El mercado residencial de Suecia vivió un cambio de tendencia en 2022. Los precios de la vivienda empezaron a bajar debido a la ralentización de la demanda, la caída del poder adquisitivo de las familias y el encarecimiento de los préstamos hipotecarios. Y de momento no hay signos de mejora: el precio de los pisos ha caído un 1% en julio y las ventas de viviendas han bajado un 12% interanual en los últimos tres meses. Las transacciones podrían seguir a la baja si siguen subiendo los tipos de interés, mientras que la evolución de los precios es incierta, según los expertos.
Al parecer, los potenciales compradores de viviendas en Suecia han adoptado una postura de espera, pendientes de las nuevas decisiones del Banco Central Sueco sobre los tipos de interés de referencia, que se espera que suban al menos una vez más en lo que queda de año. Como resultado, las ventas de viviendas cayeron un 12% entre mayo y julio en comparación con el mismo periodo del año anterior, según explica a Bloomberg Svensk Maklarstatistik, miembro de la asociación de agentes inmobiliarios del país.
Por su parte, los precios de la vivienda en Suecia apenas variaron en julio: los pisos se abarataron un 1%, mientras que las casas se encarecieron un 1%. Así, su evolución futura es aún una incógnita, mientras que algunos expertos prevén que los precios se estabilizarán, otros estiman nuevas caídas en este país nórdico.
A pesar de que el mercado inmobiliario sueco se ha recuperado en cierta medida de la caída de las ventas y los precios de la vivienda registrada en 2022, impulsada por la alta inflación y las elevadas subidas de los tipos de interés, sigue existiendo el riesgo de que se produzcan nuevas caídas de precios si el banco central sueco vuelve a subir los tipos de interés de referencia.
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