
En el corazón de la región italiana de Apulia, la pequeña ciudad de Altamura se convirtió en escenario de una de las historias más sorprendentes del mundo de la restauración. Lo que parecía una simple apertura de otro McDonald's más terminó siendo un símbolo de resistencia y amor por los sabores típicos, en especial por la focaccia, muy apreciada en una región donde las tradiciones gastronómicas se viven con orgullo.
Altamura: el valor del pan tradicional
Altamura es una ciudad ubicada en la provincia de Bari, en la región italiana de Apulia. Con siglos de historia a sus espaldas, ha sabido preservar una identidad cultural profundamente ligada a la tierra y a las tradiciones gastronómicas.
Y es que el pan de Altamura es reconocido por su sabor único, su corteza crujiente y su miga suave. Elaborado siguiendo métodos ancestrales, emplea exclusivamente sémola de trigo duro cultivado en la zona, agua pura, levadura natural y sal marina. Esta receta lo convirtió en el primer pan europeo con denominación de origen protegida (DOP) y lo erigió como todo un símbolo de identidad.

La historia del McDonald's de Altamura
La historia del McDonald's de Altamura se ha convertido en un referente internacional sobre cómo una comunidad puede defender su identidad frente a la globalización alimentaria, e incluso inspiró películas.
La llegada de McDonald's a Altamura en 2001
En el año 2001, McDonald's decidió abrir un nuevo local en Altamura, conocida por su pan tradicional y su profundo apego a las costumbres culinarias. Altamura, con su creciente popularidad turística y su ubicación estratégica, representaba una oportunidad para expandir la marca en el sur de Italia.
El desembarco de McDonald's fue recibido inicialmente con curiosidad y cierta expectación. Sin embargo, desde el primer momento, la presencia del restaurante generó recelos entre los comerciantes locales y los panaderos tradicionales.
Resistencia local: el papel de los panaderos y la comunidad
La reacción de la comunidad no se hizo esperar. Los panaderos se sintieron desafiados por la llegada del gigante estadounidense. Entre ellos destacó Luca di Gesù, un panadero que decidió plantar cara a McDonald's utilizando la calidad y el sabor del auténtico pan de Altamura.
Di Gesù comenzó a ofrecer focaccia recién horneada justo delante del restaurante, a precios accesibles y con ingredientes locales. Pronto, la iniciativa de Di Gesù se transformó en un movimiento colectivo: panaderos, comerciantes, asociaciones y vecinos se sumaron a la causa, lo que acabó con un espontáneo boicot a McDonald's.

El cierre del McDonald's de Altamura en 2005
El desenlace de la historia de este McDonald's llegó en 2005, cuando la cadena estadounidense se vio obligada a cerrar sus puertas en la ciudad. Tras apenas cuatro años de actividad, no logró adaptarse ni conquistar los gustos de los locales quienes siguieron apostando por su pan tradicional.
El caso del McDonald's de Altamura se convirtió rápidamente en un símbolo internacional de cómo una comunidad puede proteger su identidad frente a la globalización.
La película inspirada en el McDonald's de Altamura
El impacto mediático y cultural de la historia de McDonald's en Altamura se vio amplificado gracias al documental Focaccia Blues. Esta película, cargada de ironía y ligereza, relata el singular enfrentamiento entre la focaccia artesanal local y la comida rápida estadounidense.
Hoy, donde una vez estuvo McDonald’s, hay un banco, y las panaderías locales siguen siendo el alma culinaria de Altamura. Actualmente, la ciudad no cuenta con ningún restaurante McDonald’s operativo, pero sí conserva el sabor de una victoria hecha al horno de leña.
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