A veces, basta con desviarse en la carretera para descubrir otra forma de vida. Solo hay que dejar atrás Marbella y seguir el camino que se adentra en la sierra. En pocos minutos, el asfalto se estrecha y aparece un lugar que tiene otro ritmo. Ojén, un pueblo blanco de Málaga, un municipio pequeño, silencioso, lleno de historia, cuevas y rutas de senderismo. Tal vez por eso, 'The Times' lo coloca entre las 50 mejores ubicaciones del mundo para vivir.