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Las claves para contratar con éxito la empresa para reformar nuestra vivienda
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En numerosas ocasiones me preguntan, incluso compañeros del sector, por cómo afrontar las obras en su edificio o vivienda, pues si bien tienen claro la estética y mejora del confort que desean obtener no saben por dónde empezar, por lo que lo más normal es preguntar a un conocido que haya realizado una obra recientemente, el contacto de la empresa. Y esto se debe a que abordamos obras en nuestra vivienda en contadas ocasiones, lo que provoca no saber identificar a la empresa más adecuada para ofrecernos el servicio que precisamos.

Y llevado el “boca a boca” al mundo digital, podríamos hablar de plataformas como habitissimo en las que podemos encontrar empresas con recomendaciones o comentarios unas veces positivos y otras no tanto sobre el servicio y atención prestada, como ocurre con los portales de reserva de restaurantes.

Y es que a mayor entidad de la intervención mayor complejidad, lo que hace aumentar el desconocimiento sobre el proceso y la incertidumbre.

Ya pensemos en una rehabilitación de vivienda unifamiliar o de un edificio de viviendas, lo más recomendable sería seguir las recomendaciones de guías publicadas como la Guía ciudadana de impulso a la rehabilitación elaborada por el Observatorio 2030 del CSCAE, donde se detallan los beneficios de la rehabilitación para quienes habitan el inmueble, así como aspectos vinculados a la financiación, ayudas, agentes del proceso y pasos a seguir, sin embargo se echa en falta un mayor detalle sobre la elección del contratista, que en general presenta gran dificultad para el ciudadano. Percibimos este hito como un antes y un después, pues elegimos un compañero de viaje que deberá hacer realidad el proyecto, ser capaz de gestionar situaciones imprevistas contando con la dirección facultativa, adaptarse a un cliente que en muchos casos realiza cambios en las calidades del proyecto, pero sobre todo y la gran diferencia respecto a otras contrataciones de servicios o compras que hagamos, es que accede a nuestra vivienda, nuestro hogar, y es por ello por lo que es tan importante estar convencidos de la elección realizada.

Lo primero que quería remarcar es que en el sector contamos con empresas constructoras con gran experiencia, calidad e innovación en sus procesos y un alto nivel de profesionalidad, con departamentos técnicos, con equipos de obra cualificados que actualizan conocimientos para poder incorporar los nuevos productos y sistemas del mercado.

Al entablar contacto con la constructora se debería tener en cuenta al menos los siguientes puntos, pues al contratar una obra también se adquieren ciertas responsabilidades:

  • Su inscripción en el Registro de Empresas Acreditadas (REA): inscripción obligatoria para cualquier empresa que sea contratada o subcontratada para realizar trabajos en una obra de construcción, cumpliendo con los requisitos de capacidad y de calidad de la prevención de riesgos laborales. Se puede consultar directamente aquí si una empresa está acreditada.
  • Su actividad empresarial vinculada a los trabajos a contratar: epígrafe profesional, CNAE.
  • Que disponga de seguro de responsabilidad civil (SRC), y acredite su vigencia.
  • Que acredite estar al corriente de pago con Hacienda y la Seguridad Social.

Ya del lado de la recomendación, pues se deben considerar aspectos adicionales al mero importe del presupuesto que ayuden a inclinar la balanza y a tomar la decisión de contratación sobre una constructora u otra, debería:

  • Contar con un equipo técnico en la empresa.
  • Años de actividad de la empresa (informe empresarial obtenido por sí mismo)
  • Revisión de posibles comentarios y recomendaciones en plataformas de internet por otros clientes: reputación digital.
  • Pertenencia a asociaciones sectoriales, pues normalmente para la adhesión se ha de cumplir una serie de requisitos así como compromiso profesional.
  • Ejemplos de obras similares realizadas a la que se pretende acometer
  • Certificaciones del tipo: ISO 9001 (Gestión de Calidad), ISO 14001 (Gestión Medioambiental), OHSAS 18001 (Prevención de riesgos laborales), u otros
  • Conocimiento actualizado de los materiales y sistemas constructivos tendentes a la industrialización y edificios de consumo casi nulo
  • Compromiso  de la empresa con la sostenibilidad

La búsqueda del puente de la confianza y tranquilidad es bidireccional, ya que a las empresas constructoras también es importante elegir bien los proyectos y los clientes con los que contrata para asegurar la evolución de obra según la planificación y presupuesto, así como el cobro de la obra realizada.

Girando hacia el contrato, en muchas ocasiones no se presta la debida atención a este documento, pero es como querer jugar al Monopoli sin leerse las reglas del juego. En la Guía anteriormente mencionada se incluye un modelo de contrato donde se recogen los apartados básicos como: condiciones técnicas, económicas, garantías, programación y duración de las obras, y su fecha de inicio, pero también cómo se resolverán las controversias, cómo se gestionarán las modificaciones al proyecto, etc., previendo situaciones que se puedan presentar y acordando cómo se afrontarán.

Dado el importe de estas intervenciones y la búsqueda de estar tranquilo cuando se realiza una rehabilitación o una autopromoción, siempre es recomendable contar con la asistencia profesional tanto para la definición de la intervención (técnicos) como para la redacción o verificación del contrato (asesoramiento legal).

Establecer un buen contrato es importante para ambas partes, el constructor y la propiedad, pues evitará retrasos, sobrecostes y conflictos, sobre todo en estos tiempos que ahora afrontamos en los que los costes de energía, transporte y materia prima han podido cambiar sustancialmente durante la evolución de la obra.

Con una perspectiva más amplia, que cada obra sea un éxito en términos de satisfacción de cliente y para el contratista en su negocio, es crucial, pues sólo así lograremos activar el boca a boca de la rehabilitación creando un efecto dominó de obras de rehabilitación que nos acerque al objetivo del PNIEC de 300.000 viviendas rehabilitadas al año en 2030.

Isabel Alonso de Armas es ingeniera de Caminos, Canales y Puertos desde hace más de 20 años, miembro del Consejo General del CICCP y directora de sostenibilidad y desarrollo de negocio en BMI Group, Sur de Europa. Por su trayectoria aportará una visión centrada en la actualización de nuestro parque edificatorio que exige la del propio sector de la construcción.

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