El diseño de las calles se está convirtiendo en todo un desafío urbanístico. Teniendo en cuenta que cada vez hay más flujos distintos de tráfico y sin perder de vista que los peatones tienen que disfrutar de espacio suficiente, planificar la distribución de una nueva avenida no es tarea fácil. Para contribuir al proceso, la Asociación Nacional de Autoridades de Transporte Público de EE.UU. (NACTO por sus siglas en inglés) ha elaborado un manual con consejos para que las calles del futuro favorezcan el tráfico y sean sostenibles y accesibles.
Recopilamos diez claves para conseguirlo:
Separar el transporte público del resto del tráfico. Trenes ligeros, tranvías, autobuses, taxis y coches particulares pueden llegar a discurrir por las mismas calles, que se enfrentan al reto de acoger los distintos tipos de transporte. Una forma de mejorar la seguridad y la eficiencia en estas zonas es mantener el transporte público separado en carriles específicos. Esto contribuiría a que pudiera continuar funcionando de manera eficiente incluso en los momentos de mayor congestión.
Hacer que las calles sean accesibles para todos. Las paradas de autobuses y los cruces peatonales deben estar adaptados a las necesidades de las personas con problemas de movilidad. Cambios muy sencillos en las alturas de los bordillos o la construcción de plataformas adaptadas pueden marcar una gran diferencia y disminuir los tiempos de acceso al transporte público. Además, es necesario que todas las señales y los semáforos empleen elementos auditivos, visuales y táctiles con el objetivo de guiar a las personas con algún tipo de discapacidad a través de la realidad urbana, mejorando la accesibilidad.
El diseño de las intersecciones, punto clave. Diseñar las intersecciones de forma que se reduzca el tiempo de espera de los peatones y vehículos es imprescindible. Para ello, se deben crear cruces en todos los brazos de la intersección y acortar el tiempo del que disponen los peatones para cruzar. En contraposición, el tiempo que tienen que esperar para cruzar por un paso de cebra también se reduciría, con lo que se agilizaría el tráfico tanto a pie como motorizado.
Priorizar el diseño sobre el tipo de transporte público. Sin importar si se trata de un autobús, un tranvía o un sistema de trenes ligeros, el transporte público debe disponer de su propio espacio en la planificación o en la adaptación de una nueva calle. La guía no ofrece por lo tanto la respuesta a cuál será el transporte público que se imponga durante las próximas décadas, pero sí destaca que darle un espacio adecuado ha de ser clave para futuras planificaciones.
Evitar los trazados problemáticos. Las grandes avenidas que permiten que los vehículos se desvíen hacia la izquierda y hacia la derecha pueden convertirse en una fuente de colisiones o atascos debido a la necesidad de cambio de carril de los conductores. Evitar este tipo de trazados lo máximo posible y asegurarse de que siempre están debidamente señalizados puede prevenir problemas para conductores y peatones.
Para poder comentar debes Acceder con tu cuenta