compensa económicamente frente a otras alternativas de inversión.

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