
A pesar de que Las Palmas de Gran Canaria cuenta con gran parte de los edificios altos del archipiélago, estos no suelen alcanzar los 100 metros de altura, lo que crea un horizonte con una elevación media baja que no destaca por sus rascacielos, sino por sus costas.
A pesar de ello, la isla tiene algunos edificios que se han convertido en icónicos entre sus habitantes por diversos motivos, en su mayoría de diseño. Es el caso de la Torre Woermann, que no es la más alta de las Islas Canarias, pero es reconocible prácticamente desde cualquier punto de la capital, ¿sabes cuál es?
Torre Woermann, un edificio en Canarias con un diseño único

La Torre Woermann destaca en el horizonte de Las Palmas de Gran Canaria no solo por sus 76 metros de altura, que le valen para tener el noveno puesto en la lista de los 10 edificios más elevados de las Islas Canarias, sino por los colores de su fachada y sus motivos vegetales. Además, la forma de la parte superior de la torre también destaca sobre el resto de los edificios.
Todo ello ha hecho que el rascacielos se haya convertido en un emblema de la isla desde su inauguración en 2005. La Torre se encuentra ubicada en un complejo que también cuenta con una plaza pública y un edificio de siete pisos con locales comerciales y oficinas.
Por su parte, el rascacielos ofrece una biblioteca en sus pisos más bajos, mientras que el resto de las 18 plantas son de uso residencial para aquellos que decidan vivir en Las Palmas de Gran Canaria.
Los vidrios amarillos de su fachada, al igual que el resto de su zona exterior, se encuentran protegidos del sol por aletas colocadas de manera horizontal alrededor del edificio. El curioso diseño corrió a cuenta de Ábalos & Herreros, junto con Joaquín Casariego y Elsa Guerra, que crearon este rascacielos entre la Playa de Las Canteras y el Puerto de Las Palmas. Precisamente fue el diseño innovador y vanguardista del edificio lo que hizo que aparecieran imágenes suyas en el MoMa de Nueva York.
Viviendas con impresionantes vistas al océano Atlántico

Cada una de las plantas de la Torre Woermann se divide en cuatro o cinco viviendas de entre uno y cuatro dormitorios. En su interior, las salas de estar se ubican en las zonas curvas del edificio, lo que les proporciona una especial luminosidad. Esta característica se ve resaltada por los techos altos y los espacios amplios, que cuentan con grandes ventanales del suelo al techo.
Es en este punto donde el color amarillo de los vidrios se convierte no solo en una decisión estética, sino que ayuda a limitar el calor del sol al proporcionar ciertas sombras junto con las aletas horizontales. Así, el interior ofrece viviendas de lujo a sus habitantes, con todos los servicios al alcance de la mano y en una ubicación única en la isla. Además, el edificio dispone de cámaras de seguridad a lo largo de todo el recinto y de servicio de conserjería.
En la actualidad, la Torre Woermann ofrece viviendas en venta y en alquiler en segunda línea de playa, lo que las ha convertido en algunas de las más codiciadas de la isla. En cuanto a los edificios aledaños, algunos han visto cómo su interior se rediseñaba para pasar de oficinas a viviendas.
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