Un aviso sin importancia a los bomberos y se desata la alarma. Los vecinos del número 155 de la calle Llull (El Poblenou, Barcelona) estaban viviendo con un hueco de casi 50 centímetros en uno de los muros de carga del edificio. Había desaparecido la cimentación que lo soportaba. Como consecuencia, el Ayuntamiento de Barcelona ha desalojado el inmueble junto a los edificios colindantes, los 153 y 157. Aunque los vecinos sospechan que sea a raíz de las obras de dos grandes hoteles justo enfrente, el Consistorio sigue investigando hasta confirmar las causas.
Una dotación de bomberos fueron quienes dieron la voz de alarma al detectar una gran grieta de aproximadamente 20 centímetros. Esta grieta afectaba a uno de los muros de carga del edificio y descubrieron que ese muro no estaba trabajando como tal, los cimientos que lo soportan habían desaparecido. Pero aunque eso fue lo que les obligó a ser desalojados de forma inminente a los 32 vecinos (los del propio edificio y los de los edificios contiguos), la sospecha viene de lejos.
El pasado 1 de septiembre empezaron las obras de los futuros hoteles en el solar ubicado ante estos edificios. El ruido y las vibraciones llevaron a una primera parada de las obras que se prolongó hasta el 10 de enero. Los vecinos empezaron a detectar leves resquicios en las paredes de sus pisos. Las obras de los hoteles se retomaron, pero en una segunda línea de la construcción y cambiaron el sistema de perforación, con tal de no perjudicar a los vecinos de la calle Llull, tanto en ruido como en vibraciones.
"Es grave, pero está localizado", declaró el regidor del distrito de Sant Martí y concejal de Vivienda, Josep Maria Montaner. El informe pericial esperan tenerlo, en principio, dentro de dos semanas resuelto. Igual que los edificios han quedado vacíos mientras los técnicos trabajan en averiguar las causas, las obras de los hoteles se han vuelto a paralizar. El Ayuntamiento no quiso plantear si la raíz de todo provenía de la construcción de enfrente. Montaner insistió en que "es una cuestión delicada y las causas pueden ser complejas". Una vez se sepa el origen, quienes sean los responsables se harán cargo de los gastos de la rehabilitación del inmueble.
En caso de que fuera todo culpa de las obras de los dos hoteles, en última instancia, requiriría ver de qué licencia disponen y se podría plantear una retirada de las obras. Pero todo queda, de momento, en una hipótesis.
Los vecinos de los números 153 y 157, los afectados de forma indirecta, podrán volver a sus viviendas en 24 o 48 horas, pues no tienen graves patologías sus viviendas. En cambio, los 15 vecinos del número 155, donde reside el origen del problema estructural, deberán pasar estas dos semanas reubicados en otros hogares de familiares o amigos. Solo un vecino que no ha encontrado dónde reubicarse estará alojado en un hotel que le ofrece el Consistorio.
En estas dos próximas semanas un equipo de 5 técnicos expertos, cada uno por las partes implicadas, estarán estudiando las causas como primer paso. En ese tiempo habrá que hacer una reparación "con cierta rapidez y eficacia" para que puedan volver los vecinos a sus hogares, tal como avanzó Montaner. Esto es, rellenar con formigón ligero la cimentación que ha desaparecido y apuntalar el edificio para retomar la seguridad estructural. El estudio seguiría para hacer una rehabilitación más a fondo, en una segunda fase.
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