El nuevo cuadro económico que ha dibujado el Gobierno para este año y el próximo trae consigo un fuerte recorte del crecimiento potencial de la inversión en construcción.
A pesar de que en primavera el Ejecutivo estimaba un alza del 8,5% de la inversión en ladrillo en 2021, ahora sitúa el repunte en un 6,1%. Y no solo ha recortado la previsión en 2,4 puntos, sino que también la ha situado cuatro décimas por debajo del crecimiento previsto para el conjunto de la economía (6,5%).
Así, la formación bruta de capital fijo en la construcción será la segunda variable que menos crezca este año, solo por detrás del consumo público (2,5%). En concreto, el Gobierno estima que el consumo privado repuntará en torno al 7,3% este ejercicio, en línea con las estimaciones anteriores, mientras que la inversión en bienes de equipo podría dispararse hasta un 16,5%, tres décimas más de lo que calculaba en primavera. Las exportaciones, por su parte, repuntarán un 10%, ocho décimas más de lo previsto en abril, mientras que las importaciones aumentarán en torno al 10,3%, en línea con el cuadro macro anterior.
Sin embargo, el pronóstico oficial apunta a que en 2022 la inversión en construcción ganará tracción y repuntará un 10,4%, frente al 7% previsto para el PIB. Es la segunda cifra más alta del cuadro macro, solo superada por el 18,3% que podría crecer la inversión en bienes de equipo. Por detrás están las exportaciones (10,3%), las importaciones (10%) y el consumo privado (6,9%). El consumo público vuelve a cerrar la lista, con un incremento del 1,5%.
Si se cumple la hoja de ruta del Gobierno, la inversión en el ladrillo registrará el mayor crecimiento de la serie histórica, aunque no podemos olvidar que durante el año de la pandemia retrocedió un 14%, firmando así su segunda mayor caída de los últimos años, solo superada por el más de 16% que se desplomó en 2009.
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