La provincia de Burgos, con su diversidad de paisajes que van de la montaña a la llanura, guarda auténticos paraísos acuáticos perfectos para el baño y el descanso. Y es que no hace falta salir de la provincia y marcharse a las costas para darse un chapuzón en plena naturaleza. Entre cascadas, pozas y embalses, descubre las mejores 10 piscinas naturales en Burgos, alternativas refrescantes a las playas ideales para los días calurosos.
Espinosa de los Monteros
Situado en el extremo norte de la provincia, este pueblo combina la belleza de su casco histórico con un entorno natural de gran valor. El río Trueba atraviesa su término municipal y, gracias a una pequeña presa, se ha creado una piscina natural de agua cristalina y sorprendentemente fría, ideal para quienes buscan bañarse en Burgos en plena naturaleza. El área recreativa que la rodea cuenta con merenderos, zonas arboladas y espacios para descansar después de un chapuzón.
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Playa del Embalse del Ebro
En el tranquilo pueblo de Arija se encuentra uno de los rincones más singulares de la provincia: una playa en Burgos. Su orilla de arena fina y dorada sorprende a quien la visita por primera vez, recordando más a un destino costero que a un embalse de interior. El agua es poco profunda en gran parte de la zona, lo que la convierte en un lugar seguro para familias con niños, y cuenta con espacio de sobra para relajarse o practicar deportes acuáticos como kayak o paddle surf.
El Piélago (Covarrubias)
A las afueras de Covarrubias, en un entorno de gran belleza, se encuentra El Piélago, un remanso del río Arlanza que invita a disfrutar de un baño en plena naturaleza. Sus aguas tranquilas y limpias, junto con las zonas de sombra y un área de poca profundidad, la convierten en uno de los destinos más recomendables para quienes buscan pozas en Burgos con un ambiente familiar y relajado.
Pozo Azul (Covanera)
En el valle del Rudrón se encuentra el Pozo Azul de Covanera, famoso por el intenso color azul de sus aguas y por la cueva subterránea que alberga, la más larga conocida de España con más de 13 kilómetros de galerías sumergidas. La zona de baño es accesible tanto a pie desde el pueblo como en coche hasta un aparcamiento cercano, seguido de un corto paseo de 300 metros. Es una opción imprescindible para quienes buscan ríos para bañarse en Burgos y vivir una experiencia natural única.
Piscinas de Orbaneja del Castillo
Orbaneja del Castillo es uno de los rincones más emblemáticos de Burgos, famoso por su casco medieval y sus casas de piedra entrelazadas con madera, atravesadas por una impresionante cascada de 25 metros. Siguiendo el curso del agua se encuentran varias piscinas en Burgos de aguas cristalinas, formadas por la erosión de la roca caliza y conectadas entre sí, que ofrecen un paisaje de gran belleza en pleno Valle de Sedano. Eso sí, aquí el baño está prohibido para proteger este entorno.
Calderas de Neila
En el corazón del Parque Natural Lagunas Glaciares de Neila, a casi 2.000 metros de altitud, se encuentra un rincón sorprendente donde el arroyo Palazuelo forma pequeñas piscinas cerca de Burgos. Tras recorrer una ruta de menos de seis kilómetros desde el aparcamiento de las lagunas, se llega a estas pozas y saltos de agua que invitan a disfrutar del paisaje y del sonido del agua cristalina, aunque las temperaturas hacen que bañarse sea solo para los más atrevidos.
Pantano de Arlanzón
A pocos kilómetros de la capital se encuentra el Pantano de Arlanzón, un amplio espacio natural con casi 130 hectáreas y 15 kilómetros de costa fluvial. Sus aguas frescas, procedentes de la Sierra de la Demanda, ofrecen un entorno perfecto para nadar, practicar deportes acuáticos o simplemente relajarse a orillas del pantano. La escasa afluencia de visitantes permite disfrutar del lugar sin aglomeraciones.
Embalse de Úzquiza
Cerca del mencionado pantano de Arlanzón, el embalse de Úzquiza se presenta como su hermano pequeño, gestionando y regulando sus aguas dentro del término de Villasur de Herreros. Menos concurrido que su vecino, este embalse ofrece un entorno tranquilo y lleno de naturaleza. La zona de baño está delimitada con boyas y se permiten todo tipo de deportes acuáticos sin motor.
Cascada del Peñón (Pedrosa de Tobalina)
En plena comarca de Las Merindades, la Cascada del Peñón se presenta como uno de los paisajes más sorprendentes de Burgos. El río Jerea se desploma aquí en varios saltos que, en conjunto, alcanzan unos 100 metros de ancho y 20 de altura, formando una gran poza natural al pie de la caída. Antiguamente utilizada por un molino, hoy es un lugar perfecto para un chapuzón en verano. Su amplitud y belleza la convierten en una de las piscinas naturales cerca de Burgos más espectaculares.
Parque del Soto (Villarcayo)
En pleno corazón de Villarcayo, el Parque del Soto se presenta como un oasis verde junto al río Nela. Durante el verano, una zona del cauce se represa para crear una piscina natural amplia y profunda, perfecta tanto para nadar como para practicar deportes acuáticos. El entorno cuenta con una gran explanada de césped, una frondosa chopera que proporciona sombra y una playa. Además, dispone de bares a ambos lados del río, lo que la convierte en una de las grndes opciones dónde bañarse en Burgos.
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