El lujo inmobiliario español vive una nueva era marcada por la innovación, la sostenibilidad y la búsqueda de experiencias auténticas. Expertos del desarrollo de Sotogrande, de la empresa de crowdfounding Urbanitae y del fondo Persépolis coinciden en que el mercado ‘prime’ en España está redefiniendo sus valores para adaptarse a un comprador global que exige tecnología, eficiencia y emoción a partes iguales.
El debate “Perspectiva del lujo: tendencias globales en promoción e inversión” enmarcado del Premium Real Estate Summit reunió a Arturo Rueda, jefe de inversiones en Sotogrande; Juan Mínguez, director de deuda de Urbanitae y Rafael Fernández, jefe de ventas en Persépolis, tres voces clave en el sector que analizaron cómo la industrialización, el bienestar, la experiencia y la conexión humana están moldeando el futuro del lujo residencial.
La nueva cara del lujo: innovación y sostenibilidad
Para Rueda, director de marketing y ventas de Sotogrande, España vive “un momento muy interesante” en el segmento del lujo. “Baleares tiene una demanda muy consolidada y una escasez de suelo que eleva la exclusividad. Las amenities se están sofisticando mucho: clubes privados, campos de golf, gastrobares, kids clubs, espacios de coworking…”, explicó.
Rueda destacó que el concepto de localización también se está transformando. “Se ha pasado de la primera línea de playa a ubicaciones estratégicas que garanticen privacidad, seguridad, buenas vistas y, sobre todo, que transmitan un 'lifestyle'”.
Además, apuntó que España empieza a atraer capital institucional internacional en el segmento más alto. “La compra de La Zagaleta por un fondo de Emiratos Árabes es un claro ejemplo”, señaló.
Pero si algo define esta nueva etapa es la apuesta por la industrialización y la eficiencia constructiva. “Vamos a lanzar 60 villas industrializadas. Pasamos de 18 meses de ejecución a cinco, aumenta la calidad y el proyecto es más sostenible y con menos molestias para los vecinos, algo fundamental en el lujo”, detalló Rueda.
El directivo subrayó que industrializar no significa perder exclusividad: “Por encima de los cuatro millones de euros el cliente suele pedir cambios durante el proceso, pero tenemos que comunicar que la industrialización puede ser igual o más lujosa. La sostenibilidad debe ser un componente esencial del lujo”.
Un comprador global más exigente y emocional
Fernández coincidió en que España sigue ganando atractivo entre los grandes patrimonios internacionales. “Vemos mucha llegada de clientes de Estados Unidos, Canadá y Oriente Medio que buscan la calidad de vida española: la cultura, la seguridad, la privacidad, el clima, la gastronomía…”, explicó.
Según Fernández, el comprador de lujo actual busca experiencias urbanas más humanas. “Al cliente americano le llama la atención poder caminar por la ciudad, algo que en su entorno no es habitual. España ofrece esa combinación única de calidad de vida y autenticidad”.
Desde Persépolis también han detectado un auge de las ‘branded residences’, proyectos residenciales asociados a marcas hoteleras y de lujo. “La marca tiene un peso muy importante, además del diseño. Nos acompañan desde la conceptualización, el marketing y la prestación de servicios. Es un sello de calidad”, aseguró.
En cuanto al diseño, Fernández señaló que “todo tiende a lo natural y atemporal, aunque en el lujo siempre hay espacio para la ostentación y los colores más disruptivos. Son nichos, pero siguen existiendo y lo harán siempre”.
Inversión y riesgo: la mirada del capital
Desde la óptica del inversor, Mínguez, de Urbanitae, explicó que el lujo requiere una estrategia de financiación adaptada al ciclo de cada proyecto. “El lujo se vende cuando está terminado. Por eso, como financiadores, tenemos que tener claro cuándo vamos a salir del activo”, apuntó.
Mínguez insistió en la importancia de la coherencia entre rentabilidad y riesgo: “Prefiero un riesgo al 9% que al 12%. Hay que entrar en proyectos con coherencia entre ubicación, diseño y servicio para asegurar la salida del activo”.
El directivo también destacó el valor del tiempo en la ecuación financiera: “Cuanto más se acorten los plazos de construcción, más interesante resulta para el inversor. Además, los activos sostenibles se financian mejor desde la banca tradicional, porque los inversores los demandan cada vez más”.
Riesgos: turismo masivo y falta de infraestructuras
Pese al dinamismo del mercado, los expertos advirtieron de varios riesgos que podrían comprometer su crecimiento. Para Rueda, la masificación turística es uno de los mayores peligros: “Eso degrada la experiencia. Otro riesgo es que la administración pública no acompañe con inversión en infraestructuras. Si queremos vender lujo, no podemos permitir cortes de agua de ocho horas o carreteras saturadas. El lujo requiere fiabilidad y hospitalidad”.
Mínguez añadió que el principal riesgo del sector es la demanda internacional: “Un evento macroeconómico o geopolítico puede frenar la inversión extranjera. Y si dentro de nuestras fronteras ponemos trabas o criminalizamos a los compradores foráneos, el mercado se resentirá”. Fernández coincidió en que la inestabilidad global “es lo que más preocupa, porque puede paralizar grandes proyectos”.
El lujo emocional: autenticidad, bienestar y comunidad
Más allá del ladrillo, los tres ponentes coincidieron en que el futuro del lujo está en lo emocional y experiencial. “La gente busca lo auténtico: paisajismo con especies autóctonas, materiales locales, coherencia con el entorno…”, apuntó Rueda. “También vemos una tendencia hacia el uso frente a la propiedad: pertenecer a un club o comunidad tiene más valor que disponer de zonas comunes sin alma”.
Para Fernández, el bienestar y la sostenibilidad marcarán la hoja de ruta del sector: “La experiencia es estar en todos los detalles. El cliente busca eso cada vez más, y los proyectos tenderán hacia ahí”. Mínguez lo resumió desde la perspectiva inversora: “La ubicación seguirá siendo fundamental, pero la experiencia será el verdadero motor del valor”.
Tecnología con alma: la IA llega al lujo
La inteligencia artificial y la digitalización también entran con fuerza en el segmento, aunque los expertos advierten que el componente humano seguirá siendo esencial. “La IA es imparable y entrará en el lujo, pero el cliente siempre valorará el trato personal”, explicó Rueda.
Mínguez cerró con una reflexión que resume el espíritu del nuevo lujo: “La IA traerá cambios estructurales, pero el toque humano es lo que le da sentido al verdadero lujo”.
Con industrialización, sostenibilidad, bienestar y autenticidad como ejes, el lujo inmobiliario español entra en una nueva etapa. Un mercado que combina tecnología con alma, eficiencia con emoción, y que consolida a España como uno de los destinos más deseados del mundo para vivir (y para invertir) en el lujo del futuro.
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