El acceso a la vivienda en Baleares sigue tensionado y sin visos de mejora a corto plazo. Así lo advirtieron los principales representantes del sector inmobiliario durante la primera mesa de las Jornadas Inmobiliarias organizadas por Tecnitasa en colaboración con Blau, un encuentro en el que idealista/news participó como media partner.
Durante la primera mesa redonda centrada en responder a la pregunta “¿Qué podemos hacer ante el problema de acceso a la vivienda en Baleares?”, los expertos coincidieron en un diagnóstico común: hay más demanda que oferta y la política de vivienda necesita valentía, consenso y menos burocracia
“El problema de la vivienda es matemático”
Fernando Valentín de ABSI (Associació Balear de Serveis Immobiliaris) fue claro: “Hay más demanda que oferta y el tema se ha convertido en un campo de batalla ideológico. Hace falta valentía y ver la vivienda como infraestructura social, no como arma política”
A su juicio, Baleares compite en un mercado global y debe compararse con grandes capitales europeas, no solo con destinos regionales. “Es un destino atractivo con demanda internacional y normativa rígida. Los precios solo bajan con crisis o con grandes desarrollos urbanísticos, y no vemos ninguno de esos factores en el corto plazo”, asevera.
Climent Olives, presidente de los constructores Baleares, insistió en que sí hay solución, pero requiere decisiones firmes de la Administración “Vamos por buen camino, pero hace falta valentía. Topar alquileres no es la vía: espanta la inversión”
Olivares también alertó además de que los costes siguen tensionados: “Los materiales subieron tras la guerra de Ucrania y no han bajado. Entre transporte, impuestos medioambientales y burocracia, la vivienda se encarece demasiado... Además, hay que recordar que un 25% del precio final de la vivienda son impuestos”
Promotores: “Todos debemos implicarnos”
Óscar Carrera de Proinba (asociación de promotores de Baleares) reclamó que la Administración, los técnicos, los bancos y los vecinos asuman su parte.
“Nos encontramos reticencias para agilizar licencias. También falta empatía bancaria y resistencia vecinal a la vivienda asequible, es decir, muchos vecinos no quieren viviendas asequibles cercas de sus viviendas de precio libre. Todos tenemos que implicarnos”, defendió.
Carrera destacó los avances del actual Govern: “En año y medio ya se han entregado 300 viviendas de precio limitado, lo mismo que en ocho años de VPO”
Defendió los grandes desarrollos urbanísticos estratégicos, el aumento de edificabilidad y las viviendas de precio limitado como alternativa viable.
“No hay burbuja porque no se está construyendo. Mejor vender diez viviendas de 200.000 euros que una de dos millones: diversificas riesgos”, aseveró.
API Baleares: topes de precios, “una receta fallida”
José Miguel Artieda (API Baleares) fue rotundo contra la regulación del alquiler:
“Topar precios ya se ha demostrado ineficaz: reduce oferta y termina subiendo los precios”, apuntó. Además, pidió un enfoque integral basado en:
- Aumento de oferta
- Colaboración público-privada,
- Incentivos al pequeño propietario para reorientar vivienda hacia lo asequible,
- Una mayor producción de vivienda protegida.
“Solo el 3% de lo que se construye es vivienda protegida, lejos del estándar europeo. El Estado debe apoyarlo, pero sin convertir al Gobierno en el gran casero del país”, analizó.
¿Vivienda protegida indefinida o descalificable? Debate abierto
El debate se tensó al abordar si la vivienda protegida debe ser permanente o liberarse tras un periodo.
Fernando Valentín defendió no desclasificar nunca: “Antes quien estudiaba y trabajaba podía comprar. Hoy necesitas a tus padres”. Óscar y Climent apostaron por toparla un tiempo pero permitir su liberalización después. Artieda alertó de que, si se libera a los 30 años y no se construye más, “el parque protegido desaparece”.
La falta de trabajadores cualificados también encarece la construcción.
“Traemos personal de fuera, pero esos trabajadores también necesitan vivienda… es la pescadilla que se muerde la cola”, explicó Climent Olives
Los expertos coincidieron en que la solución al acceso a la vivienda en Baleares pasa por más oferta, menos burocracia, seguridad jurídica y colaboración público-privada real. Pero alertan: sin reformas estructurales, los precios no bajarán.
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