
El hormigón visto, un material que a menudo se asocia con la estética industrial y brutalista, ha encontrado un nuevo protagonismo en la arquitectura contemporánea. Este tipo de hormigón, que se deja expuesto en su forma cruda y texturizada, ofrece una honestidad material que no solo resalta la estructura del edificio, sino que también aporta una calidad estética única. En el contexto de diseños innovadores, el hormigón visto se ha convertido en una herramienta para explorar conceptos de autenticidad y perfección en la imperfección. Un ejemplo reciente de esta tendencia se encuentra en una conocida pastelería en Tailandia.
Pastelería con inspiraciones francesas
En la ciudad de Nakhon Ratchasima, Tailandia, el estudio de arquitectura Touch Architect ha diseñado French Kitsch III, una pastelería que destaca por su diseño innovador y evocador. Con una superficie de 360 metros cuadrados, el edificio se erige como una interpretación moderna de la elegancia francesa, fusionando referencias tanto a la arquitectura religiosa como a la pastelería tradicional.

El concepto detrás de French Kitsch III se inspira en múltiples facetas de la identidad francesa, con un énfasis particular en la arquitectura de las catedrales y los pasteles típicos de Francia. De hecho, desde el estudio, señalan que: “Las catedrales francesas tienen una identidad arquitectónica que se remonta a tiempos remotos; no son más que una de las inspiraciones iniciales a la hora de pensar en Frenchness, en línea con el concepto de la marca 'French Kitsch'". Este enfoque permite que el diseño del edificio combine elementos históricos con una estética contemporánea.

Una de las características más llamativas del diseño es su forma, que toma prestada la silueta de un cruasán. El estudio ha utilizado la curva de un cruasán para estructurar el interior de la pastelería, creando arcos con formas irregulares que aportan un dinamismo visual al espacio. "El espacio arquitectónico está formado por arcos rítmicos, con la forma de cuatro arcos diferentes creados por la curva de un cruasán en corte transversal", explica en el estudio. Además, el uso de hormigón marcado con tablas en la fachada del edificio refuerza esta metáfora, emulando las rayas características del cruasán.

El hormigón, además de su valor estético, cumple una función práctica en el diseño de French Kitsch III. El uso de este material no solo permite mantener una autenticidad visual en el acabado, sino que también apoya el concepto de "perfección en la imperfección". El estudio explica: "No solo las rayas de croissant, usar hormigón como material también refuerza el concepto de perfección de la imperfección, donde la pared no es completamente lisa, sino que refleja la autenticidad del material, que puede ser bello por sí mismo".

Otro aspecto notable del diseño es cómo el edificio responde al clima cálido de Nakhon Ratchasima. Las curvas invertidas y los gruesos muros de la planta superior sirven como sombreadores, reduciendo el impacto del calor solar directo y ayudando a mantener el interior fresco. "Los gruesos muros y las curvas invertidas de la planta superior actúan como sombreadores y reducen el calor de la luz solar directa", explican en el estudio.
Interiores con arcos de hormigón
En el interior, los muros arqueados de hormigón están acentuados por delgadas luces LED que realzan sus formas, mientras que las ventanas arqueadas permiten que la luz natural ilumine el espacio de manera similar a como lo haría en una catedral. "Cuando la luz atraviesa la ventana arqueada, crea reflejos en el suelo similares a los del cristal de una catedral", añade el estudio.

El diseño también incorpora elementos verdes dentro del edificio para contrastar con el gris del hormigón. "Debido a las limitadas dimensiones del solar, el edificio tiene que maximizar el espacio para dar cabida a todas las necesidades funcionales, sin dejar espacio para un paisaje exterior", señala el estudio. Como resultado, las zonas verdes se integran dentro de la arquitectura, aportando frescura y vitalidad al espacio.

Para completar el diseño, el estudio incorporó bulldogs rosas decorativos, un símbolo de la marca French Kitsch. "Un escultor local creó la escultura del bulldog rosa basándose en nuestro diseño, que analizó e integró su colocación en cada espacio para crear un ambiente habitable y conectar de verdad con los clientes", concluye el estudio.

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